Me voy a refritear a mí mismo con dos mensajes que escribí en distintas edades de Jimena. Melosos y todo, creo que transmiten adecuadamente el sentimiento que despierta la infancia y que, por exceso de crudeza, dureza y automaltrato psicológico, no dejamos que surjan tan así, tan melosos:
Y el ánimo que contrasta….
Jimena, ¿sabes porque los bebés se consideran tan puros?
Porque carecen de pasión
Y a estas alturas, en estos momentos, cuando uno se cuestiona desde el aire que respira hasta el mínimo segundo que desperdicia, cuando la duda pueda ser lo único absoluto porque una hoja en blanco puede poner en duda cualquier cosa (y por eso es que uno escribe), tu papi se ha cuestionado severamente, durante la última hora, uno de sus valores fundamentales: la pasión.
Hijita, desde que yo recuerdo (y no recuerdo mucho) he vivido apasionadamente. Esa pasión me hizo tener una infancia un poco rara, pero normal dentro de los parámetros sociales conocidos en mi época, es decir, no sobresaliente, sino con ligeros tintes de excentricidad.
Refiero y pienso en mi infancia porque es el parámetro más conocido para mí de lo que puedes ser tú y la vida que te sigue los próximos diez años.
Desde ahora te lo digo, es absolutamente asombrosa tu capacidad de ser y de absorber, a tu mami y a mi nos pareces tremendamente inteligente y vivaz, despierta y atenta, fuerte y perceptiva. TE adoramos Jimenita, eres una excelente razón para dar un extra en nuestras vidas y no luchar por extremos, ni nuestros yos ni los ambiguos, incluso extraños, "demás".
El motivo por el que me cuestioné lo de la pasión es por pensar en el extremo grado de felicidad que se logra al cargarte, al tenerte entre los brazos de uno y que desaparezcan todos los pensamientos, los deseos, las satisfacciones e insatisfacciones; incluso los miedos, que azuzan como si fueran parte del aire que respiramos, toman un reposo y se aquietan.
Y pensando en escribir sobre ese estado fue cuando caí en la cuenta de la ausencia de la pasión que acompañó a ese momento, pasión esa que siempre me había movido a llenar una hoja de papel blanco, pasión que maneja muchas de mis, (de nuestras, de mami, mías, de tus tíos y abuelos) reacciones y acciones. Y esa ausencia provocada por ti, por una página que apenas empieza a trazar su primer letra, que ni siquiera ha pensado en su título (el cual por cierto llega bastante avanzada tu vida), que incluso no se reconoce como hoja, trajo para mí un estado de felicidad tal que no parece tener sustento en la realidad.
Jimena, uno piensa en ángeles ya de mayor, pero solo al cargar un hijo como tú puede entender medianamente lo que ese concepto puede significar en almas tan torturadas como las nuestras. Aunque en estricta justicia debo agregar que tu mami, de ser una magnífica mujer, ha pasado a convertirse a ratos en un ángel tremendo, grande y poderoso, listo para cuidar del pequeño angelito, de la hoja de papel blanca aún, del ser humano sin pasiones que parece ser un estado de nirvana al que tanto añoramos regresar los que ya no estamos ahí.
Gracias Jimena por la bendición que nos has otorgado al escogernos como tus padres, en esos momentos que, sin saberlo, tu mami y yo tanto necesitábamos.
Uno no pude incluso sentir pasión por ti…pasan largas las horas en la oficina y aunque pienso en ti constantemente, lo hago sin pasión, solo con amor infinito, y la alegría que conlleva el amor, esa que ilumina de repente mi alma y me dibuja una sonrisa que nunca había podido manifestar, una sonrisa de dicha pura.
Nunca he sido partidario de las "purezas" y sin embargo no puedo soltar la palabra ahora que hablo de ti, he pensado en otros niños, otros bebés, incluso tu tía Lupita, pero nada se ha acercado tanto a eso de la manera tan nítida en la que ahora tú lo representas. Las purezas siempre me han parecido falsedades, incluso… cursilerías. Ahora veo como la Humanidad se reinventa y dispone de nuevas oportunidades, de la tremenda oportunidad de empezar de cero, para ver si se corrige…
Te amamos Jimena
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Y así que pasen cinco años...
O diez o veinte, la verdad no recuerdo. Sé que es una obra de teatro de García Lorca ese título, y más te vale que cuando tú lo leas me lo corrijas. Tengo la fortuna de tener estos ratos solo, entre cansado y pensando (te recomiendo estos momentos, son geniales) el vuelo de regreso a casa. Es incómoda la clase turista, creo que ya para cuando lo leas lo sabrás, pero también sabrás que con toda su incomodidad, es un cojín mullido y tengo mi música y mis pensamientos para ti, para ustedes dos en general, pero hoy en particular para ti.
Acabo de leer otro pequeño que te escribí en otro rato de ocio, no fue, como normalmente han sido estas cartas estos dos años, sino en otro momento que, dos años después, no recuerdo. Ese texto habla de tu pureza y de tu carencia de pasión. ¡Cómo pasa el tiempo! Ahora eres tremendamente, desbocadamente pasional, y sigues siendo viva e inteligente, locuaz, hiperactiva, cariñosa, astuta. Los planes, gracias a Dios, van bien, no puedo decir que viento en popa ni cantar victoria ni mucho menos, pero hay rumbo y la idea de que aproveches toda tu potencialidad con responsabilidad pero también con libertad, sin limitaciones, va.
Jimena, han sido dos años más que geniales, mágicos. Llenos de esperanza e ilusión, de gustos y logros. Con la forma estricta que sabrás que me caracteriza no puedo sino calificarte de excelente. Las carencias, o debilidades que indudablemente tienes se ven compensadas con creces con tus facultades y tus actos, tus sentimientos por lo general te honran, porque son honestos y vehementes. Eres convencida de lo que haces y lo que quieres, pero estás aprendiendo humildad para reconocer errores. Usas responsablemente los dones que Dios te dio, principalmente en tu forma de prodigar y corresponder el amor con el que tanta gente te trata. Eres un orgullo para todos.
Cuando leas esto (pienso muchísimo en cuándo será el día correcto) no sé pero casi estoy seguro que algunas penas, dolores o sinsabores habrás pasado. Quizá incluso te las dé cuando peor te vea, recién pasados tus 15 ó 20 años. Poco encontrarás en estas cartas que te hable de algo malo. Me llenas de energía positiva de solo acordarme de ti. Jejeje, para variar, tengo que apagar, nunca le calculo bien!!!, TE AMOOOOO!!!!!!
Jimena, Frida, Sofía, Emilio, Valeria y Daniela. Mis niños, no en posesividad ni en pertenencia, sino en mero gusto de obsequiarles cariño, les deseo que pasen un hermoso día del niño....