lunes, abril 26, 2004

Comer solo

En la religión de la oficina, comer solo es una de las mayores herejías. No lo había recordado hasta que en una plática familiar un compadre mío lo comentó de pasada: "Regresé, no había ya nadie y yo no voy a comer solo". Ahora entiendo porqué varios de mis compañeros de mi oficina me ven como bicho raro. Yo no siempre como solo, pero sí mínimo dos veces a la semana. De hecho, más bien aparto uno o dos días de la semana para comer con los de la oficina, por lo regular tengo una comida de trabajo (de negocios) a la semana y los otros días los reparto para comer solo.

Es un ejercicio interesante. Yo y mi comida. No me ha afectado mucho nunca y llevo ya 14 años de vida profesional con ése hábito. Es una hora en la que, además, trato de descansar de leer. No muy comúnmente me llevo periódico o revista o libro a la hora de la comida. Eso más bien lo hago durante el día, durante el trabajo, "alt+tab" es mi combinación favorita de teclas. También he mecanizado el "alt+spacebar,n" para minimizar de inmediato la pantalla que tengo a la mano.

Entiendo el miedo a la soledad, yo lo he padecido varias veces. Pero no entiendo porqué está tan extendido o porqué es tan profundo. De hecho a mí me hace falta soledad. Cuando no la tengo durante cierto tiempo me empiezo a sentir mal, lo somatizo. Una semana de no comer solo y me puedo empezar a asfixiar. No sé cómo tomaría o sentiría una soledad completa. Yo le he dicho a mi hermana Patricia que la soledad la ha hecho egoísta y que el egoísmo es una enfermedad crónica. Será un poco como la cafeína, la nicotina. Droga ligera que estimula y se hace necesaria pero que tiene un punto de inflexión que la hace adictiva o controlable.

Yo controlo mi soledad a la hora de la comida. Ahora lo que debo controlar es mi comida!