En la religión de la oficina, comer solo es una de las mayores herejías. No lo había recordado hasta que en una plática familiar un compadre mío lo comentó de pasada: "Regresé, no había ya nadie y yo no voy a comer solo". Ahora entiendo porqué varios de mis compañeros de mi oficina me ven como bicho raro. Yo no siempre como solo, pero sí mínimo dos veces a la semana. De hecho, más bien aparto uno o dos días de la semana para comer con los de la oficina, por lo regular tengo una comida de trabajo (de negocios) a la semana y los otros días los reparto para comer solo.
Es un ejercicio interesante. Yo y mi comida. No me ha afectado mucho nunca y llevo ya 14 años de vida profesional con ése hábito. Es una hora en la que, además, trato de descansar de leer. No muy comúnmente me llevo periódico o revista o libro a la hora de la comida. Eso más bien lo hago durante el día, durante el trabajo, "alt+tab" es mi combinación favorita de teclas. También he mecanizado el "alt+spacebar,n" para minimizar de inmediato la pantalla que tengo a la mano.
Entiendo el miedo a la soledad, yo lo he padecido varias veces. Pero no entiendo porqué está tan extendido o porqué es tan profundo. De hecho a mí me hace falta soledad. Cuando no la tengo durante cierto tiempo me empiezo a sentir mal, lo somatizo. Una semana de no comer solo y me puedo empezar a asfixiar. No sé cómo tomaría o sentiría una soledad completa. Yo le he dicho a mi hermana Patricia que la soledad la ha hecho egoísta y que el egoísmo es una enfermedad crónica. Será un poco como la cafeína, la nicotina. Droga ligera que estimula y se hace necesaria pero que tiene un punto de inflexión que la hace adictiva o controlable.
Yo controlo mi soledad a la hora de la comida. Ahora lo que debo controlar es mi comida!