Jorge G. Castañeda se ha postulado como "candidote ciudadano" a la Presidencia de México. Su web lleva ya rolando algunos meses y él mismo había anunciado que intentaba postularse, pero que su decisión dependía de factores estadísticos, es decir, ver qué popularidad alcanzaba. Antes de esta postulación, yo consideraba a Castañeda como el precandidato más afín a mis "ideas" (o lo que sea que se me ocurre en la cabeza, pero de alguna forma hay que llamarlas) y en general, al contrario de muchos conocidos y amigos, el tipo me cae bien, será que me identifico con lo mamón que es. Pero de la forma como se está lanzando empiezo, de inmediato, a desconfiar. Y es que la burra no era arisca, la hicieron a palos.
Principalmente su discurso antipartidos (que suscribo completamente, en términos de los partidos políticos mexicanos) me parece más un gancho "político-mercadológico" que una idea real en contra de la "partidocracia" como él mismo la llama. El "partido político" como expresión social funciona y bien en muchas partes del mundo, considerando todo lo bien que puede funcionar dentro de la democracia que a su vez es el peor sistema político con excepción de todos los demás, etc. etc. El ataque que hace el güero Castañeda es muy de vísceras, de "oposición" a "las mafias" y por lo tanto, me parece, una forma de demagogia. Y es que no puede atacarlos frontalmente, es decir, cuestionar el sistema de partidos en su esencia porque eventualmente tendrá que postularse por algún partido político y por otra parte la "ciudadanización de la política", él lo sabe, es una utopía irrealizable por los cuatro costados.
Ahí es donde entra mi mayor desconfianza. Si Castañeda sabe todo eso, porqué ha decidido ignorar ese conocimiento y lanzar una campaña ruidosa y demagoga, con sonrisas y chamarras, baños de pueblo, templetes y mítines? No encuentro explicación lógica.
Sus ideas son, creo yo, interesantes en el papel. Creo también que a pesar de su carácter, tiene suficiente talento político (apoyado en su enorme inteligencia) para sacar adelante, implantar esos cambios que propone. En A Los Pinos, Fox plasmó muchas buenas ideas que no ha podido poner a trabajar, justamente porque carece del talento político requerido. Es un poco como James Carter, un tipo con extraordinarias ideas e intenciones y muy pueriles e ingenuas formas de hacer política ruda, que es la política que se debe hacer cuando se ejerce el poder.
Así pues, el panorama de precandidotes al poder en México 2006 se ensombrece, si fuera posible, aún más. Martha Sahagún y el grisísimo Santiago Creel se disputarán la candidatura del PAN, en el PRD, AMLO no tendrá ni sombra de rival, extasiados como están sus correligionarios con su aplastante popularidad y el PRI, el PRI wákala como sea.
Espero que Castañeda rectifique el rumbo o me haga comerme mis palabras y logre algo así como la "ciudadanización de la política". Si fuera el caso, prometo comerlas con gran gusto.