martes, abril 12, 2005

Las ganas de saber

Llevo cinco años diciendo que ahora estudiar no tiene mucho chiste. No se necesita ninguna habilidad particular, ni buenos maestros, ni buenos libros. Todo el conocimiento está aquí, en internet. Paseando por la calle de Donceles, en el Centro Histórico, recuperé conciencia de que no todo el conocimiento está aquí, en la web. Pero haciendo la tarea con Jimena me dí cuenta de que sí está todo aquí.

La verdad no sé nada respecto a si la Web lo tiene todo o no. Es, en efecto, abrumadora la cantidad de información que tiene. Es claro que la Historia, los cinco mil años que ha durado la civilización escrita no puede volcarse toda de un jalón (en términos históricos, 10 años) a una sola vasija. Pero también es claro que la preeminencia del inglés es demasiada.

Yo aprendí Gramática Española hasta la secundaria cuando mi profesor me enseñó con enfoque semántico: ¿Qué es lo que significa cada tipo de palabra?, es decir, las nueve categorías gramaticales de la lengua, que es diferente al enfoque morfológico que asigna el valor de la palabra según su posición en la oración y que es el que enseñan en México en la primaria (sujeto, predicado, objeto directo, etc.). El enfoque semántico fue para mí mucho más claro y entendible y me llevó a entender mejor el morfológico. Saber que un verbo es la palabra que representa acción, pasión o existencia (sí, son excluyentes entre sí y todas las expresa el verbo) fue una iluminación, un "momento ooohhh". Categorizar las palabras también me ayudó a poner un poco de control sobre un universo que, antes de eso me parecía demasiado vasto y anárquico.

Y bueno, tuve un par de libros que explicaban perfecto las categorías gramaticales. Perdí ambos durante mi juventud y ahora no tengo materiales para explicarle a Jimena es forma de ver la Lengua. Yo soy muy malo explicando y necesito muchos materiales de apoyo. Y aunque entiendo bien la noción y diferencia entre conjunción y preposición sí que me ayudarían mis textos para explicarla mejor. Pero por más que he buscado en Google no encuentro el texto que me satisfaga de forma tal que se lo pueda yo presentar a Jime. Tendría que hacer un enorme compendio de pequeños trozos de páginas, por aquí y por allá, para obtener el resultado que quiero: un libro de Gramática tal y como yo la entiendo.

Y sin embargo, buscando una interesante tarea que le dejaron a Jimena (una investigación sobre cuántos lados y cuántos vértices tiene un círculo) descubrimos que ahí sí había mucha, muy interesante y muy accesible información pero... sólo en inglés. En lengua española encontramos un tratado matemático bastante denso que no correspondía a lo que Jimena pudiera explicar en una investigación de segundo de primaria. Pero en inglés hubo tres sitios que respondían la pregunta puntualmente, y además, de forma comprehensiva, amplia, y no quedándose sólo en la primera respuesta importante, que es que un círculo tiene lados infinitos sino explorando las consecuencias de dicha respuesta para que no se piense que es tan fácil responderlo.

Si ahora podemos saber tantas cosas con tan sólo escribir una búsqueda, ¿porqué no las buscamos todas?. ¿Qué nos detiene y qué nos impulsa a buscar algún alimento para el cerebro?, ¿de qué tamaño son nuestras ganas de saber?