lunes, mayo 31, 2004

Propósitos de medio año

La reunión de Fox con Madrazo en Los Pinos el jueves pasado, la desabridísima Cumbre de Guadalajara entre la Unión Europea y Latinoamérica y el choteo de la sucesión presidencial de 2006 hacen que mi habitual observación de la "vida pública del país" se adormezca hasta niveles que me tienen sorprendido. Siempre he sido apasionado del tema, desde que recuerdo que empecé a leer diarios, hace más de 20 años (guardo aún mis ediciones especiales de las Olimpiadas de Los Angeles 84). Ahora encuentro mi pasión anestesiada entre el sopor de la rutinaria estulticia y el pesimismo de la información convertida en rupestre conocimiento: El cambio es permanente e imperceptible, peor, inasible.

El cine en cambio sí se deja venir en avalancha, ya llevo tres blockbusters de como diez que parece traer el verano. De los chonchos me falta Kill Bill vol. 2, que dice mi cuate chango que es una obra de arte. Los otros ya estrenados Van Helsing, malísima y me encantó; Troya... me cagó tanta imprecisión pero me gustó mucho la personificación de los héroes. De niño siempre quise ser como Ulises y como Héctor, nunca como Aquiles. Es la conciencia de saber que por físico nunca destacarás. Lo hará tu inteligencia y tu bondad. (y ni así!, será que no soy bueno ni inteligente?). El otro, "The day after tomorrow", aplaudí de gusto y emoción de ver a los gringos de mojados. Qué patético me ví, pero no me arrepiento.

Como a mis Chivas le quedan dos semanas para ser subcampeonas del torneo de fútbol mexicano (Los Pumas están imparables, no se olvidé que en este mismo "blog" atiné a predecir al Pachuca como campeón del torneo anterior) y a luego luego empezará una Eurocopa de Naciones que se antoja de lo más insípida y aburrida (a la luz del Holanda-Bélgica del sábado pasado), creo que es hora de convertir estos dos meses, junio y julio de 2004, en los más productivos de mi vida. Trabajaré con la ilusión que tenía hace 12 años y con la misma energía que me llevó a esclavizarme en mi trabajo de forma tal que, entre 1991 y 1994, de 432 días, en teoría libres por fines de semana y descanso obligatorio, descansé menos de 100. Haré un reprise de dos meses. En ellos transcurrirá el sexto aniversario de Jimena y mi séptimo aniversario de matrimonio. Y ganaré mucho dinero. No digo cuanto porqué sé que alguien de Banobras me lee y podría ir con el chisme a Hacienda, pero por ganas de presumir no quedará.