miércoles, mayo 12, 2004

Haciendo campaña

The Economist, el heraldo de la inteligencia en la derecha mundial, dedicó su portada de la semana pasada al asunto de las violaciones de Derechos Humanos en Iraq. En realidad lo dedicó a una demana a la que siento la obligación de sumarme: Donald Rumsfeld es una amenaza para el mundo y debe renunciar. Él y el mago de actuar tras bambalinas, Dick Cheney, quienes en realidad gobiernan EU y que tienen a Bushito Jur (léase Bush Jr.) y a Condi Rice de parapeto solamente. Es de un cinismo espectacular cómo se aferran al poder a pesar de ser responsables de una atrocidad como esa.

Sí, la verdad es que es ingenuo pensar que en una guerra, donde las pasiones de aniquilación son utilizadas con fines políticos, no se den este tipo de situaciones. Pero no por miedo a parecer infantilmente ingenuo deben dejar de señalarse y, como en este caso, demandar responsabilidad. Se especula mucho sobre la situación y yo encuentro particularmente interesantes los enfoque que Alfredo señala al respecto, pero más allá de esas especulaciones, es necesario remarcar el hecho de que esos comportamientos atroces (derivados e hijos lógicos, sí, de una política atroz) están demasiado fuera de lo debido.

No encuentro mucho qué decir sin parecer idiota. Pero algo dentro de mí me dice que hay que trascender el pacifismo a ultranza y, aún dentro del marco "malo" de la guerra decir que esto se pasa demasiado de la raya. Sting cantó alguna vez que "There is no such thing as a winable war, it is a lie we don't believe anymore". Pero la seguimos creyendo, todos los días...