Mi jefe me evade seguido. A la hora de comer, o visitar clientes o lo que sea, casi nunca andamos solamente él y yo. No nos llevamos bien a nivel personal, aunque existe un gran respeto profesional. Es extraño, porque este trabajo es en el que más he durado desde hace 10 años (apenas llevo 2 años) y en realidad apenas hemos convivido. Pero le gusta la forma como llevo las cuentas y yo reconozco que él sabe llevar bien la empresa (y no me gusta); es un tipo "exitoso".
Los nerds somos señalados como inadaptados sociales. Pero lo que no podemos hacer bien es convivir con la manada. En la "pomida" de fin de año de la oficina yo estaba con mi súper jeta de aburrición y aunque si me chingué mis buenos 9 tequilitas, no le entré con furia como los demás al desenfrene alcohólico. Soy malísimo para beber en manada. Para convivir en tribu, en general.
En cambio los encuentros "tête á tête" los disfruto enormemente. Aunque la frase se usa más bien como para identificar encuentro entre "líderes", me gusta adaptarlo a la situación del "uno a uno". Principalmente por el hecho de que es el individuo, cualquiera, el que da razón a la Humanidad de existir. En rebaño nos encuentro despreciables.
Justo la individualización es donde surge la creación. El trabajo en equipo implica competencias y deslealtades. La conversación individual elimina gran cantidad de poses y máscaras que solemos ponernos para convivir socialmente. Aunque permanecen algunas, la verborrea entrenada como la mí es capaz de irlas quitando con mayor facilidad. Además, suelen ser sólo velos que esconden algo, pero no todo.
El problema "humano" de los empresarios es que suelen volverse individuos vacíos. El "hacer empresa" implica una anulación del individuo, por más que suene paradójico. El objetivo "generar riqueza" está totalmente contrapuesto al desarrollo individual. La acumulación de dinero, si bien pareciera un acto de egoísmo supremo (El Avaro de Moliere o Rico McPato de Disney) es en realidad una supresión. Un intercambio entre el dinero y la persona. El dinero que genera el empresario es, siempre, un "yo tomo de ustedes una parte y la junto". Está mejor ilustrado en "Contact". S.R. Hadden dice que quiere devolver a la Humanidad lo mucho que le ha dado, y al decirlo, se corrige a sí mismo y dice "from whom I've taken so much". Y sólo así, convertiéndose en dinero, se puede acumular dinero.
La contradicción de mi jefe está en que, al interactuar conmigo, se siente humanizado. Porque le ha costado trabajo suprimir su parte humana en aras de su conversión a "empresario". Hubo un momento en que intenté acercarme para ayudarlo con eso. Error, a mí me conviene que se convierta completamente en empresario y estar al lado. La riqueza suele salpicar.