El cuento de hadas hecho realidad. Sólo que mejor, porque Rowling no tuvo que casarse con ningún príncipe ni aguantarle nada a ningún marido, sólo tuvo que escribir un libro para convertirse en multimillonaria. En realidad han sido cinco. En el DVD de Harry Potter and the Chamber of Secrets se le ve en insoportable estado de mamonez. Alfonso Cuarón no quiso dirigir The Goblet of Fire a pesar de las jugosas cantidades ofrecidas por la Warner por el buen trabajo (se dice) que hizo con The Prisioner of Azkaban. La presión de Joanne Kathleen es asfixiante. Pero también, es evidente, es reflejo del entorno.
Las religiones son el mejor negocio del mundo. De la nada (las ilusiones son nada) haces dinero. El fanatismo de los seguidores del maguito inglés (inclúyanme, por supuesto) ha sido excesivo para esta mujer. Pero la industria creada alrededor de esa ilusión le ha dejado cuentas bancarias por más de 500 millones de dólares. Forbes, el Cosmopolitan de la riqueza, calcula su net worth en mil millones de dólares. Eso es lo que vale la franquicia, la marca Harry Potter, de la cual Rowling es dueña única. Se alimentan mutuamente, claro.
El valor de las ideas ha ido afianzándose como una de las mejores fuentes de negocios. La segunda empresa más grande del mundo por su valor de mercado es General Electric, que nació cuando a Edison, literalmente, se le prendió el foco. Rowling tuvo su idea e hizo su libro. Ella pensaba lograr buenas ventas y "salir de pobre". Su marca adquirió un poder tal que, si Coca-Cola quería hacer negocio con ella, debía donar grandes cantidades a libros infantiles. En la época en la que muchos jóvenes buscan su ideología en el No Logo, los niños ven surgir la que posiblemente se convierta en la marca más poderosa de todos los tiempos. Star Wars, el único fenómeno comparable, tendrá "sólo" seis partes, mientras que desde hace tres años Rowling declaró que Harry Potter acabará cuando salga (vivo o muerto) del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería en su séptimo curso escolar. Con la ventaja para Potter de que, además de su éxito cinematográfico, tiene el éxito editorial del que no goza la franquicia de Lucas.
Suele criticarse el capitalismo por ser capaz de producir esos aparentes sinsentidos. Matt Groening, creador de Los Simpsons, es multimillonario y tiene 8 años que no escribe un guión para dicha serie ni hace un dibujo de Bart. Pero según yo esa es la virtud del capitalismo, que algunas creaciones (aún dentro de toda la basura de Talk Shows, telenovelas, películas efectistas) pueden encontrar un valor de recompensa importante para sus creadores.
Rowling billonaria (¿millardonaria?) es tan polémica como Rowling escritora. Muchos dicen que la saga Potter tiene escaso o nulo valor literario. No lo discutiré, no poseo elementos de juicio para decir si La Isla del Tesoro tiene más valor literario. Sé que he disfrutado por igual los dos libros, y que ambos logran que los niños se sienten a leer extasiados. Y eso vale, merece un premio.