martes, febrero 24, 2004

¿Dónde está la esperanza?

Se fue la móndriga ayer y sin despedirse: "como las chachas", dirían.

Cada acto de un niño es una esperanza. Por eso la juvenofilia se convierte en religión. Los viejos vemos en los jóvenes la oportunidad de concretar nuestros sueños fallidos. Es una presión nefasta, también me tocó vivirla y hace no tanto tiempo, aún lo recuerdo.

Vía dosis ingentes de propaganda juvenofílica un grupo de cabrones que se llaman así mismos "partido político" han logrado hacer de la actividad partidista un buen negocio y una rentable forma de vida. El Partido Verde, en México, tiene marca registrada a favor de la Familia González Torres. De rancio abolengo, los González Torres han hecho su fortuna, bien trabajada, no viene al caso negarlo, con el comercio farmacéutico de varias generaciones atrás. No, no son nuevos ricos. Pero sí son "millonarios desempleados" puesto que sus empresas se manejan solas y sin muchos planes de expansión (o sin capacidad) para hacer mejores negocios vía el trabajo, han decidido mejor hacer negocios vía la política.

Los movimientos políticos "verdes" tuvieron su época dorada en los ochentas, cuando era ésa la única guerra política "ganable", todo lo demás se resolvía a punta de amenazas atómicas. Poco a poco el ecologismo a pasado a ser bandera de todos y dominio de nadie. Sin embargo, en las últimas elecciones en USA, el "verdismo" le propinó la puntilla a sus supuestos aliados ideológicos, los demócratas y les "quitó" los votos con los que hubieran ganado, con facilidad, la elección. (por cierto que Nader ha dicho que de nuevo se postulará, Bush de seguro estará feliz).

En nuestro Mexiquito lindo y querido, esas posiciones ideológicas son como cualquiera, completamente mutables. Fox en teoría viene de la derecha y sí es bastante católico el ´ñor pero ha engordado su gobierno como el más estatista de los presidentes. El Peje de Gobierno es de izquierda y su mejor aliado político es el empresario más rico del pais. Por lo tanto, es bastante normal que el ecologismo no sea tal, sino una forma más de hacer negocios . Ayer vía López Dóriga y también vía Carmen Aristegui (de Sámano!) y Javier Solórzano (de Solís... dice Edith) se dio a conocer un video donde el presidente del partido verde (así, con minúsculas) está haciendo una familiar tranza. A cambio de ciertos permisos de construcción (presumiblemente) le tocarían al tipo este dos millones de dólares.

Mentira que por tener mucho dinero el tipo sea dificil de corromper. No conozco un sólo millonario que no quiera tener dos millones más, justo por eso son millonarios! El pretexto, hoy en la mañana, es que los estaba "toreando" para ver hasta dónde llegaban. Aquí el problema no es si hay justicia o no (esa se compra y por menos de esa lana) sino que la "carrera política" del tipo no se verá mayormente afectada. No pasará del "periodicazo del momento". Una carrera política construida alrededor de propaganda juvenofílica. Ofreciendo que porque "son jóvenes" podrán buscar un cambio. "No están maleados". De las raíces ecológicas del partido, ni quién se acuerde. De repente las mencionan como para cuidar unas apariencias que ni ellos se creen. Y su otro discurso, si acaso alguien les creyó alguna vez, se evapora como alcohol con esta nota.

Pero hoy Jimena y su "banda de Nenet Calli" (como ella los llama) me hicieron entender que sí hay tal cosa como "esperanza". Tuvieron su acto de homenaje a la bandera y fue fabulosamente desordenado. Una "escolta" marchando con todo el desorden imaginable. Una maestra de ceremonias improvisando cada parte del acto. Y Jimena leyendo el "discurso" conmemorativo e improvisando al final el porqué ella cree que los aztecas escogieron a la Coatlicue como "bandera". Sus compañeros (su banda) se nos acercaron a Edith y a mí, terminando la ceremonia, para preguntarnos cómo es que Jimena había aprendido a leer tan bien. Papás pavorreales, no supimos dar una respuesta que no sonara arrogante. Pero ellos mismos se contestaron: "leyendo mucho". Y sin problema, como si leer mucho fuera (es) igual que comer mucho, o patinar mucho, o jugar mucho al futbol. Convivencia plena. Olvídense de la tolerancia, convivencia Montessori. Cada quién en su cada cual y todos juntos pero no revueltos.

Los niños sí pueden matar y revivir a la esperanza.