viernes, febrero 20, 2004

1-0

Muchos dicen que ése es el marcador perfecto en el futbol. Todo salió en orden y de un solo error (o de la única genialidad posible) nació el único gol del partido. Las Chivas son superlíderes del futbol mexicano con 4 partidos ganados por 1-0. Acá se les llama superlíderes, porque, a diferencia de la mayoría de las ligas profesionales de futbol del mundo, esta cosa rara llamada Primera División está organizada en diferentes "grupos". Durante la primera fase del torneo, los 18 equipos juegan todos entre sí, una sola vez, alternando visitas con encuentros en casa. Una vez concluída esa ronda, los dos mejor clasificados de los cuatro gurpos obtienen lo que se llama "pase a la liguilla" que es como un "Torneo de Copa". Además de eso, los dos últimos lugares de los que pasan a la liguilla deben eliminarse con los dos mejores terceros lugares de cada grupo si es que tienen menos puntos que ellos.

La Liga de fútbol mexicano solía ser larga como cualquiera (a visita recíproca) y había también ese mecanismo de Liguilla para dirimir al campeón. O sea, una mezcla entre las tradicionales ligas europeas y los torneos "coperos". En 1986, cuando recibimos el Mundial en casa, se cambiaron las reglas para permitir a la Selección mayor tiempo de concentración y compenetramiento. Y de ahí para acá, esto es un desmadre. A veces importamos el modelo argentino, y siempre con delicioso sabro a jalapeño y tequila, le ponemos en la madre.

El gol del 1-0 suele ser el milagro, el punto de quiebre. El único resquicio o la maldita (bendita) suerte de fallar o acertar justo en ese momento. Un equipo rácano en el ataque, dedicado a destruir (eficientemente, eso sí) las intenciones ofensivas del rival puede, con un poco de suerte, obtener este premio que muchos llaman injusto.

El 1-0 refleja la mínima diferencia, el estar casi iguales, la deseada "egalité" de la Revolución Francesa. Propone una victoria sin humillación del contrario, evoca sacrifico y pelea hasta el último momento, el famoso "último aliento". Deportividad y caballerosidad de pelea y no de avasallamiento. En terminología estricta significa, además, que la casa siempre gana. (1-0 indica que ganó el local y no el visitante, aunque eso en México no se usa tanto, acá se suele dar el marcador verbalmente poniendo primero al que ganó, sea local o visitante)

El Guadalajara ha sido tradicionalmente un buen equipo defensivo. Los últimos defensas centrales de la Selección, desde el 85, han sido del Guadalajara. Y en virtud de su necedad de no contratar jugadores extranjeros, siempre ha padecido la falta de un buen goleador. México sólo ha producido un buen goleador (tres, diría yo, pensando en Luis García y Carlos Hermosillo) y no tan querido y popular sino solamente admirado.

El 1-0 promueve el sueño. El sueño del vencedor de no haberse dejado arrebatar la victoria pero de miedo (driver motivacional para el siguiente encuentro) de quizá haber estado cerca del empate. El sueño del vencido de dar el extra en el siguiente partido para evitar otra derrota tal.

El 1-0, finalmente, ha sido la forma como el Guadalajara se ha reencontrado a sí mismo. Buena defensa, ataque regular, buena suerte. Arriba las Chivas!!!