miércoles, enero 21, 2004

Davos, las élites y su encanto

Durante años, muchos, me engañé a mí mismo diciendo que no me gustaría ser rico. La moral cristiana de pobreza en la que fui educado, más la conviccián de la injusticia del mundo que adquieres como adolescente pequeñoburgués despertó en mí la firme idea de no querer ser rico. Después, cuando conocí gente rica tendí a despreciar su forma de ser.

No, no era "pura envidia". Pero la envidia no estaba del todo ausente. Como sea, siempre me ha traído sentimientos encontrados la Trinidad "Poder-Dinero-Libertad". Me atrae, sin duda. No me marea el dinero, pero alguna vez comenté con A. (sí, "a-punto") que no, no pienso como gente de dinero. Pero en realidad, lo que hace falta es ver la ecuación completa: Dinero+poder+ó=libertad. Desde hace tiempo sigo la reunión de Davos con avidez. Desde que pusieron en la web las conferencias devoro con gula lo que ahí se dice. Clinton elogió en la mañana a Zedillo por su aporte como "estadista", al permitir la transición pacífica del PRI con Fox. Aquí echamos madres infinitas sobre lo jodido de nuestros gobernantes, o de lo jodido de "este país". Entiendo que muchos puedan decir que Clinton está hablando a nombre de gente que está agradecida con Zedillo por los jugosos negocios que pudo hacer en México con su ayuda. Pero eso no quiere decir que el agradecimiento se tenga que traducir en elogios pendejos. No, Clinton dijo eso porque sí lo cree.

Ese es el resultado de la suma "dinero+poder+ó=libertad". Ves netas. No son las únicos que las ven, aclaro. Pero de que se ven mejor ahí, se ven. Es más fácil distinguirlas. Si nuestros gobernantes, en paises tercermundistas, no las ven, es porque no tienen ni poder ni dinero, y además suelen ser algo pendejos. Mi reciente afición a la política española me ayudó a confrontar eso. Aznar tiene ideas autoritarias, cabronamente represivas para la realidad social española (peninsular? me aceptarán los catalanes y los vascos?). Pero ni es pendejo ni se deja de enterar de lo que pasa en su país.

Por eso me gusta leer por igual The Economist que La Jornada. Trato de enterarme qué dicen las dos partes sobre cada tema. Mal, porque de hecho nunca hablan de las mismas cosas. Pero en el fondo, a su manera, buscan la verdad.

Aunque también hay posiciones que se van acercando. El Banco Mundial, el menos malo de los organismos multilaterales financieros, ya tiene presencia en el némesis de Davos, el Foro Social Mundial. Y algunos noamchoskystas también son escuchados en el balneario suizo.

Ese encanto tienen las élites. Uno es el que busca llegar ahí. Ellos ahí están.