martes, enero 13, 2004

Bolivariana

Sólo he estado una vez en Venezuela (chamozuela, le dicen peyorativamente sus vecinos colombianos), en 1999, por ahí de marzo, creo, estuve una semana en la ciudad de Valencia y pasé fugazmente por el aeropuerto de Caracas a mi regreso (de ida la escala fue en Miami). No me gustó. Es el país/viaje que menos me ha gustado de cuantos he hecho. Que no son tantos, sí, pero tampoco son pocos.

Justo por la época en la que estuve ahí, Hugo Chávez estaba formando su "Asamblea Constituyente" para refundar el país, e incluso cambiarle el nombre. Desde antes desconfiaba de él, pero estando allí me tocó ver una intervención suya con un rifle (o metralleta, algo así) por televisión, dirigiéndose al poder legislativo, en forma francamente amenazadora. Esa imagen me convenció que algo estaba muy mal en un país donde un presidente, electo democráticamente, sí, tenía (o quería) que usar un arma para hablar de sus "ideas".

Valencia es una ciudad eminentemente industrial. Entiendo que tiene poco más de un millón de habitantes y por lo tanto, a mí me pareció pequeña. Visité cuatro o cinco clientes durante la semana y convivimos, el que era mi jefe y yo, todo el tiempo con nuestro "distribuidor local". Varias cosas me llamaron la atención de la gente venezolana, concedo que no mucha, que pude conocer:

1) Una flojera total. En Argentina los mexicanos tenemos reputación (bien ganada) de flojos. Pero los venezolanos se llevan las palmas. El segundo día que estuve ahí me quedé preparando una presentación que debía dar al día siguiente en la mañana. Eran las cinco y media de la tarde. Era primavera. Pero no, ya era muy tarde para seguir trabajando, así que vámonos y ya lo vemos mañana. "Oye, pero tengo que terminarla y sólo me tardo 15 minutos", "no mi hermano, esos 15 minutos quién me los paga?" me dijo nuestro anfitrión-chofer. Reconozco que no había mucho problema, podía terminar la presentación en el hotel, pero sí me sacó de onda la actitud.

2) Mucha soberbia. Entiendo, o creo, que los mexicanos no somos (contrario al resto de Latinoam?rica) santos de su devoción por razones que escapan a mi entendimiento. Si en Chile de inmediato nombran a cuanta actriz de Televisa recuerden cuando al taxista le dices tu nacionalidad (o al América donde jugó Zamorano, puajjj), en Venezuela, sin comentario de por medio, me soltaban: "Las telenovelas venezolanas son las mejores del mundo" y yo "ah, pus de seguro que sí". Ellos producen más petróleo que México, las mujeres venezolanas son más hermosas que las mexicanas (que las chilangas sí, pero eso no es mucho mérito), José Luis Rodríguez El Puma es el cantante de habla hispana más importante después de Julio Iglesias, Thalía es sólo una mujer "plástica". Bueno, ya entrados en el debate (me picaban más fácil la cresta en ese tiempo) hasta me dijeron que Uslar Pietri sí era un verdadero escritor y que Octavio Paz no. Lo más raro era que todo me lo soltaban a botepronto, sin que yo empezara ninguna plática.

3) La injusticia social y el racismo son tan crónicos como en todos lados. Eso sí, ni más ni menos. Los ricos, la élite, disfruta de una vida de magos (disfrutaba) y todos ellos hacían negocio en grande con PDVSA. Los pobres, los negros, todos pobres. No me tocó tratar con ninguno que fuera siquiera moreno como yo. Todos blancos. Sí, desde la clase media. Terrible.

4) Caribeños. La fiesta no es lo más importante, es lo único. Paráfrasis "lombardiescas" aparte, sí, son tan fiesteros y sangre caliente como los dominicanos pero sin la gracia de estos últimos.

No, no me gustó Venezuela. No me gustaron las arepas (no he probado las colombianas) ni los guisos con yuca ni el ron venezolano (no me gusta el ron en general). Sus mujeres, reconozco que bastante bien formadas, tampoco me gustaron y mi corazón de condominio, mi princesa lo sabe, pertenece a las argentinas.

Venezuela es una paradoja. Es un país que ha vivido en normalidad democrática por casi todo el siglo XX. Tiene y produce el mismo petróleo que México. Tiene pocos habitantes en relación a su territorio y recursos petroleros. Ellos sí tienen recursos naturales gigantescos, Mucha agua para tener una buena industria agrícola y ganadera. Grandes planicies. Isla Margarita. Y no, con todo eso, son pobres e inequitativos y, a mi gusto, muy extraños. No me sorprende, eso sí, que tengan a ese presidente. Si Fox es el colmo por burro (checar la caricatura de Calder?n de hoy en Mural) Chávez es, de corazón, un fascista. Y la verdad, sí, por mucho que me critiquen, me quedo con Fox.