Si yo fuera periodista estaría cocinando una súper noticia, un gran reportaje. Dicen que los blogs nacieron en parte para eso, para que las "noticias" no pasen por el filtro de la edición y de "la fuente" lleguen al lector sin intermediarios. Esa es otra discusión en la que no me voy a meter de momento, aunque sí tengo mi poco fundada opinión al respecto, no es que le saque al parche, pero no es el asunto de momento.
En virtud de mi trabajo actual he aprendido algo del funcionamiento de las áreas de cobranza de los bancos y otros otorgantes masivos de crédito. Cómo operan, qué procesos siguen y qué sistemas utilizan. Y como suele pasar, al que sabe algo, llegan y le preguntan los que no saben.
En el último mes he tenido juntas con personas de una instancia federal y otra estatal que se encargan de "recuperar" créditos ya muy vencidos otorgados con fondos del Gobierno. La instancia federal maneja 400 mil créditos y la estatal 120 mil (no son las únicas que gestionan esos créditos, son dos ejemplos que yo he conocido y revisado). Si se suman ambas "carteras crediticias" estamos hablando de recursos por más de 5 mil millones de dólares. Y son créditos, todos, de dificil gestión por haber sido mal otorgados, hace mucho tiempo, sin garantías de recuperación. Lo interesante es que ambas entidades nos contactaron para buscar solución a su problema de recuperación de créditos porque ahora, actualmente, nadie le cobra a esos deudores.
Lo más interesante de ambas reuniones fue el trasfondo operativo. En las empresas que he podido atender con esta situación, lo que les interesa es cobrar. Hay muchas opciones para cobrar y todas son examinadas con suma atención. En cambio, en estas dependencias, la intención de montar una operación similar a las de las empresas privadas es la de "contactar" al deudor pero no necesariamente "cobrarle" sino solamente invitarlo a pagar. ¿Qué cuál es la diferencia?, bueno, en las palabras de uno de ellos "si el acreditado no nos quiere pagar, yo no le puedo cobrar".
Sí, se me cayó la mandíbula al piso, como a Jim Carrey en The Mask. El argumento es que como son "créditos sociales", el cobrarlos implica un malestar social que el Gobierno no quiere afrontar. Así que si no quieren pagar, pues que no paguen. En la entidad estatal por lo menos se sabe que los créditos fueron otorgados para vivienda (mala, fea, mal hecha) de clases necesitadas, aunque también se sabe que el otorgamiento fue selectivo y amañado. En la otra, mucho peor, está ya detectado que el 90% del monto de la cartera fue a parar a manos del 10% de los acreditados...
Y esto es sólo una pequeña parte de un problema mucho mayor, que es dificil de cuantificar. Pero haciendo cuentas, 5 mil millones de dólares es la mitad de los ingresos por petróleo de un año (de los netos para el Gobierno, no las ventas de Pemex), la mitad de las remesas de dinero de los mexicanos trabajando en USA, el 20% del presupuesto total de Educación para todo el país. Y un largo etcétera.
Y mi opinión profesional es que ese dinero está destinado a perderse, a ser regalado sin que nadie se tome la molestia de recuperarlo. La legislación, la política y la burocracia están condenando a este país a esforzarse cada vez mejor en ser más pobre...