Uno de los pilares fundamentales con los que fue construído el México del siglo XX fue la Seguridad Social. No en términos de "public welfare" como se le conoce ahora sino en términos de apaciguar a una sociedad tendiente a "soltar bala" a la menos provocación (paz social, le llamaban eufemísticamente). Hasta bien entrada la década de los 60's las pistolas eran de uso común en pueblos, campo y ciudades. Mi abuela huyó de su pueblo natal justo por un diferendo que su padre arregló a balazos hace unos 60 años. Así, el PRI, el partido en el poder, construyó un tejido social harto complicado donde sí había una forma para los ambiciosos de sobresalir, otra forma para los ricos de seguir siendo ricos, otra forma para subsistir con lo mínimo indispensable si esas eran las aspiraciones. Pero todo dentro del "partido". Así, el Partido debía repartir, alternativamente, pan y palo (teoría que puede parecer funesta, por que su creador no es muy popular pero no por ello es menos cierta). En la repartición de los panes y los palos, al igual que Chucho, el PRI puso más énfasis en la canasta que en el proceso de distribución y por lo tanto tenemos el país que tenemos, con una riqueza razonablemente grande y un nivel de vida irracionalmente jodido. El peor defecto del PRI es que giraba cheques sin fondo, en lo político y en lo económico. Uno de esos cheques fue el que le giró a los trabajadores de una institución a la que en lo personal aborrezco pero que creo que es, al menos en concepto, una gran idea del sistema mexicano: El IMSS.
La salud es, junto con la educación, uno de los dos grandes temas sobre los que nadie discute y todos hablan. Todos dicen que son fines básicos de cualquier sociedad (y lo son), pero curiosamente, el dinero, que nunca alcanza, tampoco alcanza para la salud y la educación. El IMSS fue creado con un razonable espíritu liberal y al mismo tiempo una importante ideología social(ista): El Estado tendrá como misión cuidar de la salud. Se crearon dos órganos, uno completamente público (la Secretaría de Salud) y otro, si bien público, se sostendría de forma mixta con aportaciones de los trabajadores, los patrones y el propio Gobierno (el IMSS).
La fórmula del "todos ponen" no tiene vuelta de hoja, es buena por donde se le vea. El problema cuando todos ponen es que todos quieren sacar más de lo que ponen. Los trabajadores, más calidad de servicio de la que están pagando (porque se supone que para eso el Gobierno y los patrones pagan otro cacho). Los patrones quieren que el Gobierno ponga más que ellos o de plano no poner (que es otra forma de "sacar"). El Gobierno quiere que, con lo que ponen los demás, lo que él tenga que poner sea en forma de "administración de recursos" y no tanto en recursos. Obvio, todo es un desmadre.
Desde hace un año, aproximadamente, el gobierno de Fox se dio cuenta que hay varias cuentas que no salen. Los políticos son los cortoplacistas por excelencia, pero el PRI de los últimos 30 años fue el epítome del cortoplacismo. En la hora de repartir pan, fue fácil ofrecer a los trabajadores del IMSS una serie de "prestaciones" que no representaban un gasto inmediato. Así nació el problema de las pensiones que desde hace un año trae en jaque a la opinión pública y no es para menos, porque no es un problema sencillo:
1.- No hay dinero para las pensiones: Cuando se ofreció la prestación se debió acompañar de una medida contable básica, la creación de reservas para garantizar el pago de dicha prestación cuando venciera. Es decir, si actualmente tengo 100 trabajadores que les toca jubilarse en 10 años, tengo que apartar el dinero que les debo pagar cuando se jubilen. No se hizo así, se les ofreció por contrato la prestación pero no se apartó nunca el dinero.
2.- Obvio, se están jubilando los trabajadores, no hay dinero apartado, etiquetado para eso, pero se tiene que pagar, pues en lugar de comprar medicinas que nadie me demanda si no tengo, tomo ese dinero y pago lo que sí me demandan si no pago.
3.- Si no compro medicinas y soy una institución dedicada a la salud, pues entonces no tiene caso que exista.
En este problema todos tienen razón. No es justo que si se les prometió a los trabajadores ciertas prestaciones no se les paguen, pero tampoco se puede dejar de dar atención médica!, hay que encontrar el dinero para cumplir con las dos obligaciones. Si bien es cierto que "suena" injusto que los trabajadores del IMSS se jubilen con mayores privilegios que el resto de los mexicanos también ha sido injusto el sueldo con el que han trabajado durante esos años. Su labor es muy importante y su salario una verdadera mentada de madre. Si no se les pudo ofrecer una remuneración digna durante su vida laboral, pues por lo menos la opción de jubilarse antes y buscar otra forma de trabajar y conseguir dinero teniendo ya cierta base asegurada. Pero el costo de "pagarles" lo que no se les pagó antes resulta ser tan alto que puede llevar a la quiebra al Gobierno completo.
El punto toral del asunto es lo que siempre dice la ideología liberal: El Gobierno es, por naturaleza, mal administrador. Y eso es siempre cierto porque los políticos funcionan por periodos, cuando quieren alcanzar el poder y cuando lo tienen. Lo demás, el futuro, ya no les toca a ellos. Muchos países del mundo han resuelto ese problema haciendo que cierta parte del Gobierno, la Administración Pública, funcione separadamente de los vaivenes políticos de partidos de izquierda, derecha, nazis o stalinistas que puedan llegar. Es hora de que hagamos eso en México, antes de que nos lleve el diablo de la Inseguridad Social.