lunes, septiembre 06, 2004

La cura de todos los males

Ayer estuvo por primera vez en la ciudad en la que, estoy seguro, tienen más fanáticos en el mundo, The Cure. Es un fenómeno sumamente extraño ya que si bien son parte del star system del rock and roll mundial, en general son un grupo "de segunda división", sin estar a la altura de cualquiera de los mitos rock y pop. México les dedica, sin embargo, una veneración muy superior. Ya desde que yo era joven (y de eso ya tiene 20 años), The Cure era un símbolo de una cultura, los wavers (seguidores del New Wave) los adoraban ciegamente e incluso el mejor grupo de rock pop mexicano de todos los tiempos, Los Caifanes, surgieron como grupo a la sombra e influencia de La Cura. Poco a poco nos fuimos documentando y para cuando The Cure produjo Disintegration había una buena cantidad de bien informados y documentados "darkies" que fueron los abuelitos de los actuales "darketos".

No me atrevo a generar ninguna interpretación del éxito de The Cure en México y su permanencia entre los nuevos escuchas (me dicen que hubo de todo tipo y edad en el concierto), hecho quizá más misterioso y sólo igualado por U2, pero en ese caso sí estamos hablando de Primera División. Su música, sin ser genial, es bastante decente. No hay, sin embargo, un sello distintivo que no sea la voz de Smith. Sí, las greñas paradas y las caras pintadas, y una forma de pesimismo (ese sí, acorde al subconsciente tenochca) sin drama, pero sin remedio.

No pude ir, mi economía no aguantó bien los embates del regreso a clases y los boletos volaron antes de que pudiera llegar la salvadora "próxima quincena", pero mi hermana me llamó cuando tocaron mis rolas favoritas. De hecho yo creía que no tocarían Disintegration, mi top absoluta del álbum homónimo, pero sí, sí se la echaron y con particular enjundia. Esos toquines, el encuentro de un colectivo rabioso, furioso, anhelante y un agrupación creativa y con personalidad han resultado, según todas mis experiencias, la cura de todos los males. No he de tener tantos, que no maté por tenerla. Mentira, si a algún concierto me duele haber faltado fue a ese. Salud por los que sí pudieron ir.