miércoles, junio 09, 2004

Jonás y la ballena

En mi primer viaje de trabajo a USA algo de lo que más me atrajo fue la visita a la librería (donde me compré mi Kip S. Thorne's Black Holes and Time Warps) y mi visita a la tienda de música donde me compré mi Don't Explain, del inexplicablemente ya fallecido Robert Palmer. En esa misma visita encontré en el exhibidor, con "orgullo hispano" (que no existía tanto esa época) el disco de Miguel Bosé XXX que ya para ese tiempo (1995) tenía sus buenos 6 ó 7 años de viejito. Y fue orgullo porque el disco no estaba en la sección de música latina sino en la de música pop. Me gustaban tres rolas de ese disco: Quieres América, por el trepidante inicio (muy bailable), Justine porque me recordaba a Ixchel, un cierto amor platónico de la preparatoria con eso del "Justine es cruel y bonita..." y Jonás y la Ballena, por mi afición infantil a esa historia que, obvio, es muy infantil.

José Luis L me preguntó hace una semana si no tenía miedo de "exponer" a mis niñas. Exponer, como sacarlas a la luz, como decir que existen, con nombre y apellido. He sido inconsciente en mi declaración pública de existencia y sólo hasta que me lo preguntaron recapacité. Mi jefe me dijo ayer acerca de unas calcomanías para automóvil que se están poniendo demasiado de moda acá en el DF, que era una tontería comprarlas porque invitan al secuestro. Las calcomanías (pegatinas en España) son caricaturas de la familia y las puedes comprar según miembros tenga tu propia familia para el medallón trasero del coche. Según la intrincada elaboración de mi jefe, eso le decía a los hipotéticos delincuentes con cuántos miembros cuenta tu familia y por lo tanto qué tan secuestrables son. A mí nunca se me hubiera ocurrido comprar esas cosas pero por nacas, cualquier adorno al auto que no sea la pintura y los rines me parece nauseabundo, pero eso de "temer" ser secuestrado es algo que nunca me ha pasado...

José Luis utilizó durante nuestra mini conversación una frase, el "bajo el signo de caín", que, según entendí, es una forma de miedo, de la gente que vive con miedo. Hombre que soy, al fin y al cabo, por no parecer ignorante, no me aseguré de que el sentido fuera el correcto. Bosé tiene un disco que así se llama y que, por cierto, no sé ni qué rolas conocidas trae. Y en Justine ya lo menciona "marcada en vida por aquel que marcó a Caín". Dios?, whatever!

Investigando con mi mejor amigo (Google) encuentro varios significados al signo de Caín: la errancia, el fraticidio y el miedo. ¿Son tres caras de la misma cosa?. Sí, creo que uno siempre puede encontrar líneas que unan puntos. Jonás tenía que anunciar y predicar a Yavé en Nínive, ciudad asiria. Un gran pez (para que los fundamentalistas bíblicos no me acuchillen) lo llevo a fuerza, porque el tipo no quería. Además lo llevó dentro de sí. Errancia involuntaria, miedo a su Dios, Jonás fue un descendiente marcado por ese signo.

Me siento errante por ser aficionado a pisar el acelerador, a caminar sin pausa, a volar tanto como pueda. Soy miedoso hasta límites infantiles, me hacen "bu" y brinco. Pero no soy fraticida. No quiero matar a mis hermanos. Me gusta mi prédica y por lo tanto no soy tampoco como Jonás que trajo la desgracia a los asirios con su prédica miedosa y errante. El internet es un ancla fija y mi dirección de hotmail es mi única constante en ocho años. Un ancla que, por cierto, no existe...