Sí, si yo era Luke Skywalker tengo que tener a mi hermana. En realidad, ya hablé de las otras dos, pero de ella no lo suficiente.
Cuando le platico a Edith de mi infancia siempre digo que Paty era un animalito. Así, sin más. Era puro instinto mi hermana. Nunca pensaba, ni sus actos ni sus reacciones. Para mí era una persona extraña. Me avergüenza reconocerlo ahora, pero en ese tiempo me avergonzaba de ella. Era yo insoportablemente engreído (sí, más que ahora!) y el tener una hermanita así, que nunca usara su cerebro, me parecía la mayor de las desgracias.
Sólo que había un detalle que a nadie de la familia escapaba: Paty era "la bonita". De todas las primas, aunque había unas guapitas, ella era la que tenía el mejor cuerpo y eso se notó mucho más en la adolescencia. Delgadita, finita, pero con todas sus curvitas bien puestas. Eso causaba mucha envidia entre los primos, aunque ni a Laura ni a mí nos preocupaba. Yo no era celoso y Laura no era envidiosa. Pero la envidia de la familia era una carga muy pesada. En la sociedad del DF, acostumbradísima al culto a la mínima belleza (por lo escasa que es por acá), ser bonita es traumático.
Paty fue la rebelde, la liberal y la destrampada de la familia. Laura le bajaba las borracheras en las tardes cuando regresaba de la prepa (Colegio de Bachilleres, conocido como el Agujero Negro porque todos entran y nadie sale) para que mi mamá no la viera así (ebrísima) cuando llegaba de trabajar. Mi mamá siempre ha tenido predilección por ella, por Paty, por ser la que se veía más débil desde pequeña. Siendo Laura gordita y orgullosa y yo el primogénito, poca debilidad proyectábamos.
Paty resultó más fuerte. Se hizo sola y si bien poco ayudé en su formación (Edith diría que más que poco) la verdad es que su coraje y su lucha personal fueron notables. En su bachillerato le daban derecho laboral asumiendo que los educandos serían obreros y deberían aprender a defenderse de los patrones. A fuerza de coraje logró entrar a la UIA, una de las escuelas más "nice" del DF, donde le dijeron que sería una líder del S. XXI en su ceremonia de bienvenida. Hizo cortocircuito. Nunca me enteré en qué momento le empezó a funcionar el cerebro, pero le empezó a funcionar muy bien. Rompió todos los esquemas morales de la casa, desde dejar al novio que se quedara a dormir con ella, hasta irse a vivir sola a los 23 años, que para el Primer Mundo ya es una edad avanzada, aquí en el DF es completamente atípico. Se hizo poco a poco su carrera de ejecutiva con toques intelectualoides (es culturosa, la neta) pero su éxito profesional es innegable y admirable. Yo sé lo dificil que es tener éxito como ejecutiva siendo mujer en el DF, donde el machismo impera sobremanera. Y Paty lo ha logrado mezclando su cerebro y sus instintos en buenas dosis.
Hoy Paty cumple 31 años. Después de 30 años de peleas puedo decir que por fin he hecho la paz con mi hermana. Siempre le he exigido de más y le he escamoteado sus logros. De ella he recibido admiración infinita y agresión perpetua. La típica relación de hermanos. Pero de algunos meses a acá hemos logrado una gran tolerancia. No termino de entender cómo ha pasado esto. Aunque si reviso a conciencia, nunca he entendido ninguno de sus cambios, he podido disfrutarlos todos y me han dolido sus fracasos y ahora disfruto de sus éxitos. Felicidades Princesa Leia.