viernes, agosto 06, 2004

No queda error por cometer

Entiendo que esa frase la dijo Thiers a la Asamblea Francesa cuando Bismarck empezaba a dominar la política europea a mediados del S. XIX. Leyendo las últimas declaraciones de Bush respecto a la forma en la que los terroristas buscan dañar al pueblo norteamericano son la cereza del pastel de un fenómeno que ya tiene rato que alcanzó su cenit. Tenemos una clase política dirigente en permanente degradación (México también, claro que sí!). Hay una gran masa de Homeros Simpson que no están dispuestos a que arrogantes superdotados (Clinton tiene un IQ de más de 160, según sé) los gobiernen, y prefieren a "gente como uno" sin importar las evidentes barrabasadas que cometen.

Pero las opciones no son tan alentadoras. JF Kerry ha llevado su campaña con espectacular tibieza. Es cierto que ha atacado duramente a Bush (cosa nada dificil) pero no veo un mantra como el famoso "It's the economy, stupid" que hace 12 años llevó a Bill Clinton a la Casa Blanca. No se decide a fondo a opinar sober ciertos temas, arriba de los mínimos ideológicos (de alguna forma hay que llamarlos) de los demócratas: Medicare, apoyo a los sindicatos, apoyo a las minorías, cierto ecologismo, todo eso por lo menos en el discurso. Me preocupa que Kerry haga demasiado énfasis en la política internacional de Bush, porque eso no le da votos. Al norteamericano medio lo que pase fuera de sus fronteras no le importa nada. Sólo una minoría ilustrada e incluyente, que siempre vota demócrata, sabe un poco de lo que pasa en el mundo.

En las entrevistas que he visto Kerry se empeña en demostrar que "él es diferente" en diferentes tópicos, para romper el estigma que circula diciendo que si él gana, la presidencia tendrá estilo "George W. Kerry" puesto que las similitudes con Bush son muchas e importantes. Kerry es un "patricio", un norteamericano con cultura, con vocabulario, con tradición y abolengo familiar, es decir, alguien completamente atípico para el común de los norteamericanos. Tan distante del "pueblo" como el millonario texano. Sin importartar que en apariencia sean tan diferentes entre sí, los dos son "privilegiados". Casi un conservador con ropajes demócratas.

Tenía confianza en que la estupidez de Bush le costara la presidencia. No más, no después de esas reiteradas odas a la estulticia que son sus discursos. Es la impudicia completa, la búsqueda de la mención. Eyeballs, la moneda del siglo XXI.