miércoles, agosto 25, 2004

La reina del barrio

Cada gran ciudad, además de barrios elegantes, museos espectaculares, y grandes monumentos, tiene sus barrios bajos, que suelen ser tan populares como los otros atractivos turísticos. El Barrio chino de San Francisco (que apesta a madres), el Bronx y Harlem en NYC, el barrio negro en Filadelfia, una zona en Barcelona entre Montjuic y las Ramblas, son los barrios bajos de otras ciudades que me ha tocado recorrer. No muy profusamente, pero sí "wachando".

El DF cuenta con varios de esos, uno de ellos conocido mundialmente por ser semillero de conocidos boxeadores: Tepito. Es un barrio bravo, de gente muy cabrona y lista siempre para el trompo, el madrazo y, últimamente, la fusca. De ninguna manera es un barrio de gente pobre. Todos son comerciantes (de artículos de contrabando, piratas, armas o hasta droga) y en general prósperos económicamente. Otro barrio mucho menos conocido para los de fuera, pero instantáneamente identificado (y asociado) con un barrio bravo y pobre para los chilangos, es Neza.

Nezahualcóyotl fue un Rey de Texcoco, un lugar cercano al Valle de México, no era azteca; conocido por sus dotes de poeta más que por sus conquistas militares, ha sido siempre venerado y adorado por el imaginario colectivo mexicano como un gobernante sabio y sensible. No lo fue tanto, pero es cierto que como poeta fue genial.

A finales de los 60's, cuando la Ciudad de México crecía a tasas del 15% anual en población (en 1965 eran 5 millones, en 1980 éramos 18 millones) se designó un lugar al oriente de la ciudad para asentamientos irregulares, de aproximadamente 50 kms. cuadrados. Era tierra de nadie, en teoría del Gobierno, donde se le permitía establecerse a la gente del campo. Hubo un cierto tipo de control sobre la propiedad y unos mínimos intentos de integrar algunos servicios, principalmente agua potable y electricidad. Algunas avenidas lo atravesaban y eran los únicos caminos bien definidos.

La familia Tapia López se estableció ahí en 1967, después de haber vivido 15 años en un barrio cercano, pero más céntrico, Iztapalapa. Consiguieron un terrenito de unos 100 m2 que fueron pagando con muchos problemas. Mi madre tenía 16 años cuando se establecieron, sólo vivió 3 años ahí, antes de casarse. Mi padre le decía polvolandia en invierno y lodolandia en verano. Contrario a la costumbre mexicana tradicional, al casarse no vivieron ni en casa de mi madre ni en la de mi padre, buscaron un lugar independiente, separados de ambas familias. La familia Tapia López, los que allá se quedaron y crecieron, todos mis tíos, son 100% nezayorkinos.

Cd. Neza ha desarrollado una fama de barrio bravo y pobre. Un "barrio" que bien es una ciudad en sí misma, con más de 2 millones de habitantes apiñonados en un espacio relativamente pequeño. De niño recuerdo esas calles polvosas y lodosas, sí, pero también espectaculares vistas de los volcanes. Un ambiente sin duda humilde. No eran mis visitas favoritas. Era yo un mamón creído.

Cuando más tarde a mi padre lo abandonó la suerte y nos quedamos sin un centavo para subsistir y mis padres se separaron, Cd. Neza, mis parientes de Neza, nos acogieron con gusto. Si bien es cierto que nosotros técnicamente vivíamos también en Neza (en Bosques de Aragón), el municipio en realidad está dividido geográficamente y entre la Neza tradicional y Bosques está en medio el aeropuerto y sólo nos comunicamos por una avenida (periférico norte). En fin, que obvio que la sangre llama y la familia de mi madre, especialmente su hermano, mi tío Miguel nos echaron una tremenda mano de ayuda. Mis tíos empezaban a "salir de pobres" vía los típicos changarros de la época: un microbús y un video club. Así empezó a salir de pobre mucha gente de Neza, y en general el municipio, de ser más parecido a una ciudad perdida, pasó a ser un barrio, pobre, sí, pero no pauperizado. Mis tíos eran gente "culta", que en lugar de las típicas salsas y rancheras escuchaban rock (desde metal hasta progresivo) pero que no perdían el arraigo al barrio, o sea, sin pretenciones. Leían a Marx y a Salvador Borrego por igual. Se emborrachaban religiosamente desde el viernes hasta el lunes... orgullosos coyotes, habitantes de Neza.

Belem Guerrero, ciclista mexicana que lleva rato compitiendo a buen nivel por todo el mundo, acaba de ganar una medalla de plata en los JO's. Si bien el impacto mediático es muy inferior al de Ana Guevara (y tiene su porqué, más allá de caprichos mercadológicos), el orgullo de que sea gente de barrio, de un barrio tan menospreciado y orgulloso como Neza, me ha ayudado a escupir estos recuerdos. Gracias Belem por eso.