miércoles, diciembre 17, 2003

Un poco de actitud

Quejarse es dañino para la salud. Es mentira que uno necesite "desahogarse". Lo que uno necesita es NO meterse al agua o la alberca donde se "ahoga".

Yo no comprendí esto a la primera. Me llevo largo tiempo asimilarlo. Hubo un tiempo, durante la trancisión de amargado a feliz, en el que yo era muy bueno distinguiendo "actitudes" de "circunstancias". Ahora ya no, ya es un mecanismo muy automático por el cuál separo el agua del aceite. Eso está mal, porque no puedo explicar porqué veo algo malo o bueno, simplemente lo califico.

En el ensayo de Einstein, en la primera parte que transcribí, encontré la motivación de mi vida cuando me dí cuenta que yo no era lo que yo creía que era (el centro del mundo). Sí, existimos para los demás. Los demás puede ser un ente demasiado etéreo o, a veces, muy específico. Mis padres se separaron hace 15 años después de 2 años de peleas infernales y 10 más de peleas semi-infernales. No hay mal que dure 100 años, el de mi familia duró 12. En ese momento los demás pasaron a ser alguien muy específico: Mi madre y mis hermanas. No soy un santo, aclaro. Cometí cientos de errores todos los días. Pero tenía muy clara mi función: ayudarlas, a toda costa, a costa por supuesto de mi mismo destino, si es que pensaba que tenía alguno.

La felicidad que sentía en mi esfuerzo me hizo creer que estaba en lo correcto. La vida se me regalaba a cada paso. Aprendí a aprender, a mirar, a escuchar. Leía mejor que nunca, y sólo podía leer el periódico. Comía deliciosos patos al orange todos los días (gansito con orange crush, una pizza era un lujo anual) y asumí con alegría mi responsabilidad. Suena estúpidamente cliché, pero aprendí a vivir. Vivirla me ayudó a creer en ella, en la frugalidad.

A eso también me refería con la frase de la limonada. No te quejes Andrés, no te quejes por nada, si del cielo te caen limones aprende a hacer limonada. Willie Colón dixit en "El Gran Varón".

Anoche fuimos a comprar los boletos para la premier de "El regreso del Rey" del miércoles y saliendo del estacionamiento un tipo muy trajeado y elegante nos dijo: "Vienen a la premiere de Tierra de Osos?", "no, venimos a comprar boletos", "¿Quieren pasar?", "esteee", "vengan, síganme...". Y así, gratis, sin planearlo y por el puro gusto de hacer limonada, nos metimos al cine a ver una película completamente olvidable. Pero Jimena la disfrutó.

La hermana de Edith, Serena, se casó con un catalán hace tres años. Lo conoció por internet, típica historia de chat. Así, visitar Europa con el alojamiento gratis facilita mucho las cosas. En temporada baja y cuando el euro estaba a ocho pesos, puff. Ahora hasta algo entiendo de política catalana y de porqué no eligieron a Artur Mas como President.

El trabajo me ha llevado de Buenos Aires hasta Boston, casi todo el continente. He podido aprender, en muy breves estancias, rasgos significativos de la cultura de las américas, vía su actividad primordial, su trabajo. De acuerdo estoy yo con Tyler Durden, en que la gente no es su "fucking job" pero el "cómo" hace su fucking job sí dice mucho de cómo es la gente. Vida diaria, cultura pura, no culturosa.

Todo este choro mareador es porque vivo mucho en reflejo del blog de mi cuate Arbol. No es ninguna lección, ni una guía rápida, ni un "Life for dummies". Es solo un poco la desesperación de recordar la desesperación que yo mismo sentía. Yo sabía que no me lo merecía. Que merecía mejor, que debía de ser mejor. Menos afanes y apegos y muchos ratos felices después sé que mirando por los demás (los nuestros, los cercanos, no "causas" ni "ideologías" ni "programas de TV") es la mejor forma de mirar por uno mismo. Sí, sí creo eso.