lunes, diciembre 29, 2003

Las cosas que no duran

Mi capacidad para comer ha disminuido sensiblemente. Aún estoy muy gordo, pero ya no puedo comer igual que antes. La Navidad siempre fue para mi La Gran Comilona. El pecado de la gula ha sido mi forma de festejar una fiesta que se supone religiosa. Por cierto, creo que ni la gula ni la lujuria son pecados.

"Te sirvo ensalada mi cielo?", "Sí princesa, por favor", "¿yo mientras te sirvo ponche o vino?", "de los dos"

Y de la ensalada no pasé. Bueno sí pasé, comí unos pocos de romeritos en mole, sin tostadas ni tortillas ni pan blanco. Coño. Ok, sí me tomé tres vasitos de somontano, bastante bueno. Tuve que dejar pasar dos horas para poder probar el cuete mechado (le quedó genial a Edith) y la pasta al eneldo. Sendas micro-porciones!. Parezco anoréxico que me da asco la comida! Ahora sí que me siento decadente, en el sentido más amplio de la palabra.

A mí la Profeco y el Inco (muchos no lo recordarán, era una cosa rara que se llamaba Instituto de Protección al Consumidor, los que acuñaron aquello de "regale afecto, no lo compre) siempre me parecieron asquerosa propaganda filosocialista. Asquerosos en su función real "no compre, no compre". Yo soy un comprador compulsivo, un peligro para mí mismo y la causa verdadera de mi ruina. Adoro regalar.

El regalo para cada una de las familias de mis cuñados fue un enser doméstico. Como no me alcanzaba para hacerles un regalo decente a cada uno de ellos, pues el regalo era "para los dos" y qué mejor o más apropiado que un artefacto de uso casero. Completamente despreciable como muestra de afecto (a menos que esté elegido con el excelente gusto que nos caracteriza a Edith y a mí) son muy útiles ya que uno, como familia, rara vez gasta más de lo indispensable en un buen botanero, una buena ensaladera, etc., pero cuando tiene uno visitas y quiere "lucirse" (a casi todos nos pasa) no tiene uno los enseres adecuados. A mi suegros y mi cuñado el soltero, ropa, típico. Mi familia política es gente sencilla, de baja o nula influencia de los medios, así que CD's, DVD's, libros o similares, nanay.

En cambio mis sobrinos sí fueron víctimas de la furia educadora de mi Edi. Puros libros. Para Sofía, de año dos meses, un libro para bebés con las familias animales, y los nombres de los animales adultos y sus respectivos críos (caballo-potro, etc), para Emilio, de casi dos años, "mi primera enciclopedia" un libro que asocia elementos físicos (cosas, personas) con sentimientos y pensamientos (hambre, amor, cariño, enojo), muy simpático. A Valeria, mi ahijada, de dos años también, le tocó un libro narrativo. Una historia no muy corta, no muy larga, que sirve de ejercicio para trabajar memoria visual y concentración. A Daniela (cómo se parece a Penélope Cruz esa niña) la comadre no. 1 de Jimena, de 6 años, le tocó un libro que habla de gigantes, con ilustraciones tridimensionales.

Y Jimena?, ella le pidió a Santa únicamente dos cosas, un juego para la PC de Harry Potter (quería el de La Cámara de los Secretos, pero el gordo burro nomás encontró el del Mundial de Quidditch) y el Pequeño Pony, mismo que obtuvo. Además al gordo se le pegó un DVD de su ídolo, Lara Croft, la Cuna de la Vida. La película es malísima, pero a Jimena le encanta Lara.

De regalos obtuvo ropa de Zara, Jacadi y Benetton (ok, esos fueron a fuerzas, por la tradición del "estreno" navideño), un par de juegos más para su PC, el Retorno del Rey y El pequeño Freakstein, que es un cursillo de anatomía (cursote!, está muy completo) disfrazado de juego para "armar" un Frankestein. Unos libros de hadas, gnomos y duendes, unos libros de Momias y otros seres horripilantes, el Diccionario del Mago (para entender las claves de Harry Potter), el DVD de Buscando a Nemo, un reloj como premio a que sabe ya leer la hora con manecillas y creo que ya (no estoy seguro, creo que hoy se quedó abriendo regalos todavía). Edith le tocó ajuareada de Julio y Chester & Peck, Diablo Guardián, de Xavier Velasco, un par de libros de inteligencia emocional y desarrollo cognitivo de niños y el Very Irresistible de Givenchy. A mí me tocaron unas camisas Scappino, el DVD de Peter Gabriel, Growing Up, el DVD de Las Dos Torres en versión extendida y la combinación de CD's más rara: PopArt, de Pet Shop Boys y How the west was won, de Led Zeppelin. Además de una enciclopedia de literatura universal que edita Barsa Planeta que nos regalamos a los tres de parte de nosotros tres. Los de mi mamá y mis hermanas serán reseñados después de su entrega, que será en la cena de Año Nuevo

Y si les parece cansado leer de tanta regalo fútil, imagínense el tiempo que toma comprarlos!