Una de las raras veces en las que me gusta cómo le ponen a una película el título en español. Glengarry Glen Ross me convenció de lo que podía hacer con mi vida los siguientes 20 años. Habíame ya embarcado en mi actual oficio de vendedor, pero no estaba contento. Para mí era solo un trabajo en lo que terminaba la carrera y podía "cumplir mis sueños" (ya para entonces bastante difusos). Llevaba dos años recorriendo a pie toda la ciudad, tocando puertas, hablando con desconocidos.
En la película, que recuerdo vagamente, había sobre todo, por encima de diálogos que yo recuerdo interesantes, un aire de testosterona como no se vive en ningún otro lado si no es en una junta de ventas. Ni en el emparrillado, ni en la cancha de futbol, ni en el ring se suda tanta hormona masculina (aunque haya vendedoras mujeres), como en una junta de ventas. Vender es una labor de trinchera, de empujar los límites un día sí y otro también. No soy apologista de los vendedores, la mayoría que conozco merecen el desprecio con el que todos hablan de nuesro oficio. Pero las ventas en sí, el acto de concretar la transacción, de traducir esfuerzo en valor, ese instante es como ningún otro.
Por primera vez en 15 años de carrera de vendedor he estado vendiendo continuamente estos últimos seis meses y me vaticino a mi mismo que los próximos tres meses serán el doble de intensos que los últimos seis. Tenía yo la teoría, hasta el año pasado, que la presión de ciertas ventas es tal que en realidad un vendedor sólo puede hacer unas pocas al año. Si llego vivo al 31 de octubre, mi teoría se vendrá abajo, otherwise, pos ya sabrán que sí logré formular una teoría comprobable.
Realmente necesito esto que me está ocurriendo. No creo, por supuesto, en el éxito a cualquier precio. Pero el precio que he pagado hasta ahora me parece relativamente justo y por lo tanto sé que habrá una carretada de resultados buenos a partir de ya.
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Aprovecho para anuncios que merecen mención:
Felicidades públicas atrasadas a Homero Vidal, Simultáneo (aka Simulacro, Miscelaneo, Dr. Simul, y un largo etc.), por su cumpleaños ayer.
Felicidades públicas adelantadas a Verde por su próxima titulación como Doctor Médico (o doble doctor, como él mismo se dijo).
Felicidades públicas a Vuarnet (aka Y su pincel)que celebrará su cumpleaños el sábado con un evento al que invitó a todo el que quiera asistir.
Y se juntaron los eventos para el sábado ya que Eduardo convocó una reunión para distribuir propaganda subversiva en el nuevo templo mayor del capitalismo chilango
Y pos ya, nomás queda esperar que no nos caiga encima el Discovery...