Aunque me decepcionó, El increíble castillo vagabundo me encantó en una forma diferente de la que yo quería que me gustara. La fui a ver por Jimena, porque El viaje de Chihiro (Spirited Away en inglés) nos dejó una huella profunda a los tres, y nos parece el mejor cine que ha podido ver Jimena en el género "dirigido" a los niños (incluso, en lo personal, me parece la mejor película animada de todos los tiempos). Así, con ese antecedente, la nueva creación de Hayao Miyazaki (financiado por nada menos que John Lasseter, mastermind de Pixar) era un must para el fin del verano, donde las mejores películas parece que se juntaron al final (obvio, Charlie y la fábrica de chocolates).
La imaginación "con sentido" que Miyazaki proyectó al máximo sigue presente, pero la historia, tan distinta, parece rara. Es como manejar un deportivo tipo Ferrari y después un sedán super elegante, tipo Bentley Continental. Muchísimo lujo visual, bien merecido por ambas historias, pero sustancialmente muy diferentes entre sí. En fin, no es ni mi estilo ni mi forma ni mi ánimo ni mi especialidad hacer crítica de cine. Pero de repente las letras solitas se forman y nos llevan a donde ellas quieren.
La película me gustó por Edith. Sophie es Edith, así sensible y responsable, se acomoda de inmediato al entorno, vive amablemente. Y tengo la suerte que sea, así como vive, enamorada de mí. Al final, los paralelos con Chihiro son muchísimos pero es una historia como de varios años después. Es finalmente una historia de amor.
Yo creo que mi hija vive tiempos afortunados. Que películas como El Gigante de Hierro, Chihiro, Pollitos en fuga, Los Increíbles, el mismo Shrek, aún formando parte del "mainstream" mediático, son obras mucho más interesantes, enriquecedoras y profundas que las que a mí me tocó ver de niño (con excepción de Star Wars, pero por supuesto). Y también, considerando la "abundancia" de material animado contra lo que tenía yo de niño, siento más confianza y gusto por las generaciones futuras. No dejo de observar que junto a esto, está Pokemón, RBD, el mismo Disney Channel que muchas veces es insoportable. Pero hay opciones, hay de dónde elegir, hay diferentes y platillos y no solamente lo que Rogelio Moreno y el Tío Gamboín en México, y Walt Disney en USA, se dignaran recetarnos.
Y luego dicen que el mercado es un villano.