El otro día, hace muy poco, que hablé de que chatear con Agustín me hacía recordar a Alberto Cortés no pensé que tan pronto tuviera otra remembranza al respecto. La primera sensación como esa me llegó cuando salí de la secundaria y un amigo "se me fue" ya que se mudaba al sur de la ciudad y, viviendo en el norte, no podía seguir en la misma prepa. De ahí a la fecha ya han sido muchas las veces que amigos se me han ido, pero afortunadamente ninguno se ha ido para siempre, sino que solamente, por equis o ye, desaparecen de mi vida y se siguen por caminos que yo no alcanzo a ver.
Con la desbandada reciente en la blogósfera (hay quienes incluso ya hablan de la caída del primer imperio) se perfila ya un claro desgaste de las fórmulas blogueras que, de acuerdo con Ruy Feben, pusieron ciertas bases en la blogósfera mexicana en su paleolítico tardío.
Ahora, en el neolítico tardío y cuando, creo yo, está lista la blogósfera mexca para pasar a una fase más civilizada donde haya un montón de tribus que "ni se ven ni se oyen" entre sí, la pérdida de líderes morales puede quedar incluso, como un hito que señale los nacimientos de ciertos cultos.
Agustín Fest ha anunciado un retiro "no-indefinido reservado" de las lides blogueras sobre las que ha regenteado por más de tres años. En alguna discusión con Jorge S. Badillo comenté que nadie ha leído la blogósfera mexicana como Agustín. Yo lo "ciberconozco" de mucho tiempo atrás y me dió mucho gusto "re-encontrarlo" en estos espacios bloguiles. Y de hecho cuando llegué a esta república él ya era toda una institución bloguil que, con el tiempo, ha ido creciendo en alcance e influencia.
Pero los tiempos también han cambiado. El anuncio de su retiro, que hace un año hubiera levantado una enorme polvadera, apenas ha hecho, como bien dice él, un post con relativamente pocos comentarios y poca repercusión en otros blogs. Estamos ahora en una blogósfera que cada vez se cita menos y roba más. Una blogósfera sí, qué bueno, muy atomizada pero también, por lo mismo, dividida en su mismo núcleo, en su misma naturaleza de comunidad. Las letras de Agustín son, para mí, rarísimas, es como leer un idioma que no es terrestre. El se autodefinió, alguna vez, como pequeño cuentahistorias (para este recuerdo me puse a revisar sus archivos, no encontré el post que buscaba y creo que eso lo define mejor que cualquier otra cosa). No es ni pequeño ni nada por el estilo. Escupe letras por nanosegundos y, para un lector glotón, no hay mayor festín que ese escupidero.
Mi pequeña contribución, a contracorriente de la ingrata blogósfera mexicana, es desearle lo mejor en ese retiro. Hay algunas apuestas sobre el tiempo que le durará. Yo espero que no sea mucho.
miércoles, agosto 31, 2005
lunes, agosto 29, 2005
Día de la Independencia
Hace tiempo hice un muy mal post (vaya, he hecho varios que son malos, ahora me refiero a ese solamente). Quizá la explicación no era tan mala, pero la conclusión sí que lo fue.
A mi madre le debo lo más grande que tengo y no es la vida, sino mi independencia. Al contrario del 99.999% de las madres mexicanas con sus hijos varones, mi madre me crió independiente. Reforzó mi carácter antisocial dotándome de herramientas de vida diaria que me permitieron necesitar poco o nada de la gente, incluyéndola principalmente a ella. Y justo ahí, en ese pecado, María Guadalupe Tapia López llevó la penitencia. Ahora, alejados por nuestra vida diaria, resulta que la necesito poco, porque soy independiente y eso, para un padre, poniéndome en su lugar, ha de ser encabronadamente dificil de sobrellevar.
El jueves pasado llegó de visita Frida. Ya tenía dos años sin verla puesto que el año pasado no vinieron ni fuimos (es mi ahijada e hija de la hermana menor de Edith, por lo tanto también es mi sobrina). Ahora ya la ví más mexicanizada. Aunque es, de hecho, muy catalana, la verdad es que también tiene sangre mexicana y se le nota cada vez más. Sigue siendo más independiente que cualquier otra cosa pero ahora utiliza esa independencia para conquistar a su entorno. Y arrastra donaire y bonhomía por donde pasa y pasa por muchos lados, porque es velocísima para trepar y correr. Me gusta que ha seguido a Jimena en los juegos y en apenas dos o tres días ya se dirige a ella como Jime algunas veces (no todas).
Edith les iba contando un cuento en el camino de regreso del paseíto el sábado, a Jimena y a Frida. El cuento trataba sobre unas princesas que en lugar de esperar al príncipe para que las rescatara del dragón, se dedicaban ellas mismas a vencerlo. En algún momento Edith mencionó que las princesas eran unas "dramáticas" y Frida repitió, como en ET el "teléfono-casa", las "princesas dramáticas" toda la tarde. Yo tendré poco tiempo para estar con ella en esta visita, pero sí que siento la "deferencia" de que sus papás me hayan escogido como padrino de ese torbellino. Por eso quise jugar mucho con ella el fin de semana y mi cuñado Luis me dice que parezco un gran muñeco oso (por masa, tampoco soy alto) de peluche. Las niñas brincando y colgándose de mí. Es una sensación fabulosa. Frida recompensó mi pacienci regalándome un chocolate.
El tiempo juega extrañas sensaciones. Por un lado siento que va demasiado rápido y que me pierdo de demasiadas cosas, que el trabajo se escurre y mi econonomía y mi vida también. Pero de repente, pensar que mis sobrinos son todavía unos bebés, que Jimena es aún muy pequeña y muy juguetona, que nadie en la familia parece tener la prisa que yo a veces siento porque el futuro se apersone de inmediato.
Algo que mi madre no me enseñó fue eso. Ella siempre tenía prisa. Ahora ya no lo es tanto, pero aún se apresura por nada. Igual los dos tenemos que aprender a ser independientes del tiempo. Menos ansia. Si este año no, el próximo será. Y en cinco o diez años estará Jimena en Europa estudiando, y en veinte pasearemos por Bangkok. O en tres.
A mi madre le debo lo más grande que tengo y no es la vida, sino mi independencia. Al contrario del 99.999% de las madres mexicanas con sus hijos varones, mi madre me crió independiente. Reforzó mi carácter antisocial dotándome de herramientas de vida diaria que me permitieron necesitar poco o nada de la gente, incluyéndola principalmente a ella. Y justo ahí, en ese pecado, María Guadalupe Tapia López llevó la penitencia. Ahora, alejados por nuestra vida diaria, resulta que la necesito poco, porque soy independiente y eso, para un padre, poniéndome en su lugar, ha de ser encabronadamente dificil de sobrellevar.
El jueves pasado llegó de visita Frida. Ya tenía dos años sin verla puesto que el año pasado no vinieron ni fuimos (es mi ahijada e hija de la hermana menor de Edith, por lo tanto también es mi sobrina). Ahora ya la ví más mexicanizada. Aunque es, de hecho, muy catalana, la verdad es que también tiene sangre mexicana y se le nota cada vez más. Sigue siendo más independiente que cualquier otra cosa pero ahora utiliza esa independencia para conquistar a su entorno. Y arrastra donaire y bonhomía por donde pasa y pasa por muchos lados, porque es velocísima para trepar y correr. Me gusta que ha seguido a Jimena en los juegos y en apenas dos o tres días ya se dirige a ella como Jime algunas veces (no todas).
Edith les iba contando un cuento en el camino de regreso del paseíto el sábado, a Jimena y a Frida. El cuento trataba sobre unas princesas que en lugar de esperar al príncipe para que las rescatara del dragón, se dedicaban ellas mismas a vencerlo. En algún momento Edith mencionó que las princesas eran unas "dramáticas" y Frida repitió, como en ET el "teléfono-casa", las "princesas dramáticas" toda la tarde. Yo tendré poco tiempo para estar con ella en esta visita, pero sí que siento la "deferencia" de que sus papás me hayan escogido como padrino de ese torbellino. Por eso quise jugar mucho con ella el fin de semana y mi cuñado Luis me dice que parezco un gran muñeco oso (por masa, tampoco soy alto) de peluche. Las niñas brincando y colgándose de mí. Es una sensación fabulosa. Frida recompensó mi pacienci regalándome un chocolate.
El tiempo juega extrañas sensaciones. Por un lado siento que va demasiado rápido y que me pierdo de demasiadas cosas, que el trabajo se escurre y mi econonomía y mi vida también. Pero de repente, pensar que mis sobrinos son todavía unos bebés, que Jimena es aún muy pequeña y muy juguetona, que nadie en la familia parece tener la prisa que yo a veces siento porque el futuro se apersone de inmediato.
Algo que mi madre no me enseñó fue eso. Ella siempre tenía prisa. Ahora ya no lo es tanto, pero aún se apresura por nada. Igual los dos tenemos que aprender a ser independientes del tiempo. Menos ansia. Si este año no, el próximo será. Y en cinco o diez años estará Jimena en Europa estudiando, y en veinte pasearemos por Bangkok. O en tres.
jueves, agosto 25, 2005
Mancuernillas
La última vez que fui a Taxco, hace como año y medio, sentí que no había yo nacido para el turismo rural. Es un centrote comercial con formato callejero. Todo el centro de Taxco es comercio de atesanía de plata. No me gustó el pueblito, la verdad. Pero como soy consumista irredento, pues me compré unas mancuernillas de plata razonablemente bonitas y razonablemente baratas (no, Taxco NO es barato).
La plata cuesta mucho trabajo de mantener, se mancha con gran facilidad y hay que tenerla en estuchitos y trapitos muy cuidados. No es esa mi costumbre con mis artículos personales, que suelen estar bastante desacomodados. Cada que me las quiero poner están sucias y cuando las limpiamos, pasan semanas sin que me acuerde de ellas. Hoy fue una de esas mañanas en las que mi camisa en turno demandaba mancuernillas y, al verlas, recordé que ya tenía tiempo que no les daba el mantenimiento que requieren, y como la decisión de camisa con mancuernillas por lo general la tomo en la mañana, nunca tengo tiempo de prevenir y preparar.
Santiago Creel está promoviendo, como tema de campaña, que el país debe definir su vocación y en función de eso priorizar las tareas de desarrollo. Aunque suene fascista me parece que sí tiene elementos de razón. Somos un país con poca agua, por lo que no podemos aspirar a ser grandes productores de granos, por ejemplo. Pero sí de hortalizas y cultivos especializados, ya que en el sureste, por ejemplo, sí hay mucha agua, pero también muchas taras sociales. De igual forma, revisar cuáles son las tendencias y preferencias de la población y sobre eso buscar desarrollo.
Compré dos revistas de negocios el fin de semana pasado, las dos, BusinessWeek y Fortune, tenían como tema de portada "Chindia", la amenaza más fuerte que tienen ahora los gringos a su supremacía como potencia mundial. Y se están tomando en serio la amenaza con todo y que, en términos económicos estrictos, todavía falta bastante para que esos países sean verdaderamente amenazantes. Las revistas hablan sobre los esfuerzos que hacen esos países por desarrollarse en términos de educación, investigación y desarrollo, etc.
La propuesta de Santiago Creel es la que lleva ya 10 años construyéndose en México: El Turismo. Actualmente, como actividad económica, el turismo es muy importante, la tercera fuente de ingresos después del petróleo y las remesas de migrantes. Pero apenas recibimos la tercera parte de visitantes que recibe España y la quinta parte de Francia o Italia. Y tenemos el mercado consumidor de turismo más grande del mundo más cerca que nadie (Canadá no cuenta, nadie quiere ir a ver osos). Pero no me gusta en lo que ví convertido a Taxco o a Oaxaca: Grandes parques temáticos de vida rural. Para ser un destino interesante, un país para visitar, debemos ser, construir un pais. No solamente parques temáticos. De hecho, el país ya lo tenemos hecho. Falta hacer infraestructura de comunicaciones y hospedaje, no necesariamente estar diseñando y rediseñando un producto que, si tuviéramos infraestructura, se vendería solo.
De eso se trata nuestro desarrollo, de hacer, de una vez por todas, infraestructura que sirva para algo que nos sirva a todos. De construir buenos aeropuertos y no parchar ni hacer centros comerciales nuevos en los viejos edificios. De construir puertos, vías férreas, carreteras que nos sirvan a todos. Pensar en nosotros como individuos pero también como parte de una sociedad donde no sólo vivimos nosotros.
Me toca planear un poco, por lo menos una noche antes, si me quiero poner mancuernillas de plata y limpiarlas a tiempo...
La plata cuesta mucho trabajo de mantener, se mancha con gran facilidad y hay que tenerla en estuchitos y trapitos muy cuidados. No es esa mi costumbre con mis artículos personales, que suelen estar bastante desacomodados. Cada que me las quiero poner están sucias y cuando las limpiamos, pasan semanas sin que me acuerde de ellas. Hoy fue una de esas mañanas en las que mi camisa en turno demandaba mancuernillas y, al verlas, recordé que ya tenía tiempo que no les daba el mantenimiento que requieren, y como la decisión de camisa con mancuernillas por lo general la tomo en la mañana, nunca tengo tiempo de prevenir y preparar.
Santiago Creel está promoviendo, como tema de campaña, que el país debe definir su vocación y en función de eso priorizar las tareas de desarrollo. Aunque suene fascista me parece que sí tiene elementos de razón. Somos un país con poca agua, por lo que no podemos aspirar a ser grandes productores de granos, por ejemplo. Pero sí de hortalizas y cultivos especializados, ya que en el sureste, por ejemplo, sí hay mucha agua, pero también muchas taras sociales. De igual forma, revisar cuáles son las tendencias y preferencias de la población y sobre eso buscar desarrollo.
Compré dos revistas de negocios el fin de semana pasado, las dos, BusinessWeek y Fortune, tenían como tema de portada "Chindia", la amenaza más fuerte que tienen ahora los gringos a su supremacía como potencia mundial. Y se están tomando en serio la amenaza con todo y que, en términos económicos estrictos, todavía falta bastante para que esos países sean verdaderamente amenazantes. Las revistas hablan sobre los esfuerzos que hacen esos países por desarrollarse en términos de educación, investigación y desarrollo, etc.
La propuesta de Santiago Creel es la que lleva ya 10 años construyéndose en México: El Turismo. Actualmente, como actividad económica, el turismo es muy importante, la tercera fuente de ingresos después del petróleo y las remesas de migrantes. Pero apenas recibimos la tercera parte de visitantes que recibe España y la quinta parte de Francia o Italia. Y tenemos el mercado consumidor de turismo más grande del mundo más cerca que nadie (Canadá no cuenta, nadie quiere ir a ver osos). Pero no me gusta en lo que ví convertido a Taxco o a Oaxaca: Grandes parques temáticos de vida rural. Para ser un destino interesante, un país para visitar, debemos ser, construir un pais. No solamente parques temáticos. De hecho, el país ya lo tenemos hecho. Falta hacer infraestructura de comunicaciones y hospedaje, no necesariamente estar diseñando y rediseñando un producto que, si tuviéramos infraestructura, se vendería solo.
De eso se trata nuestro desarrollo, de hacer, de una vez por todas, infraestructura que sirva para algo que nos sirva a todos. De construir buenos aeropuertos y no parchar ni hacer centros comerciales nuevos en los viejos edificios. De construir puertos, vías férreas, carreteras que nos sirvan a todos. Pensar en nosotros como individuos pero también como parte de una sociedad donde no sólo vivimos nosotros.
Me toca planear un poco, por lo menos una noche antes, si me quiero poner mancuernillas de plata y limpiarlas a tiempo...
lunes, agosto 22, 2005
Borracho
El tiempo está borracho y viene y va con irregular constancia y por ello sólo se me ocurre aventar unas palabras de post al blog. Se me ocurre que quiero escribir mucho de política porque cada vez está más desastroso el debate público. Se me ocurre documentar mis pasos en el trabajo, tan llenos de plomo que espero se transforme en algo de plata.
Se me ocurre contar la indescriptible emoción del regreso a clases y de la entrada a una nueva escuela después de cinco años en la misma (todo un shock para una sieteañera). Se me ocurre presumir y padecer el clima tan frío del DF de hoy, frío que extrañan en otros lados, frío que envidian muchos. Frío que no tengo cuando la abrazo.
Las vistas del aire limpio. El aire limpio que orea el pensamiento. El pensamiento que se turba, la tribulación de lo que falta por hacer. El futuro que allá está, siempre a la misma distancia, siempre allá.
(tengo que terminar los RFI's, gracias por ser mi escape)
Se me ocurre contar la indescriptible emoción del regreso a clases y de la entrada a una nueva escuela después de cinco años en la misma (todo un shock para una sieteañera). Se me ocurre presumir y padecer el clima tan frío del DF de hoy, frío que extrañan en otros lados, frío que envidian muchos. Frío que no tengo cuando la abrazo.
Las vistas del aire limpio. El aire limpio que orea el pensamiento. El pensamiento que se turba, la tribulación de lo que falta por hacer. El futuro que allá está, siempre a la misma distancia, siempre allá.
(tengo que terminar los RFI's, gracias por ser mi escape)
sábado, agosto 20, 2005
Quiero estar
El tianguis del oro se pone los fines de semana en la calle Oro, en la Colonia Roma, del DF. Hace esquina con Insurgentes y el eje 2 poniente, Monterrey. Es uno de los lugares más tradicionales de compras de la clase media culturosa chilanga, ya que está justo en medio de dos de los barrios más idem, la roma y la condesa. Cuando recién casado, yo vivía cerca de ahí, en la colonia Juárez y varios de nuestros paseos dominicales empujando la carreola de Jime consistían en pasar y mirar, curiosear. Es como un "mercado de pulgas", o al menos esa era su intención y vocación antes.
Este sábado, estando mis niñas de viaje, me dí una vuelta para ver si encontraba algo que me gustara y quizá, comprar algo. Soy consumista compulsivo y el peor enemigo de mi prosperidad. Pero me lleve un cierto grado de decepción.
Hace poco, alguien me dijo que ponía en duda mi chilanguitud. Pregunté a un juez imparcial sobre la naturaleza de mi chilanguez y me dijo: "Maese, usted es tan chilango que si hicieran un concurso de chilangos, haría usté su concurso pirata para ganar seguro". Me sentí reconfortado pero también, debo confesarlo, un poco agredido.
El tianguis del oro ya era famoso por sus artículos pirata hace 6 años que lo visitábamos continuamente. Pero algo en su naturaleza percibí cambiado. Ahora es centro del más profuno wanabismo que nos caracteriza a los chilangos. Conté no menos de 15 puestos donde vendían bolsas "piratas", imitaciones de Burberry y Louis Vuitton. Otros tantos que venden playeras tipo polo de "Lacoste", "Nautica", "Abercrombie" (de Abercrombie nadie vende legal en México, por ejemplo) y naturalemente, "Polo Ralph Lauren". Y así, muchos más. De los puestos que nos gustaba visitar y curiosear a Edith y a mí, y en los cuales varias veces compramos regalitos para familiares y amigos, solo sobreviven dos o tres. Y también, signo de los tiempos de migración que nos caracterizan, el puesto de antojitos y comida más grande del tianguis ya no son garnachas, sino carnes argentinas "Bariloche".
Soy defensor del libre mercado y por supuesto que no me escandalizo con la imposición del wanabismo sobre nuestro espíritu "tradicionalista". Pero que no me escandalice no quiere decir que me guste. No se trata de calificaciones morales sino de identificación de espacios. Es increíble lo rápido que los espacios cambian y dejan de ser lo que aún simbolizan.
En realidad, lo que quise decir con el título del post es que quiero permanecer. Pero no puedo declararlo abiertamente porque de hecho no quiero permanecer. Así, interpreto mi necesidad de estabilidad, como una necesidad de estar. Ahora mismo no estoy, aunque sí sigo siendo. La movilidad que he necesitado últimamente me tiene mareado. Mirar mi entorno y verlo "montañarusear" me ayuda nada a mis deseos. Igual debo recurrir a Newton.
Este sábado, estando mis niñas de viaje, me dí una vuelta para ver si encontraba algo que me gustara y quizá, comprar algo. Soy consumista compulsivo y el peor enemigo de mi prosperidad. Pero me lleve un cierto grado de decepción.
Hace poco, alguien me dijo que ponía en duda mi chilanguitud. Pregunté a un juez imparcial sobre la naturaleza de mi chilanguez y me dijo: "Maese, usted es tan chilango que si hicieran un concurso de chilangos, haría usté su concurso pirata para ganar seguro". Me sentí reconfortado pero también, debo confesarlo, un poco agredido.
El tianguis del oro ya era famoso por sus artículos pirata hace 6 años que lo visitábamos continuamente. Pero algo en su naturaleza percibí cambiado. Ahora es centro del más profuno wanabismo que nos caracteriza a los chilangos. Conté no menos de 15 puestos donde vendían bolsas "piratas", imitaciones de Burberry y Louis Vuitton. Otros tantos que venden playeras tipo polo de "Lacoste", "Nautica", "Abercrombie" (de Abercrombie nadie vende legal en México, por ejemplo) y naturalemente, "Polo Ralph Lauren". Y así, muchos más. De los puestos que nos gustaba visitar y curiosear a Edith y a mí, y en los cuales varias veces compramos regalitos para familiares y amigos, solo sobreviven dos o tres. Y también, signo de los tiempos de migración que nos caracterizan, el puesto de antojitos y comida más grande del tianguis ya no son garnachas, sino carnes argentinas "Bariloche".
Soy defensor del libre mercado y por supuesto que no me escandalizo con la imposición del wanabismo sobre nuestro espíritu "tradicionalista". Pero que no me escandalice no quiere decir que me guste. No se trata de calificaciones morales sino de identificación de espacios. Es increíble lo rápido que los espacios cambian y dejan de ser lo que aún simbolizan.
En realidad, lo que quise decir con el título del post es que quiero permanecer. Pero no puedo declararlo abiertamente porque de hecho no quiero permanecer. Así, interpreto mi necesidad de estabilidad, como una necesidad de estar. Ahora mismo no estoy, aunque sí sigo siendo. La movilidad que he necesitado últimamente me tiene mareado. Mirar mi entorno y verlo "montañarusear" me ayuda nada a mis deseos. Igual debo recurrir a Newton.
viernes, agosto 19, 2005
El data port y los 38 materiales escolares
Fue en 1998 cuando pasé mi primer noche fuera de mi casa de recién casado (97) acompañado por la que, con justa razón, podría ser la única fuente de celos fundados de Edith, mi laptop. La fecha no tengo idea, pero debió ser después de septiembre que fue cuando empecé a trabajar en SSA. Tenía yo un "puesto ejecutivo" en una "empresa importante" donde pagaban miserablemente mal (práctica a la fecha muy extendida, nada infrecuente) y por ello decidí regresar a las ventas. Fue en Guadalajara, en el hotel Fiesta Inn. En ese tiempo el ADSL era un esotérico intento de hacer más ancho el internety el sonidito del módem "shaking hands" era el verdadero heraldo de la modernidad (cómo disfruto narrar historia antigua de menos de 8 años que en efecto, parece paleolítico).
Como todo el día tocaba estar con el cliente, había que "ponerse al corriente con los emails" en las noches y con ese excelente pretexto podía yo tener mi dosis nocturna, muy infrecuente y ocasional, de internet. La internet por la noche me parecía diferente. Me era diferente. Desconocida, misteriosa. Me atraía mucho. Era un vicio, un vicio que solía terminar a las 3 ó 4 am, en las 6 u 8 noches entre octubre del 98 y mayo del 99 que pasé fuera de mi casa, trabajando en hoteles.
El dataport del cuarto del hotel se convirtió en fetiche cuando, en 2001, pasé unas 30 noches fuera de casa por America Látina (en las 30 noches que pase en USA casi no lo ocupaba, ya había LAN en casi todos lados). Después dejé de viajar tanto durante dos años y hace un año y medio que regresé a la errabundez ya todos los hoteles tenían acceso sea por red LAN o por WiFi. El dataport se había convertido, así nomás, en tres años, en pieza de museo.
Ahora, como sediento en el desierto que mira un espejismo de oasis, miro el dataport del teléfono de este hotel en el que me tengo que quedar por no reservar nunca a tiempo en estos viajes a San José. Y hoy compré una tarjeta de internet prepagado y volví a 1998, donde un dataport me mantenía con cierta vida, cierto contacto con aquél mundo.
Exagero, por supuesto, ya que mi grillete electrónico (ahora más poderoso y sujetador que nunca) me mantiene en constante monitoreo. Pero la Web es la web y eso aún no lo sustituye ningún cell.
Ese vínculo con el exterior mantiene mi emoción: La lista de materiales, papelería y libros, de tercer grado de primaria de Jimena Sámano Solís. Si ocupa la mitad de todos esos materiales que nos están haciendo comprar, me puedo (nos puedo, a los tres) felicitar sobradamente por la decisión de haberla cambiado de escuela y que haya sido a esa escuela. Tendré que aprender algo de francés para mantenerle el paso y practicar algo de basquet y, aunque no pienso aprender violín, sí debo aprender piano para acompañarla. 21 libros y 17 cuadernos, más uniforme, mochila, lonchera, forros de papel lustre y de plástico. Marcar todo, etiquetarlo. A esta hora, conectado y trabajando y posteando, pienso en ellas que, con emoción, están cumpliendo el ritual de velar las armas con las que Jime habrá de pelear contra el aburrimiento de aquí a junio de 2006. Qué bonita es la sensación de ceremonia compartida, hacérselas llegar, a posteriori y simultáneamente, por el data port.
Como todo el día tocaba estar con el cliente, había que "ponerse al corriente con los emails" en las noches y con ese excelente pretexto podía yo tener mi dosis nocturna, muy infrecuente y ocasional, de internet. La internet por la noche me parecía diferente. Me era diferente. Desconocida, misteriosa. Me atraía mucho. Era un vicio, un vicio que solía terminar a las 3 ó 4 am, en las 6 u 8 noches entre octubre del 98 y mayo del 99 que pasé fuera de mi casa, trabajando en hoteles.
El dataport del cuarto del hotel se convirtió en fetiche cuando, en 2001, pasé unas 30 noches fuera de casa por America Látina (en las 30 noches que pase en USA casi no lo ocupaba, ya había LAN en casi todos lados). Después dejé de viajar tanto durante dos años y hace un año y medio que regresé a la errabundez ya todos los hoteles tenían acceso sea por red LAN o por WiFi. El dataport se había convertido, así nomás, en tres años, en pieza de museo.
Ahora, como sediento en el desierto que mira un espejismo de oasis, miro el dataport del teléfono de este hotel en el que me tengo que quedar por no reservar nunca a tiempo en estos viajes a San José. Y hoy compré una tarjeta de internet prepagado y volví a 1998, donde un dataport me mantenía con cierta vida, cierto contacto con aquél mundo.
Exagero, por supuesto, ya que mi grillete electrónico (ahora más poderoso y sujetador que nunca) me mantiene en constante monitoreo. Pero la Web es la web y eso aún no lo sustituye ningún cell.
Ese vínculo con el exterior mantiene mi emoción: La lista de materiales, papelería y libros, de tercer grado de primaria de Jimena Sámano Solís. Si ocupa la mitad de todos esos materiales que nos están haciendo comprar, me puedo (nos puedo, a los tres) felicitar sobradamente por la decisión de haberla cambiado de escuela y que haya sido a esa escuela. Tendré que aprender algo de francés para mantenerle el paso y practicar algo de basquet y, aunque no pienso aprender violín, sí debo aprender piano para acompañarla. 21 libros y 17 cuadernos, más uniforme, mochila, lonchera, forros de papel lustre y de plástico. Marcar todo, etiquetarlo. A esta hora, conectado y trabajando y posteando, pienso en ellas que, con emoción, están cumpliendo el ritual de velar las armas con las que Jime habrá de pelear contra el aburrimiento de aquí a junio de 2006. Qué bonita es la sensación de ceremonia compartida, hacérselas llegar, a posteriori y simultáneamente, por el data port.
miércoles, agosto 17, 2005
Nosotros los antisociales
Semidios se harta, logovo se lesiona, Chango se enamora. ¿Qué carajo le pasa a mi blogosferita?
En la 1CWCOM, la frase que sentí que incomodó más fue la referencia a "nosotros los antisociales". Nadie me dijo nada al respecto, pero pequeños comentarios durante la cena posterior me dejaron claro que llamarnos por nuestro nombre no es "políticamente correcto".
El hecho de que mi más antiguo conocido en la blogósfera sea un internauta veterano, de más 1 millon de TB recorridos y que lo haya yo conocido en un chat es, creo, bastante indicativo de nuestra antisociabilidad. Nuestra condición minoritaria se ha visto reflejada varias veces, en la comparación que se hizo entre los 3 millones de chinos con blog y nosotros, con 4 mil y pico conocidos, o con el millón de MSN Spaces en España vs los 50 mil registrados por bitacoras.com. El sentido de mi comentario en la conferencia referida fue ese: somos ahora mismo una minoría chistosita. Si se considera que en USA hay 20 millones de blogs, podría decirse que uno de cada 10 habitantes tiene uno. Si se considera los que se actualizan con regularidad, esa cifra baja a 2 millones, pero de todas formas hablamos de uno de cada cien, un número que ya tiene cierto peso.
En México eso no pasa. La mayor densidad de blogs por habitante, creo yo a pesar de lo que dice blogsmexico.com al respecto, la tiene Tijuana. El más azotado seguidor de las modas tijuanenses tiene un buen compendio de blogs que se escriben por allá y que se actualizan con regularidad. Con peso específico muy diverso, pero todos, de cierta forma, vivos. Para que el DF y el Estado de México tuvieran la misma densidad que la Tijuanense necesitaríamos tener 11 veces los blogs que tiene Baja California (946) cuando sumados no llegamos a 6 veces.
El DF no, el DF está hecho de antisociales. Eduardo Arcos me lo dijo: "yo si soy un antisocial, un geek de mierda". Las pláticas ahora tienen demasiado "Fulanito le dijo a perenganito, perenganito le dijo a zutanito". Hasta Mario, de Caso Patológico, tan independiente siempre de ires y venires, cayó en la tentación (y cayó muy bien) de hablar de "blogstars" y "blogstars wannabe". Las reuniones bloggers defeñas, por masivas (juntar a tanto antisocial conlleva peligros) han disminuido su paso, su ritmo. Amistades, conocencias, flirteos y minirelaciones han ido y venido. Todos, al final del día, buscando un link más, un descubridor más, un lector más.
El Portero (quien está anunciado como flamante reclutamiento en la 3a. temporada de Big Blogger) me dijo hace rato que los blogs solamente se tratan de postear. Todo lo demás, no tiene cabida. En eso coincidimos plenamente. Pero también me dijo que, si queremos calidad en los blogs mexicanos, es necesaria una purga. Discrepo por completo. Él está en todo su derecho de exigir calidad, faltaba más!, pero no será con una purga (que además no se puede hacer) como se logrará, sino, como las leyes del mercado, con más oferta. Cuando gente que sea gente y no solamente antisociales estén en los blogs, habrá una oferta (y demanda, lectores) suficiente como para buscar, y encontrar, pequeñas joyas, ya sea frecuentes o completamente ocasionales. Esa es, creo yo, la promesa que, tarde o temprano, cumplirán los blogs.
Y sin más, es también mi apuesta para permanecer en esto
En la 1CWCOM, la frase que sentí que incomodó más fue la referencia a "nosotros los antisociales". Nadie me dijo nada al respecto, pero pequeños comentarios durante la cena posterior me dejaron claro que llamarnos por nuestro nombre no es "políticamente correcto".
El hecho de que mi más antiguo conocido en la blogósfera sea un internauta veterano, de más 1 millon de TB recorridos y que lo haya yo conocido en un chat es, creo, bastante indicativo de nuestra antisociabilidad. Nuestra condición minoritaria se ha visto reflejada varias veces, en la comparación que se hizo entre los 3 millones de chinos con blog y nosotros, con 4 mil y pico conocidos, o con el millón de MSN Spaces en España vs los 50 mil registrados por bitacoras.com. El sentido de mi comentario en la conferencia referida fue ese: somos ahora mismo una minoría chistosita. Si se considera que en USA hay 20 millones de blogs, podría decirse que uno de cada 10 habitantes tiene uno. Si se considera los que se actualizan con regularidad, esa cifra baja a 2 millones, pero de todas formas hablamos de uno de cada cien, un número que ya tiene cierto peso.
En México eso no pasa. La mayor densidad de blogs por habitante, creo yo a pesar de lo que dice blogsmexico.com al respecto, la tiene Tijuana. El más azotado seguidor de las modas tijuanenses tiene un buen compendio de blogs que se escriben por allá y que se actualizan con regularidad. Con peso específico muy diverso, pero todos, de cierta forma, vivos. Para que el DF y el Estado de México tuvieran la misma densidad que la Tijuanense necesitaríamos tener 11 veces los blogs que tiene Baja California (946) cuando sumados no llegamos a 6 veces.
El DF no, el DF está hecho de antisociales. Eduardo Arcos me lo dijo: "yo si soy un antisocial, un geek de mierda". Las pláticas ahora tienen demasiado "Fulanito le dijo a perenganito, perenganito le dijo a zutanito". Hasta Mario, de Caso Patológico, tan independiente siempre de ires y venires, cayó en la tentación (y cayó muy bien) de hablar de "blogstars" y "blogstars wannabe". Las reuniones bloggers defeñas, por masivas (juntar a tanto antisocial conlleva peligros) han disminuido su paso, su ritmo. Amistades, conocencias, flirteos y minirelaciones han ido y venido. Todos, al final del día, buscando un link más, un descubridor más, un lector más.
El Portero (quien está anunciado como flamante reclutamiento en la 3a. temporada de Big Blogger) me dijo hace rato que los blogs solamente se tratan de postear. Todo lo demás, no tiene cabida. En eso coincidimos plenamente. Pero también me dijo que, si queremos calidad en los blogs mexicanos, es necesaria una purga. Discrepo por completo. Él está en todo su derecho de exigir calidad, faltaba más!, pero no será con una purga (que además no se puede hacer) como se logrará, sino, como las leyes del mercado, con más oferta. Cuando gente que sea gente y no solamente antisociales estén en los blogs, habrá una oferta (y demanda, lectores) suficiente como para buscar, y encontrar, pequeñas joyas, ya sea frecuentes o completamente ocasionales. Esa es, creo yo, la promesa que, tarde o temprano, cumplirán los blogs.
Y sin más, es también mi apuesta para permanecer en esto
martes, agosto 16, 2005
Consumiendo historias de amor
Aunque me decepcionó, El increíble castillo vagabundo me encantó en una forma diferente de la que yo quería que me gustara. La fui a ver por Jimena, porque El viaje de Chihiro (Spirited Away en inglés) nos dejó una huella profunda a los tres, y nos parece el mejor cine que ha podido ver Jimena en el género "dirigido" a los niños (incluso, en lo personal, me parece la mejor película animada de todos los tiempos). Así, con ese antecedente, la nueva creación de Hayao Miyazaki (financiado por nada menos que John Lasseter, mastermind de Pixar) era un must para el fin del verano, donde las mejores películas parece que se juntaron al final (obvio, Charlie y la fábrica de chocolates).
La imaginación "con sentido" que Miyazaki proyectó al máximo sigue presente, pero la historia, tan distinta, parece rara. Es como manejar un deportivo tipo Ferrari y después un sedán super elegante, tipo Bentley Continental. Muchísimo lujo visual, bien merecido por ambas historias, pero sustancialmente muy diferentes entre sí. En fin, no es ni mi estilo ni mi forma ni mi ánimo ni mi especialidad hacer crítica de cine. Pero de repente las letras solitas se forman y nos llevan a donde ellas quieren.
La película me gustó por Edith. Sophie es Edith, así sensible y responsable, se acomoda de inmediato al entorno, vive amablemente. Y tengo la suerte que sea, así como vive, enamorada de mí. Al final, los paralelos con Chihiro son muchísimos pero es una historia como de varios años después. Es finalmente una historia de amor.
Yo creo que mi hija vive tiempos afortunados. Que películas como El Gigante de Hierro, Chihiro, Pollitos en fuga, Los Increíbles, el mismo Shrek, aún formando parte del "mainstream" mediático, son obras mucho más interesantes, enriquecedoras y profundas que las que a mí me tocó ver de niño (con excepción de Star Wars, pero por supuesto). Y también, considerando la "abundancia" de material animado contra lo que tenía yo de niño, siento más confianza y gusto por las generaciones futuras. No dejo de observar que junto a esto, está Pokemón, RBD, el mismo Disney Channel que muchas veces es insoportable. Pero hay opciones, hay de dónde elegir, hay diferentes y platillos y no solamente lo que Rogelio Moreno y el Tío Gamboín en México, y Walt Disney en USA, se dignaran recetarnos.
Y luego dicen que el mercado es un villano.
La imaginación "con sentido" que Miyazaki proyectó al máximo sigue presente, pero la historia, tan distinta, parece rara. Es como manejar un deportivo tipo Ferrari y después un sedán super elegante, tipo Bentley Continental. Muchísimo lujo visual, bien merecido por ambas historias, pero sustancialmente muy diferentes entre sí. En fin, no es ni mi estilo ni mi forma ni mi ánimo ni mi especialidad hacer crítica de cine. Pero de repente las letras solitas se forman y nos llevan a donde ellas quieren.
La película me gustó por Edith. Sophie es Edith, así sensible y responsable, se acomoda de inmediato al entorno, vive amablemente. Y tengo la suerte que sea, así como vive, enamorada de mí. Al final, los paralelos con Chihiro son muchísimos pero es una historia como de varios años después. Es finalmente una historia de amor.
Yo creo que mi hija vive tiempos afortunados. Que películas como El Gigante de Hierro, Chihiro, Pollitos en fuga, Los Increíbles, el mismo Shrek, aún formando parte del "mainstream" mediático, son obras mucho más interesantes, enriquecedoras y profundas que las que a mí me tocó ver de niño (con excepción de Star Wars, pero por supuesto). Y también, considerando la "abundancia" de material animado contra lo que tenía yo de niño, siento más confianza y gusto por las generaciones futuras. No dejo de observar que junto a esto, está Pokemón, RBD, el mismo Disney Channel que muchas veces es insoportable. Pero hay opciones, hay de dónde elegir, hay diferentes y platillos y no solamente lo que Rogelio Moreno y el Tío Gamboín en México, y Walt Disney en USA, se dignaran recetarnos.
Y luego dicen que el mercado es un villano.
viernes, agosto 12, 2005
Pantalla de plata
Ah!, qué bien me sienta la fama!
Sí, he sido honrado con el coestelar dorado, Gracias Maese Semidios por convertirme en una blo'star!
Sí, he sido honrado con el coestelar dorado, Gracias Maese Semidios por convertirme en una blo'star!
jueves, agosto 11, 2005
MLK
Cuando papá me dijo el significado de estas letras, quise saber más sobre MARTÍN LUTHER KING, porque me intereso como lucho pacificamente por los negros para demostrarnos que aunqué somos diferentes en muchas cosas de todos modos somos iguales.
Voto inútil
Después de cuidadosas consultas con mis instintos he decidido que mi voto en 2006, el que sea, será inútil.
Comentando con clientes tapatíos y mi jefe chilango que acaba de huir a pueblétaro (pinche chilango mamón que soy) sobre la delincuencia e inseguridad chilanga les decía yo que mucho de nuestra situación actual es culpa nuestra. Clasemediero como yo que es mi jefe me aventó tremendos ojos de pistola y me dijo que cómo era posible que yo dijera eso.
Mi jefe se fue a pueblétaro huyendo de la inseguridad. No fue menor, asaltaron a su esposa con sus dos hijos afuera de su casa a las 3 pm, en pleno día, un asaltante a pie, caminando, solitario. El tipo ni siquiera huyo corriendo. El módulo de policía está a 300 metros de la que era casa de mi jefe. Ahora, dos semanas después de su mudanza, sus hijos traen walkie-talkie para cuando la mamá los manda llamar, que ya se metan a la casa y dejen de jugar en la calle, vayan ustedes a saber qué tan lejos de la casa. Niños que nunca habían salido a jugar a la calle.
Cuando le pregunté que si había denunciado el asalto de su esposa tuvo que admitir que no lo había hecho. No levantó ningún acta, no hay averiguación previa de ningún tipo. Nada. El alegato de siempre, no por trillado es menos válido, que los hampones están coludidos con las autoridades judiciales y que "no tiene caso". Somos, hemos sido los chilangos, cobardes por dejarnos ganar la calle. Es culpa nuestra la inseguridad, tanto como de la ineptitud (y franca corrupción) de las autoridades.
La plática surgió cuando nos preguntaban si es cierto que el Peje AMLO tiene tanto apoyo acá en el DF. Clasemedieros todos, insisto, perdemos la brújula sobre dónde están las mayorías votantes del país, o más bien, dónde están sus sueños e inquietudes. Comentamos que sí, que tiene mucho apoyo popular pero que "nosotros no". Lo que ya no pude preguntar, por corrección política, es si sabían que en Jalisco, su bien amada sociedad tapatía, mocha y cerrada, también AMLO tiene seguidores, muchos, los que les sirven en los restaurantes y los que construyen sus viaductos y periféricos. Los que, alguna vez se quejó un taxista inmigrante conmigo, se sienten menospreciados por ser prietos en una ciudad de cierta mayoría blanca.
Madrazo ganará la elección interna del PRI (sí, llegué a dudarlo, me tragué el teatro guiñol del TUCOM) y Creel, a pesar del apoyo de muchos seguidores panistas que le damos a Felipe Calderón, será candidato blanquiazul. En efecto, no hay ni a quién irle y no creo que Lord Voldemort (o Sauron, que era mi gallo) puedan competir sin partido político, según le acaban de decir a Jorge Castañeda, que era mi mejor opción en caso de presentarse y por quien hubiera hecho toda la campaña posible en mi tiempo libre.
Es indispensable votar por lo que uno cree. Yo creí que Zedillo en su momento era buena opción para el país y a pesar de todo, no me arrepiento de haberle dado mi voto. Creí también, en su momento, que Fox era la mejor opción para el país y, a pesar de todo, no me arrepiento de mi voto.
Pero si ya logramos la alternancia, ahora toca elegir lo que de verdad queremos. Y participar en esa elección. Si nos quejamos que los candidatos no manejan ideas, hay que manejarlas nosotros y obligarlos a que las mencionen. Es un esfuerzo, en muchos sentidos, inútil (lo siento Manuel, coincido contigo, pero no estoy de acuerdo) pero no por inútil (como la denuncia que debió hacer mi jefe de su asalto) debe dejar de hacerse.
Mi voto inútil será por alguien, el que sea de la boleta, que haya presentado ideas. Sé que no será ninguno de esos tres partidos "grandes". Ni modo, ahora sí me asumo minoría, hoy por hoy, y quizá solamente en esta elección.
Comentando con clientes tapatíos y mi jefe chilango que acaba de huir a pueblétaro (pinche chilango mamón que soy) sobre la delincuencia e inseguridad chilanga les decía yo que mucho de nuestra situación actual es culpa nuestra. Clasemediero como yo que es mi jefe me aventó tremendos ojos de pistola y me dijo que cómo era posible que yo dijera eso.
Mi jefe se fue a pueblétaro huyendo de la inseguridad. No fue menor, asaltaron a su esposa con sus dos hijos afuera de su casa a las 3 pm, en pleno día, un asaltante a pie, caminando, solitario. El tipo ni siquiera huyo corriendo. El módulo de policía está a 300 metros de la que era casa de mi jefe. Ahora, dos semanas después de su mudanza, sus hijos traen walkie-talkie para cuando la mamá los manda llamar, que ya se metan a la casa y dejen de jugar en la calle, vayan ustedes a saber qué tan lejos de la casa. Niños que nunca habían salido a jugar a la calle.
Cuando le pregunté que si había denunciado el asalto de su esposa tuvo que admitir que no lo había hecho. No levantó ningún acta, no hay averiguación previa de ningún tipo. Nada. El alegato de siempre, no por trillado es menos válido, que los hampones están coludidos con las autoridades judiciales y que "no tiene caso". Somos, hemos sido los chilangos, cobardes por dejarnos ganar la calle. Es culpa nuestra la inseguridad, tanto como de la ineptitud (y franca corrupción) de las autoridades.
La plática surgió cuando nos preguntaban si es cierto que el Peje AMLO tiene tanto apoyo acá en el DF. Clasemedieros todos, insisto, perdemos la brújula sobre dónde están las mayorías votantes del país, o más bien, dónde están sus sueños e inquietudes. Comentamos que sí, que tiene mucho apoyo popular pero que "nosotros no". Lo que ya no pude preguntar, por corrección política, es si sabían que en Jalisco, su bien amada sociedad tapatía, mocha y cerrada, también AMLO tiene seguidores, muchos, los que les sirven en los restaurantes y los que construyen sus viaductos y periféricos. Los que, alguna vez se quejó un taxista inmigrante conmigo, se sienten menospreciados por ser prietos en una ciudad de cierta mayoría blanca.
Madrazo ganará la elección interna del PRI (sí, llegué a dudarlo, me tragué el teatro guiñol del TUCOM) y Creel, a pesar del apoyo de muchos seguidores panistas que le damos a Felipe Calderón, será candidato blanquiazul. En efecto, no hay ni a quién irle y no creo que Lord Voldemort (o Sauron, que era mi gallo) puedan competir sin partido político, según le acaban de decir a Jorge Castañeda, que era mi mejor opción en caso de presentarse y por quien hubiera hecho toda la campaña posible en mi tiempo libre.
Es indispensable votar por lo que uno cree. Yo creí que Zedillo en su momento era buena opción para el país y a pesar de todo, no me arrepiento de haberle dado mi voto. Creí también, en su momento, que Fox era la mejor opción para el país y, a pesar de todo, no me arrepiento de mi voto.
Pero si ya logramos la alternancia, ahora toca elegir lo que de verdad queremos. Y participar en esa elección. Si nos quejamos que los candidatos no manejan ideas, hay que manejarlas nosotros y obligarlos a que las mencionen. Es un esfuerzo, en muchos sentidos, inútil (lo siento Manuel, coincido contigo, pero no estoy de acuerdo) pero no por inútil (como la denuncia que debió hacer mi jefe de su asalto) debe dejar de hacerse.
Mi voto inútil será por alguien, el que sea de la boleta, que haya presentado ideas. Sé que no será ninguno de esos tres partidos "grandes". Ni modo, ahora sí me asumo minoría, hoy por hoy, y quizá solamente en esta elección.
Lipstick
Una de las primeras coqueterías que me hizo Edith, cuando novios, fue regalarme besos en servilletas. Siempre le han quedado super bien y, desde que yo la conozco, tiene una técnica extraordinaria para pintarse los labios rápidamente y súper bien delineados.
Las mañanas que más me gustan son las que me recuerdan nuestro beso de despedida matinal, cuando me limpio los labios de los primeros sorbos del café y redescubro su beso aún en mis labios.
Tonos rojos y rosas.
Las mañanas que más me gustan son las que me recuerdan nuestro beso de despedida matinal, cuando me limpio los labios de los primeros sorbos del café y redescubro su beso aún en mis labios.
Tonos rojos y rosas.
miércoles, agosto 10, 2005
viernes, agosto 05, 2005
El optimista informado
Siempre, ante el pesimismo, me siento como un loquito callejero, de esos que no faltan en cada colonia. No Julio. Hace 12 años estuve en Pennsylvania, en los suburbios de Filadelfia, en mi primer viaje a USA, que fue de trabajo. Los paisanos que me atendieron en hoteles y restaurantes no se atrevían a abrir la boca sino lo estrictamente necesario y dado que no hablaban inglés, prácticamente no la abrían. Después de 6 años regresé y mi sorpresa fue mayúscula. Todos te platican, te preguntan de dónde vienes, qué haces, a qué te dedicas. Yo atribuyo lo de mi primer viaje a Reagan y lo del segundo a Clinton. Para mí eso fue una señal clara de progreso social.
Viajé a El Salvador hace siete años. Era, aún, zona de desastre, historia dura vivida reciente. Regresé el año pasado para encontrarme con gente de todo tipo, empleados e intendentes, con esperanza de vida, de un poco de mejoría. Me quedó claro, por como ví la ciudad, que están construyéndose un futuro, no para ellos, pero sí para sus hijos.
Mi padre vendía chicles en la calle cuando niño, a los 8 años, con trabajos acabó su primaria y mi madre era también muy humilde pero logró estudiar la secundaria. La suerte, el trabajo, los pocos vicios los llevaron a la clase media en donde me dejaron cómodamente depositado, a mí y a mis hermanas. Con trabajo, con criterio, con cierta educación. Me toca pagárselo a mi hija y sobrinos cuando los tenga. Y eso intento no sólo trabajando sino pensando. Sé que hay problemas pero busco siempre mis libros de historia: los tatarabuelos de los ingleses actuales trabajaban 6 días a la semana 14 o 16 horas diarias en minas de carbón. Ahora sus tataranietos tienen talleres informáticos de diseño, y toman cerveza en los pubs a la hora en la que antes se tomaba el té en la aristocracia. Las clases trabajadoras de España acuden entusiastas a terminar de pagar sus hipotecas y se embarcan en compra de pisos en destinos de playa. Gente que hace 30 años, menos de los que yo tengo de vida, cruzaba los dedos cada fin de quincena. No soy ciego a los problemas actuales, muchos, diversos, complejos. Pero no puedo evitar pensar que mis abuelos no tuvieron, no tienen, tiempo ni cabeza de preocuparse por esos problemas y que yo, gracias a ellos, sí tengo ese tiempo. Es por esa oportunidad que debo siempre poner el pesimismo donde merece, en el espejo. Un abrazo y saludos a tu familia Julio, gracias por el ánimo y la lectura, pero sobre todo por la escritura.
(Este post es una respuesta que está en los comentarios del blog citado, a pesar de haber participado en varias blogdiscusiones durante los últimos quince días, y atestiguado otras, estas, de este tipo, con gente tan "gente" como Julio Salinas son, con mucho, las más disfrutables)
Viajé a El Salvador hace siete años. Era, aún, zona de desastre, historia dura vivida reciente. Regresé el año pasado para encontrarme con gente de todo tipo, empleados e intendentes, con esperanza de vida, de un poco de mejoría. Me quedó claro, por como ví la ciudad, que están construyéndose un futuro, no para ellos, pero sí para sus hijos.
Mi padre vendía chicles en la calle cuando niño, a los 8 años, con trabajos acabó su primaria y mi madre era también muy humilde pero logró estudiar la secundaria. La suerte, el trabajo, los pocos vicios los llevaron a la clase media en donde me dejaron cómodamente depositado, a mí y a mis hermanas. Con trabajo, con criterio, con cierta educación. Me toca pagárselo a mi hija y sobrinos cuando los tenga. Y eso intento no sólo trabajando sino pensando. Sé que hay problemas pero busco siempre mis libros de historia: los tatarabuelos de los ingleses actuales trabajaban 6 días a la semana 14 o 16 horas diarias en minas de carbón. Ahora sus tataranietos tienen talleres informáticos de diseño, y toman cerveza en los pubs a la hora en la que antes se tomaba el té en la aristocracia. Las clases trabajadoras de España acuden entusiastas a terminar de pagar sus hipotecas y se embarcan en compra de pisos en destinos de playa. Gente que hace 30 años, menos de los que yo tengo de vida, cruzaba los dedos cada fin de quincena. No soy ciego a los problemas actuales, muchos, diversos, complejos. Pero no puedo evitar pensar que mis abuelos no tuvieron, no tienen, tiempo ni cabeza de preocuparse por esos problemas y que yo, gracias a ellos, sí tengo ese tiempo. Es por esa oportunidad que debo siempre poner el pesimismo donde merece, en el espejo. Un abrazo y saludos a tu familia Julio, gracias por el ánimo y la lectura, pero sobre todo por la escritura.
(Este post es una respuesta que está en los comentarios del blog citado, a pesar de haber participado en varias blogdiscusiones durante los últimos quince días, y atestiguado otras, estas, de este tipo, con gente tan "gente" como Julio Salinas son, con mucho, las más disfrutables)
Build me up Buttercup
Ahora que te fuiste y me extrañaste yo también estaba loco por verte. Sé que te divertiste como loca y que Remedios Varos te engatuzó con sus infinitos recursos imaginativos. Sé que la paciencia que me falta para enseñarte a andar en bicicleta la obtuviste por otro lado. Sé que nunca llegamos a tiempo de ver los delfines y que te volvió a pasar lo mismo.
No es igual ver una película de Tim Burton sin poder comentar lo que siempre comentamos a la salida de las películas, verdad? y sin embargo, también es bueno poderlas ver sin el ruido de fondo que es tenernos al lado, a nosotros que pensamos parecido o que nos mueven resortes emocionales (escenas cursis) similares.
Comiste el mismo menú de siempre de los restaurantes comerciales?, cómo te sientes de ser superpoderosa en un mundo de mortales como nosotros, bellotita hermosa?
Sí, la rola esa de Telcel que nos gusta en los comerciales del cine se llama igual que Bellota, Buttercup, la enojona que cruza los brazos cuando hace berrinche... te suena eso Jime, todo eso?
Es el verano, es la hora de divertirse y aprender, de seguirnos viviendo, de seguirnos construyendo. Te amo Jimena.
No es igual ver una película de Tim Burton sin poder comentar lo que siempre comentamos a la salida de las películas, verdad? y sin embargo, también es bueno poderlas ver sin el ruido de fondo que es tenernos al lado, a nosotros que pensamos parecido o que nos mueven resortes emocionales (escenas cursis) similares.
Comiste el mismo menú de siempre de los restaurantes comerciales?, cómo te sientes de ser superpoderosa en un mundo de mortales como nosotros, bellotita hermosa?
Sí, la rola esa de Telcel que nos gusta en los comerciales del cine se llama igual que Bellota, Buttercup, la enojona que cruza los brazos cuando hace berrinche... te suena eso Jime, todo eso?
Es el verano, es la hora de divertirse y aprender, de seguirnos viviendo, de seguirnos construyendo. Te amo Jimena.
miércoles, agosto 03, 2005
Éxito a cualquier precio
Una de las raras veces en las que me gusta cómo le ponen a una película el título en español. Glengarry Glen Ross me convenció de lo que podía hacer con mi vida los siguientes 20 años. Habíame ya embarcado en mi actual oficio de vendedor, pero no estaba contento. Para mí era solo un trabajo en lo que terminaba la carrera y podía "cumplir mis sueños" (ya para entonces bastante difusos). Llevaba dos años recorriendo a pie toda la ciudad, tocando puertas, hablando con desconocidos.
En la película, que recuerdo vagamente, había sobre todo, por encima de diálogos que yo recuerdo interesantes, un aire de testosterona como no se vive en ningún otro lado si no es en una junta de ventas. Ni en el emparrillado, ni en la cancha de futbol, ni en el ring se suda tanta hormona masculina (aunque haya vendedoras mujeres), como en una junta de ventas. Vender es una labor de trinchera, de empujar los límites un día sí y otro también. No soy apologista de los vendedores, la mayoría que conozco merecen el desprecio con el que todos hablan de nuesro oficio. Pero las ventas en sí, el acto de concretar la transacción, de traducir esfuerzo en valor, ese instante es como ningún otro.
Por primera vez en 15 años de carrera de vendedor he estado vendiendo continuamente estos últimos seis meses y me vaticino a mi mismo que los próximos tres meses serán el doble de intensos que los últimos seis. Tenía yo la teoría, hasta el año pasado, que la presión de ciertas ventas es tal que en realidad un vendedor sólo puede hacer unas pocas al año. Si llego vivo al 31 de octubre, mi teoría se vendrá abajo, otherwise, pos ya sabrán que sí logré formular una teoría comprobable.
Realmente necesito esto que me está ocurriendo. No creo, por supuesto, en el éxito a cualquier precio. Pero el precio que he pagado hasta ahora me parece relativamente justo y por lo tanto sé que habrá una carretada de resultados buenos a partir de ya.
-----------------
Aprovecho para anuncios que merecen mención:
Felicidades públicas atrasadas a Homero Vidal, Simultáneo (aka Simulacro, Miscelaneo, Dr. Simul, y un largo etc.), por su cumpleaños ayer.
Felicidades públicas adelantadas a Verde por su próxima titulación como Doctor Médico (o doble doctor, como él mismo se dijo).
Felicidades públicas a Vuarnet (aka Y su pincel)que celebrará su cumpleaños el sábado con un evento al que invitó a todo el que quiera asistir.
Y se juntaron los eventos para el sábado ya que Eduardo convocó una reunión para distribuir propaganda subversiva en el nuevo templo mayor del capitalismo chilango
Y pos ya, nomás queda esperar que no nos caiga encima el Discovery...
En la película, que recuerdo vagamente, había sobre todo, por encima de diálogos que yo recuerdo interesantes, un aire de testosterona como no se vive en ningún otro lado si no es en una junta de ventas. Ni en el emparrillado, ni en la cancha de futbol, ni en el ring se suda tanta hormona masculina (aunque haya vendedoras mujeres), como en una junta de ventas. Vender es una labor de trinchera, de empujar los límites un día sí y otro también. No soy apologista de los vendedores, la mayoría que conozco merecen el desprecio con el que todos hablan de nuesro oficio. Pero las ventas en sí, el acto de concretar la transacción, de traducir esfuerzo en valor, ese instante es como ningún otro.
Por primera vez en 15 años de carrera de vendedor he estado vendiendo continuamente estos últimos seis meses y me vaticino a mi mismo que los próximos tres meses serán el doble de intensos que los últimos seis. Tenía yo la teoría, hasta el año pasado, que la presión de ciertas ventas es tal que en realidad un vendedor sólo puede hacer unas pocas al año. Si llego vivo al 31 de octubre, mi teoría se vendrá abajo, otherwise, pos ya sabrán que sí logré formular una teoría comprobable.
Realmente necesito esto que me está ocurriendo. No creo, por supuesto, en el éxito a cualquier precio. Pero el precio que he pagado hasta ahora me parece relativamente justo y por lo tanto sé que habrá una carretada de resultados buenos a partir de ya.
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Aprovecho para anuncios que merecen mención:
Felicidades públicas atrasadas a Homero Vidal, Simultáneo (aka Simulacro, Miscelaneo, Dr. Simul, y un largo etc.), por su cumpleaños ayer.
Felicidades públicas adelantadas a Verde por su próxima titulación como Doctor Médico (o doble doctor, como él mismo se dijo).
Felicidades públicas a Vuarnet (aka Y su pincel)que celebrará su cumpleaños el sábado con un evento al que invitó a todo el que quiera asistir.
Y se juntaron los eventos para el sábado ya que Eduardo convocó una reunión para distribuir propaganda subversiva en el nuevo templo mayor del capitalismo chilango
Y pos ya, nomás queda esperar que no nos caiga encima el Discovery...
martes, agosto 02, 2005
Rehilete que engaña
En un artículo comentado por DuVeth se dice que nosotros, los treintañeros, tendemos a la lectura cero. Aunque mi presupuesto de libros ha ido a parar mayoritariamente al librero de Jimena he planeado tratar de insertar, de vez en vez, alguna preferencia mía para no quedarme huérfano de referencias de mi generación. Me cuesta mucho trabajo leer últimamente. En mi soltería me acostumbre a leer de corrido, medio libro una noche, medio libro la siguiente noche. Eso, en la vida de casado, no ha sido posible. En primer lugar porque ya estoy viejo y no leo tan rápido como llegué a leer, pero principalmente porque, estando soltero, mi cama no me ofrecía mejores alternativas que la lectura. :D, sí, pues, me creo mucho. Ergo, tomar una lectura y "seguirme de corrido" es prácticamente imposible, salvo en los casos de "libros-película" como Harry Potter y los de Dan Brown.
Milán Kundera, quizá mi escritor favorito, escribe larga y cortamente en El Telón, su libro más reciente, sobre su circunstancia geográfica. Su República Checa natal, su Europa paris-céntrica, su obsesión histórico-geográfica-novelística. No abandona su temática que suena tan premoderna de repente, más por obsesiva que por anacrónica. Su libro, armado como si fueran "posts", es de fácil lectura para mí, acostumbrado a leer posts y no libros. En lo que me quedé hoy en la mañana, abordaba el tema del provincianismo de los grandes y de los pequeños paises.
Tanta discusión que leo sobre Tijuana me abruma. No sé si sea parte del proceso evolutivo de una sociedad, donde sociedades adultas como la regia, la tapatía, la poblana o la chilanga miran al adolescente rebelde, impetuoso, en perpetua masturbación que es la sociedad tijuanense, descubriéndose a sí misma, tocándose todos los recovecos del cuerpo para reconocerse. O sea solamente la edad de la gente a la que leo.
De mis primeros 10 años recuerdo haber conocido el DF que conocían mis padres. El Centro Histórico, para mi Jime tan desconocido que a sus cuatro años todavía me preguntaba que "qué ciudad es esta?" cuando lo visitamos, me era muy familiar porque mi padre trabajaba ahí, afuerita del metro Pino Suárez. Toda la zona "Aragón-Lidavista" eran mis terruños y, orgulloso, recitaba el nombre de todas las calles perpendiculares por las que atravesaba en mi camino de regreso a casa. Nezahualcoyotl y Ecatepec eran los lugares de visita familiar, de madre y padre respectivamente. Hasta esa fecha de seguro no ví más de tres veces las Torres de Satélite ni Perisur.
Habiéndome cortado el cordón umbilical tomando mi primer autobús solo a los 10 años (lloré de miedo, recuerdo bien), no salía tanto por mi cuenta, hasta que estuve en Secundaria. Ahí sí me descosí. Recorrí la Lagunilla y Tepito, Balderas y su, para mí en ese tiempo, asombrosa biblioteca. Empecé las travesías al sur, a Ciudad Universitaria. Los edificios altos, que eran mi fascinación, eran muy pocos, y feos. Polanco me era completamente desconocido. Iztapalapa era el lugar donde mi madre fue niña, pero no se parecía a lo que ella nos contaba que era.
Soy chilango de por lo menos tres generaciones atrás, que yo sepa. Ya me tocó tentar la mayoría de los rincones de mi ciudad. Ahora la disfruto muy lentamente, quizá demasiado lentamente. Nos hemos liberado, apenas este fin de semana, del gobernante más ausente y desarraigado que esta ciudad ha tenido en 70 años, quizá más. En la historia política reciente no ha habido ningún Presidente que antes haya gobernado el DF. AMLO, el Peje, es el primero que nos utiliza como trampolín. Se nos acusa de país centralista, que lo somos, pero nadie que haya gobernado el DF llegó a gobernar el país.
Como dice la canción, mi ciudad es un rehilete que engaña la vista al mirar.
Milán Kundera, quizá mi escritor favorito, escribe larga y cortamente en El Telón, su libro más reciente, sobre su circunstancia geográfica. Su República Checa natal, su Europa paris-céntrica, su obsesión histórico-geográfica-novelística. No abandona su temática que suena tan premoderna de repente, más por obsesiva que por anacrónica. Su libro, armado como si fueran "posts", es de fácil lectura para mí, acostumbrado a leer posts y no libros. En lo que me quedé hoy en la mañana, abordaba el tema del provincianismo de los grandes y de los pequeños paises.
Tanta discusión que leo sobre Tijuana me abruma. No sé si sea parte del proceso evolutivo de una sociedad, donde sociedades adultas como la regia, la tapatía, la poblana o la chilanga miran al adolescente rebelde, impetuoso, en perpetua masturbación que es la sociedad tijuanense, descubriéndose a sí misma, tocándose todos los recovecos del cuerpo para reconocerse. O sea solamente la edad de la gente a la que leo.
De mis primeros 10 años recuerdo haber conocido el DF que conocían mis padres. El Centro Histórico, para mi Jime tan desconocido que a sus cuatro años todavía me preguntaba que "qué ciudad es esta?" cuando lo visitamos, me era muy familiar porque mi padre trabajaba ahí, afuerita del metro Pino Suárez. Toda la zona "Aragón-Lidavista" eran mis terruños y, orgulloso, recitaba el nombre de todas las calles perpendiculares por las que atravesaba en mi camino de regreso a casa. Nezahualcoyotl y Ecatepec eran los lugares de visita familiar, de madre y padre respectivamente. Hasta esa fecha de seguro no ví más de tres veces las Torres de Satélite ni Perisur.
Habiéndome cortado el cordón umbilical tomando mi primer autobús solo a los 10 años (lloré de miedo, recuerdo bien), no salía tanto por mi cuenta, hasta que estuve en Secundaria. Ahí sí me descosí. Recorrí la Lagunilla y Tepito, Balderas y su, para mí en ese tiempo, asombrosa biblioteca. Empecé las travesías al sur, a Ciudad Universitaria. Los edificios altos, que eran mi fascinación, eran muy pocos, y feos. Polanco me era completamente desconocido. Iztapalapa era el lugar donde mi madre fue niña, pero no se parecía a lo que ella nos contaba que era.
Soy chilango de por lo menos tres generaciones atrás, que yo sepa. Ya me tocó tentar la mayoría de los rincones de mi ciudad. Ahora la disfruto muy lentamente, quizá demasiado lentamente. Nos hemos liberado, apenas este fin de semana, del gobernante más ausente y desarraigado que esta ciudad ha tenido en 70 años, quizá más. En la historia política reciente no ha habido ningún Presidente que antes haya gobernado el DF. AMLO, el Peje, es el primero que nos utiliza como trampolín. Se nos acusa de país centralista, que lo somos, pero nadie que haya gobernado el DF llegó a gobernar el país.
Como dice la canción, mi ciudad es un rehilete que engaña la vista al mirar.
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