La corbata roja que me puse hoy para trabajar me hizo sentir John Kerry. Tan presidencial, tan serio, tan adusto, tan patricio. En viejos manuales de ventas patrocinados por los fascistas de la IBM de los 50's se destacaba la necesidad de mantener un estilo balanceado en la vestimenta. Traje azul, camisa blanca, corbata roja. Colores "estudiados" para provocar "confianza" en el cliente pero no un exceso de, sino una medida relación profesional.
Aún recientemente se recomienda esa vestimenta si uno asiste a entrevistas de trabajo con empleadores del sector financiero, me tocó a mí incluso esa recomendación de un "head hunter". Exacto, cuando se trata de confiar el dinero a alguien, sólo tenemos el impacto de la imagen para basar nuestra decisión.
Así, no es de sorprender que los candidotes de USA se vistan como para entrevista de trabajo en sus debates. Kerry ha sido consistentemente patricio mientras que Bush se ha arriesgado, en el primer debate, a usar su corbata azul (color simbólico de su partido) que además, lo hace ver "moderno". Sí, un conservador moderno y un liberal clasista.
Para mí fue un descubrimiento, puesto que esos conceptos no se manejan en la clase baja o media baja de la que formo parte. Después, resultó que a partir de cierto estrato (y con cierto abolengo), dicho análisis es prácticamente un "lugar común". En efecto, como ese hay muchos otros ritos y costumbres de la clase dominante (que tan bien describió manuelus en su post antidedicado al Che Guevara) y que son, diría Neo, parte de los sistemas de control.
Por cierto, mi corbata roja, la única que tengo, me costó apenas 15 euros, me la compré en Milán, es obviamente de seda, y con ella conseguí este trabajo en el que puedo postear, leer y chatear. Algo tengo que agradecerle.