lunes, noviembre 24, 2003

La Salud

Yo creo que la Salud física (la mental no la conozco) es un estado de ánimo expresado en diferentes tipos de células. Sé que la gente que está enferma físicamente (¿porqué siento la necesidad de aclararlo y diferenciarlo de lo mental?) podrá decirme que no tengo madre con mi hipótesis, pero la verdad que eso pienso. Y eso que justamente mi madre padece de diferentes enfermedades, al igual que una de mis hermanas (Laura, aka "el oso"). Y ahora resulta que la hermana (Paty) que yo pensaba que era sana físicamente también anda con las pilas bajas. Jimena también estuvo malita el fin de semana y por lo tanto nos tocó reclusión para observación. Cuano pequeña (sigue pequeña, pero cuando tenía un año), Jimena se enfermaba un fin de semana y otro también... no, mentira, uno sí y otro no. Yo soy, en términos generales, muy poco enfermizo.

Edith sí es algo más frágil pero su vitalidad compensa esa fragilidad. Sí, creo que su salud mental la ayuda a cuidar de su cuerpo frágil y con defensas flojillas. De pequeña estuvo en coma un mes por una neumonía múltiple. Cada uno de sus hermanos vivió experiencias similares y mis suegros son los más espantados del mundo con cuestiones de la salud. El común denominador de la gente siempre dice que la salud es lo más importante (aún más que el dinero!). Nefasto como puedo llegar a ser, yo que me enfermo poco, casi no lo valoro, o pienso que la gente común lo sobrevalora.

Cuando Jimena enfermaba tanto casi me enojaba con ella por enfermarse. Le decía que "le echara ganas" que no se dejara vencer por los virus. No sé si esa terapia sirva, pero poco a poco se hizo más fuerte. Este fin de semana que la atacó una infección estomacal del carajo le repetí la dosis. "Jimena, tienes que luchar, no puedes dejarte vencer por los virus". Ya tenía mi niña su cara de víctima de todos los males y de inmediato (no se si por convicción o por complacer a su papá) le cambió el semblante. Ya ayer en la tarde volvimos de vagos, justo a ver a su tía que se nos desmayó por sus dietas matadoras y el estrés del trabajo el viernes pasado: "Hermana, quien te quiera (if any!) que te quiera gordita!".

Craso error. Ella se quiere querer delgada. Y yo debo respetarlo. Pero sí le repetí la dosis de Jimena: "OK, nomás no te dejes atacar por las enfermedades".

Creo que es un poco como en todo, autocompadecerse (moral, mental o físicamente) es quizá la peor de las posiciones, es una guerra perdida antes de plantarse en el campo de batalla.