viernes, septiembre 02, 2005

Loza y plástico

Desayunando en el tianguis de la vuelta de mi oficina me dí cuenta que mis hábitos mayoritarios incluyen mucho desperdicio, mucha basura. Aunque los tacos y las hamburguesas no requieren "cubiertos" suelo pedirlos "para llevar" (así como las rigurosas crepas tianguistas de los martes) y por lo tanto, "entre semana" suelo comer muy poco en trastos y mucho en platos y vasos desechables, con cubiertos desechables si es que eso llega a aplicar (hey!, de repente pido ensalada que requiere tenedor!) y solo cuando voy a comidas con clientes o como en casa (una vez de vez en cuando, sí que me escapo) es que no contribuyo a mayor contaminación.

Lo interesante es que por más consciente que me vuelva de mi participación en el deterioro ambiental, no puedo o quiero+puedo hacer mucho al respecto. No me viusalizo dejando estos hábitos alimenticios por el hecho de que gaste dos o tres platos desechables más a la semana, sencillamente no lo concibo.

El precio del petróleo ha subido a las nubes y cualquier pretexto ha sido bueno para mantener el alza: el huracán Katrine, Chávez, Iraq. Ya el próximo año, cuando elijan al Peje como presidente, tendrán garantizado su siguiente pretexto. Si sigue subiendo tanto el petróleo los vasos y platos desechables también subirán y quizá solo entonces reconsideraré mis hábitos.

China ha sido un fabricante de vajillas por excelencia. Me pregunto si no serán los chinos los que estén ocasionando esta alza en los precios del petróleo para vender más vajillas. De inmediato me contesto que se necesita estar dañado para desarrollar semejante ocurrencia.

Tengo que llenar las horas con minutos de trabajo. De ordinario están bien surtiditas de minutos de ocio, pero son tan discontinuos que no me saben a nada. No puedo dedicarme profesionalmente a ninguna actividad de ocio con regularidad porque nunca sé en qué momento dispondré de él. No puedo dejar de depender de los momentos. No entiendo bien esta posición, pero supongo que el día en el que use solamente vajillas de loza en una semana sabré que algo ha cambiado en mi vida.