viernes, octubre 28, 2005

Semana

Algo he dicho ya antes sobre mi suegra. Se ganó mi cariño y me gané el suyo después de un muy tormentoso inicio de relación. Al principio me veía como un chamaco caguengue (sí, yo era así) y me consideraba más un capricho de su hija, un escape, que una posibilidad real de "yerno" (MR). Edith salía de una relación con un respetable Maestro en Ciencias Computacionales por la Oxford University y yo era, además de chavito y feillo, pobre y flaquillo.

Pero cuando mi suegra se dio cuenta que iba yo por todas las canicas con su hija hizo lo que todas las suegras: puso todos los obstáculos. Los fui saltando todos, uno a uno, y resumí todo a un evento: Si si hija no es feliz conmigo, reclámeme lo que quiera. Otherwise, no me puede decir nada.

Cuando nació Jimena (y sólo hasta entonces) decidió fumar la pipa de la paz conmigo. Desde entonces, gracias a la lejanía consciente y a nuestro natural equilibrio, hemos desarrollado una muy buena relación, de respeto mutuo y cariño sincero. Claro que el respeto incluye una que otra "mentadilla" en forma de carrilla sana. Pero son sin dobleces, y sin mala onda.

Mi suegra lleva, hoy, una semana internada. Ataques continuos de angina de pecho han debilitado su corazón y el diagnóstico es que deberá someterse a cierto tipo de cirugía por catéter para remover ciertos peligros en su corazón. Edith, embarazada, ha debido cargar con el peso principal de cuidar a su madre y hablar con los médicos y tratar de entender síntomas y diagnósticos, medicamentos y tratamientos, causas y efectos. Es la que mejor entiende de temas médicos en su familia y, por lo general, suele ser también la más fuerte de los seis hermanos.

Había rehúsado hablar del tema en el blog, por no ser un tema que quisiera hacer público. Pero ante la amenaza y el trabajo y el ajetreo y la preocupación, no he tenido cabeza apenas para pensar en otra cosa. Finalmente, mi blog es personal y es, ante todo, un ejercicio de registro público de mi vida privada. Y este post es un uso de ese ejercicio.