El escenario electoral hace dos meses no podía ser más sombrío. Aquí mismo yo declaré mi incapacidad para escoger un "menos peor" entre AMLO, Madrazo y Creel. Sí, a tal punto me repugnaba Creel que no podía yo elegirlo aún entre tan malas opciones. Ayer la militancia panista dictó sentencia: Nadie podía elegir a Creel (el organismo creel, dice Jimena) habiendo votado "con la conciencia tranquila" (frase muy panista, por cierto) y por lo tanto, los panistas decidieron seguir a su conciencia y votar por Calderón.
Me dijeron que Calderón se distingue por "hacer la tarea". Creel ya se sentía candidato (y Presidente) por dedazo y se durmió en sus laureles. Cuando menos se dió cuenta Felipillo le había robado hasta los boxers. Es cierto que hay posiciones muy conservadoras de Felipe que se me hacen peligrosas pero confío también en los buenos conocimientos políticos que le inculcó su maestro, Carlos Castillo Peraza, quien le tenía mucha confianza. Esto quiere decir que sabrá tratar de lograr acuerdos en lo importante y que su personal agenda "cristiano-moralista" no será impuesta autoritariamente.
La Derecha mexicana no padece el mal mundial de la Derecha: El Autoritarismo. Sería interesante que la gente de izquierda (y de centro, y anarquistas y liberales) valoraran esas ventajas. A pesar de ser un católico hipermocho Fox no ha impuesto ni su moral ni sus creencias como parte de su agenda de gobierno y no creo que Calderón lo hiciera si llegara.
Como sea, espero la plataforma política y las propuestas de campañas de Calderón para terminar de darle mi apoyo. No seré incondicional ni acrítico y si la riega, procuraré señalarlo. Pero definitivamente, como persona y como político, me parece la mejor opción de los tres que aspiran a la Presidencia de México con verdaderas posibilidades el próximo año.