En la madrugada en el hotel Aurola de San José, Costa Rica vi, por CCTV, la cadena de televisión china, la ceremonia de conmemoración de los 60 años de la capitulación germana en la Segunda Guerra Mundial. Yo había escuchado en las noticias en México, un día antes, que Bush estaría en dicho evento junto a varios de los más chichos del mundo. Las imágenes, grandiosamente estúpidas (eso es lo que es un desfile militar= eran tan elocuentes que no necesitaba yo entender una jota de chino (que no lo entiendo) y de hecho me fue más fácil entenderle a Putin, o sea que el ruso, junto al chino es juego de niños.
Igual por la madrugada estaba la edición matutina del Telediario de TVE, Televisión Española. El evento en Rusia fue una versión reducida del "who is who" que fue hace un mes el funeral de Wojtyla. Ameritaba una cobertura en vivo y completa como la que hicieron los chinos (Bush hizo, antes y durante el evento, declaraciones que son interesantes de comentar). En cambio los españoles dedicaron unos breves comentarios de su corresponsal al asunto y centraron el tiempo de su telediario a la noticia del embarazo de Letizia, la esposa del Príncipe Felipe...
Y luego, aquí en Costa Rica, pienso en el lugar que tenemos en el mundo los latinoamericanos, el penúltimo. Siempre he sido enemigo de culpar a los españoles de nuestras taras sociales. Pero de que algo malo les heredamos y no nos lo hemos sabido sacudir, eso seguro!