viernes, mayo 27, 2005

Ciudades

En Estambul perdí a Edith. De vista, solamente, se fue a una convención en 1996, cuando éramos novios, con un amigo mío (gay, no había bronca) y me dejó aquí, solito haciendo berrinche. Llegó cargada de fotos y regalos. Alguna foto era con dos galanes italianos, uno guapo y otro guapísimo. Ella en medio, abrazada por los dos.

Obvio, me puse como idiota celoso. Era yo muy inseguro (o sea sigo siendo, pero menos) y mi cuate me daba bastante carrilla con los italianos. Cuando uno de ellos nos pagó la visita en 1999, ya casados, durmió en el sofá de nuestro depto.

Las fotos me decepcionaron. Yo pensaba en Estambul y pensaba en Bizancio, en Constantinopla, en el puente entre las dos cosmovisiones más importantes de la historia cultural humana, la europea y la asiática. No una megalópolis igual de desordenada, desigual, desmadrada que el DF. Y eso es Estambul.

Y acaba de ser escenario de gesta heroica. Ya Daniel Salinas, panbolero aguerridísimo, hizo su pequeña reseña. Más con el corazón (puesto que él tenía claramente definido su favorito) que con la fría razón con la que analiza el futbol cuando no habla de sus mediocres Tigres, evocó el hermoso You will never walk alone. El partido demostró, nuevamente, la infinita capacidad épica del futbol. Y me dio otro pequeño elemento de comprensión.

Las ciudades son la forma de vida moderna. Nunca en la Historia tal porcentaje de la población mundial vivió en ciudades. Y a falta de guerras, las pasiones se dirimen en el pasto. No he estado en Liverpool pero Milán es, hasta ahora, nuestra elección número uno para vivir si es que migramos a cualquier lado Edith y yo, cuando Jime ya tenga su camino definido. No, no le tengo miedo a la competencia de los tanos, para muchas mujeres, los hombres más guapos del mundo.

Milán es maravillosa. Es cutre, lo suficiente, sin ser asquerosa como el DF. Es chic, "tres chic" pero sin el acento mamón parisino. Es culta, pero sin la arrogancia catalana. El tráfico y las gabardinas son neoyorkinos. Es cierto, le falta arquitectura moderna (rascacielos), pero entiendo que ya están trabajando en eso y, con todo y su falta de edificios, ya tuvieron su "mini 9-11" en la Torre Pirelli, con una avioneta privada estrellada en el piso 20. La gente es seca, pero muy profesional. Mínimo indispensable de amabilidad para no sentirse rechazado e, incluso, bienvenido.

En viajes menos turísticos he podido conocer los dos polos citadinos de México: Monterrey y Guadalajara. Si quieren ver los ojos con los que he visto Monterrey este post puede darles una idea aproximada (faltó hablar de la gente, me caen bien los regios).

Guadalajara en cambio, me ha sido muy rara. Es sede de mi equipo de toda la vida, del equipo al que le iré hasta la muerte. Y solo una vez he pasado fuera del Estadio Jalisco. Es lugar de la FIL y, como sea, me gustan los libros, pero nunca he ido. Conozco oficinas, hoteles y aeropuertos, nunca he salido en Guadalajara de noche. Sé que como en Monterrey, hay de todo y que la vida social está polarizada entre los ultramochos y los que, como Simultáneo, son unos completos pornográficos. Pero no he podido "sentir" a su gente como en muchas otras ciudades. Incluso Tijuana, en la que sólo he estado una vez durante dos días, me fue mejor conocida que GDL.

Pero como de lo que quiero hablar es de futbol, Guadalajara es todo para mí en México. El equipo más "equis" (nunca mejor aplicada la expresión) del futbol mexicano está disputando contra el Amiérdica la final. Si fuera el Atlas, archirrival de Chivas allá, pediría que perdieran los dos. La UAG como institución me es casi repelente. Es reaccionaria y conservadora, justo eso que no me gusta de GDL, pero no me inspira, como equipo, repelencia alguna. De hecho su mascota, el tecolote, es quizá, si tuviera yo algo parecido a "animal favorito", eso para mí.

Total, buscándole formas, en el duelo GDL-DF, voy 100% GDL. El robo de ayer, descarado, patéticamente descarado, es el modus operandi de mi ciudad. No sé que virtudes pueda GDL, como ciudad, proyectar en los mediocrísimos tecolotes, pero ruego a los dioses del futbol que ocurra un milagro porque ver coronarse a los pinches pollos del América de forma tan americanista es un evento que NO quiero que ocurra.

(Visión del futuro para Zónico y Tapatío: carnales, el puto América ganará su trofeo de la única forma que sabe hacerlo, robando)