martes, mayo 03, 2005

Recogiendo guijarros

Esa frase de Newton me iluminó en mi adolescencia. Si me percibo "zen" es justamente porque no me afano. Sé que el océano está ahí, inabarcable para mis brazos. Sé que la playa es inmensa y los guijarros, si bien no son infinitos, son suficientes como para entretenerme durante toooda mi vida, que será como la de todos los humanos, bastante corta. Pero no será aburrida, nunca lo ha sido. Antes, como dije en el post anterior, tuve mi bici. Después tuve el metro del DF, los peceros y micros, después tuve Club Premier y un trabajo que me ha permitido ir de aquí a allá.

Tuve Star Wars y Superman de niño. Tuve Lord of the Rings de adulto. Tuve al Gabo y a Kundera de compañía adolescente. Tuve Cosmos de niño y tengo Elegant Universe ahora. Mi padre tuvo un Rambler y ahora tengo un Contour. Las Chivas han sido campeonas dos veces durante mi vida de aficionado, pero he visto algunos de los mejores partidos de futbol de la historia. Tengo un diente chueco y panza de borracho sin haber bebido más alcohol en mi vida de lo que muchos se han tomado una sola noche. Tuve 10 kilos de menos cuando comía un gansito y un refresco durante todo el día por no comer las lentejas que había en casa y que ya me habían hartado después de un mes de ser menú único.

Tuve leche chipilo de niño, ahora de vez en cuando puedo tomar San Marcos light, pero descubrí los tés Twinings aromatizados con frutas del bosque. He descubierto una malsana pasión por los raspberries, y en general por cualquier berry, las frutas del bosque. El bosque de los Ewoks.

Tuve el solitario para acompañar mis horas de ocio en mi primer oficina, luego llegó compuserve, luegoc México on-line y el sonido de conexión del módem. Luego daba mi reino por un cable UTP (de red) y un proxy que fuera fácilmente hackeable (casi todos lo eran). Hoy por hoy, siempre llevo conmigo las claves de Prodigy Móvil de la empresa.

Nunca fui efusivo con mi madre y me costaba trabajo darle un beso. Ella era muy bonita y yo sentía que yo era feo para que ella fuera mi mamá (sigue siendo bonita, pues). Ahora tengo a dos hermosas que puedo besar con frecuencia inaudita y soy experto en ejercer mi derecho de beso. No me arrepiento de no haber besado a mi mamá y no creo arrepentirme de besar mucho a mi esposa y a mi hija.

Buena parte de mi vida han sido números, cuentas, recuentos. Series, frecuencias, repeticiones. Las matemáticas me ciegan, me nublan. Y siempre, siempre, me han dado perspectiva.

Sólo soy un divertido coleccionista de guijarros.

Post dedicado a todos los que, como Alice en este post, no sé porqué, no encuentran la felicidad.