He estado repasando el asunto. Aunque no es el estilo, se me antoja, hoy viernes, meterme donde no chingados me llaman. Además de los ya reseñados opinantes por ahí anda ya Johnny Cooldesechable (venerable maese del photoshop y el deconstructivismo) y un tal Ander, que yo ubicaba como bróder del Chango y que si está siendo sarcástico, no entiendo mucho cómo (y no importa que yo no lo entienda, por cierto).
El chiste es que más que vestir de heroína a la muy puta "libertad de expresión" yo quiero vestir de héroe (sí, tipo Hefaistos, feo y retorcido) a los poco nombrados "huevos que se avientan netas". Si estás echando desmadre (como se puede deducir con gran certidumbre de una vieja que tiene su bolsa embarrada de vómito) y alguien te hace un comentario cotorro, puedes, o seguir el desmadre, o pedir al comentarista que no se meta donde no lo llaman. Pero gritarle imbécil y demás soeces improperios cartagineses (ojalá así hubiera sido, una demostración creativa) al comentarista es, a todas luces, señal de la petulancia y prepotencia culturosas que Manuel solía destrozar sin piedad en su blog. Y digo solía porque a últimas fechas ha estado bastante liviano (como dice Semidios, seguramente entrenando nuevas camadas de enanos). Es curioso como, al descender notoriamente el ritmo de su ferocidad, los culturosos prepotentes le lluevan del cielo. Hay misiones en la vida de cada quien que deben ser cumplidas. Si Manuel quería salirse de la mafia golpea-culturosos, no la tendrá tan fácil. Parece ser su Destino Manifiesto. Los culturosos mamones (valga la rebuznancia, puesto que no hay otros), lo perseguirán hasta el fin de sus días.
Como decano (por edad) de la Iglesia Batiana, envío mi bendición al Sumo Pontífice y le reitero nuestra lealtad sempiterna a los justos designios de Batio. El mentado mashaka no encontrará rincón seguro en la blogósfera.