Y sólo en ese caso, pero si sí lo soy, date por perdonada.
Viajé un rato hoy y me imaginé mentando madres por la mala amante que me había tocado ayer o con el ácido sabor de la cruda en mi reseca boca por haber tomado solo, encerrado en mi cuarto, o imaginando que no entiendo qué hago en el mundo hoy. Imaginando que puedo escribir tan bien como el mejor, o que tengo el ingenio que sólo da el sarcarsmo de que tu vida sea feliz y tú no.
None of them. Gracias.
Leer los blogs ajenos (las pequeñas historias me gustan más que las grandes, llevo mucho tiempo leyendo los diarios) es parte de mi naturaleza voyeur. Descubrir, seguir descubriendo, tanta amargura que programa los impulsos de escribir ha sido todo un shock. Dice Tijuana Sí que también a ella le sorprende. Nuestros círculos, es sabido, suelen perfilarnos. Aunque tendemos a ser gaseosos y por lo tanto ocupar el volumen de nuestro contenedor, no podemos, la mayoría de las veces, encontrarle la salida. Quizá dejar de ser gases y hacernos algo sólido, punzocortate o pesado, pick one, para romper el contenedor.
Mi contenedor es muy pequeño y por lo tanto, siento que estoy a gusto en él. No me invita ni a salirme, ni a romperlo, pero tampoco siento que me restrinja. No me decido a buscarle tres pies al gato, parece que aquí adentro todos tienen cuatro. Patas, me refiero.
Por eso me gusta Sex & The City, confirma mis clasificaciones. Es una pendejada, por supuesto.
Me fascina comer carne roja pero más de dos copas de vino me marean. El tequila sólo que dure 3 horas. El whiskey en dos horas. Si no lo digo reviento, y por muy poco correcto que sea, la leche, San Marcos light de preferencia, me gusta más y mejor. Y un pancito de El Globo
Mi esposa tiene un hermoso par de piernas, se lo digo tan seguido como puedo, y puedo bastante. Decírselo.
Mi escritorio es horrible, viejo, de madera tipo rústico (puajj) con todo el polvo húmedo alojado en cada intersticio de la madera. Mi alfombra está manchada porque el techo tiene un par de goteras estúpidas que con estos diluvios en el DF han logrado el espacio que buscaban para perdurar. Un "librero" que hace "juego" con el escritorio y sillas típicas de oficina, las austeras, con ruedas para que los güevones como yo no se molesten siquiera en caminar. Lo único que viaja más de 2 kilómetros diarios de mi cuerpo son mis dedos y mi culo en el coche.
Leo las noticias y los editoriales (Paul Krugman, Ciro Gómez Leyva y Chucho Silva-Herzog Márquez, los recomiendo) pero principalmente lo hago para prepararme a ver las caricaturas. Trino y Hernández, Helguera y Jabaz, Calerón y Magú. Siempre sueño que soy bróder de alguno de ellos.
Vámonos a dormir, hoy toca dormir temprano.