martes, enero 24, 2006

Whole lotta love

En su fiesta de despedida, verde hizo el comentario que qué bueno que ya teníamos encargado otro bebé, porque la atención que le dábamos a Jimena era demasiada. Entiendo que atribuye la atención a Jimena a que es hija única. Por ser una fiesta, no era el lugar para hablar del asunto y rebatirlo.

Estuvimos cuatro días de vacaciones apenas y tuve la oportunidad de pasarlos casi completos al lado de Jime. Por mi horario y por el trabajo sigo teniendo las noches para platicar y compartir con Edith, pero con Jime han sido ya muy pocos los ratos para disfrutar juntos. Es lo que los gringos llaman, eufemísticamente, "tiempo de calidad". Es una decisión que se tuvo que tomar el año pasado y ni hablar, de momento así debe de ser.

Y ayer, regresando de las vacaciones, la extrañé mucho todo el día. Sin angustias, solo el sentimiento de añoranza. No quiero desarrollar apego y posesividad y sé que puedo evitarlo, pero es impresionante como esa niña genera a su alrededor buenas vibras, atracción y felicidad.

Está en un trance muy dificil porque su nueva escuela, muy tradicional, se le impone demasiado. Parte de la intención de meterla en esa escuela es que se haga una persona más fuerte y que sepa reaccionar adecuadamente en ambientes adversos y no tan lindos y controlados como el que tenía en la otra escuela. Sin embargo, no ha ocurrido nada de eso en los cinco meses que ya lleva ahí. Se sigue espantando por los gritos de la maestra y por los de sus compañeritos que no se saben comportar. No sabe cómo reaccionar ni qué hacer y solamente se desespera. Para nosotros es parte importante de su "madurez emocional" el que aprenda a manejar esas situaciones, pero al contrario que con el desarrollo intelectual, últimamente sí me estoy preguntando mucho si, en eso, no estamos forzando mucho la máquina.

Lo que sí sé es que ayer estuvo muy contenta y más fuerte en la escuela y eso me ha hecho sentir mal. De bebé observábamos con religiosa meticulosidad que el amor que ella recibiera fuera mayor, siempre, a los contratiempos, regaños, o reprimendas. Era casi como física la medición. Ahora he sentido que el alejamiento de los últimos meses también ha jugado para que le cueste más trabajo adaptarse a su nueva escuela.

Toca darle todo el amor del mundo.