martes, enero 10, 2006

Vengo temprano

La vuelta a clases y el inicio de año me devuelven una hora y media diaria que dedicaba al ocio de leer, navegar y escribir por internet y que había perdido los últimos dos meses de 2005. Le comentaba tanto a Edith como a mi jefe que si la lucha del año pasado fue por dinero, la de este año será por tiempo. Tenemos que ganar más por cada segundo gastado o utilizado. Si "optimizar" es el nombre del juego en todo lo que vendemos, creo que también debería ser el nombre de mucho de lo que hacemos.

Espero organizar mi tiempo para leer mi blogroll y haber bosquejado un post para antes de las 9 am. Espero organizar mi tiempo para haberme bañado, ayudado con el primer cambio de pañal y el primer alimento del día de bebé (para después de abril). Para leer un poco en las noches sobre átomos y no sobre pantallas. Encontrar un tiempo para un café y una hora de contemplación sin prisas.

Por ahí leí alguna vez un ensayo que antagonizaba con los evangelistas del "madrugarismo". Yo soy, por "principios" y fisiológicamente, vampiro (se imaginan un vampiro gordo?). Me gusta vivir y quedarme despierto noche, 1 ó 2 de la mañana todos los días. Nuestra formación como pareja tuvo como momentos estelares y memorables las caminatas en la madrugada desde el Cine Diana, sobre Paseo de la Reforma, a Liverpool y Florencia, donde vivíamos, en plena Zona Rosa. Las caminatas que recomiendan los doctores para el embarazo. Lentas y por lo tanto prolongadas, muy disfrutables.

Y así estiro el tiempo. Ahora con Jimena en horarios nazis (sé que todo mundo se levanta temprano, ruego paciencia y que me dejen quejarme) debo iniciar labores desde las 7:30 am, que es para mí una hora demasiado temprana. Pero no es estirable. No importa lo temprano que uno se levante, la mañana no es estirable como la noche, siempre hay el sentido de prisa, de acontecimientos que ya están más cerca (citas, llamadas, tareas pendientes). La mañana nos ocupa y se ocupa de hacer y la noche de estirar, de prolongar. Es tiempo para mí de entender la naturaleza de los horarios y aprovecharla mejor.