Es que se fue la luz. O te quedaste ciego.
Ganas de quedarse quieto y ver caer encima los acontecimientos, el granizo, las deudas, las dudas y los acreedores. Descansando, por supuesto, ya que es la intención de permanecer quieto, no necesariamente inmóvil pero sí, ¿porqué no?, en un mismo sitio.
La figura del programa de TV o la película que resume 10 días (o fueron 17?) en un capítulo me resultó familiar, incluso deseable. Ya es la época de "el próximo año será el bueno" y todo mundo pensando en el melate porque no hay otra forma de tener éxito que tener mucho dinero. Digan lo que digan. Si, la voz del pueblo me vale madre y también la voz de la razón.
Brincando para no caer o para no quedarme tirado, o por lo menos para no seguir parado, entre la garganta infectada y el estómago podrido por el estrés no encuentro camino sosegado al fin de año.
Son las nubes las que no dejan ver el sol y las que portan la lluvia que hace crecer las cosechas. Ellas mismas hacen las dos cosas.