martes, septiembre 05, 2006

Nada que festejar

Jimena acababa de cumplir dos años, iba dormida en su silla en el asiento trasero del coche. El camino hacía necesario transitar por Reforma ya que mi hermana Patricia vivía cerca del Angel, nos quedaba de camino y le dimos un aventón a su casa.

Nos reunimos el 2 de julio de 2000 desde la tarde, después de haber votado, en casa de mi madre para ver por TV, como si fuera espectáculo, el desenlace de las elecciones de ese día. Sabíamos, todos, que la posibilidad de que Fox ganara era grande y sin embargo nada era certeza. Todos recitábamos de memoria las encuestas: "si sale mucha gente a votar, gana Fox". Fox ganó, Zedillo reconoció los resultados del PREP y la felicidad era indescriptible. Por fin los mexicanos habíamos hecho algo por nosotros mismos y sin que nos costara sangre: Cambiar el régimen de gobierno.

Yo sinceramente creí que Fox podría ejercer un liderazgo sólido y sentar las bases de un cambio profundo en nuestra sociedad. Creía yo en su diagnóstico de la situación y en varias de las rutas a seguir que marcó en su libro "A Los Pinos". Era yo consciente de su inexperiencia como político y eso, en mi inocencia, me parecía más una virtud (quién diablos puede confiar en un político?) que un defecto, siempre y cuando pudiera "ejecutar". Eso sí, le veía un solo defecto: Martha Sahagún.

La ñora me parecía nefastilla, arribista. En alguna parte de este blog está documentada la aberración que siempre he sentido ante ella. Ahora, seis años después que toca hacer una pequeña e inmediata evaluación, puedo concluir, a golpe de vísceras, que ni López Portillo, ni Carlos Salinas de Gortari le han hecho al país tanto daño como Martha Sahagún de Fox.

Hoy el Tribunal Electoral ha calificado la elección del dos de julio de 2006. Se dice que la calificación fue en principio dividida pero que se pusieron de acuerdo en un dictamen con salvedades de forma puesto que un dictamen dividido hubiese hecho aún más dificil esta crisis institucional. El fallo, estaba cantando, fue a favor de Felipe Calderón por 14 millones 916 mil 927 votos contra Andrés Manuel López Obrador, que obtuvo 14 millones 683 mil 96 votos, poco menos de 234 mil votos de diferencia. Una ciudad pequeña, un par de barrios grandes.

Felipe Calderón arranca con las peores expectativas que ha tenido cualquier presidente en la historia moderna de México (y miren que Miguel de la Madrid y Zedillo son buenos competidores). Justo MMH y EZP fueron presidentes criticados por grises (y es que en México nos gustan los colorcitos). Llevamos años necesitando un buen pueblo qué gobernar y un buen gobierno que ejerza el poder. Nada de eso ocurrió hoy en virtud del fallo del Tribunal. Conservamos el piso mínimo, que es que una cierta mayoría está de acuerdo en respetar nuestras instituciones. Eso no es festejable.

Solo espero que, como De la Madrid y Zedillo en su tiempo, Calderón termine su sexenio mucho mejor de como lo empieza.