"Honorable Congreso de la Unión, mexicanos:Mi primer trabajo fue como auxiliar administrativo en una fábrica de zapatos. Mi segundo trabajo fue como chalán (auxiliar) de albañil (macuarro) de mi abuelo materno, que es "maistro". Mi madre me envió con él para que "me hiciera hombrecito" y es obvio que falló ;). Ahora mismo, en el tianguis donde trabaja Hilario, pero en otro puesto, un joven adolescente con una elegante playera DKNY hacía sus pininos en el puesto de tacos de su madre y calentaba muy torpemente las tortillas para los tacos (de pollo, de costilla, campechanos). Me recordó mi torpeza con mi abuelo. A los 18 años, en otro trabajo muy físico que tuve, ya no era yo tan torpe y fue cuando tuve mi mejor forma física.
Hoy como nunca necesitamos entender lo que como 'unión' queremos construir. Después de una campaña en la que los candidatos nos dedicamos a acentuar nuestras diferencias es hora de que la palabra "Unión" signifique algo más que el nombre de este cuerpo legislativo.
México logró dar el paso democrático hace seis años y es hora de atacar la desigualdad social con el mismo empuje con el que se logró ese avance democrático. Los esfuerzos hechos hasta ahora, si bien notables, son totalmente insuficientes. Reconocer esta realidad a la hora de tomar decisiones de gobierno es impostergable. No haremos llamados vacíos de unión, paz y concordia. Ejecutaremos acciones inmediatas y procuraremos involucrar en ellas a todos los mexicanos. El agravio mostrado en las urnas es genuino y también lo es la necesidad de que...."
Joaquín ya dió el salto de recién nacido a bebé. ¿Cuál es ese salto? Interacción. El bebé "recién nacido" no hace sino dormir y comer. Claro que siente y mucho, pero lo hacen de una forma particular y muy sutil. Muchos padres se quejan de que los niños no vienen con instructivo pero la verdad que el instructivo del recién nacido sería bien cortito: Acostúmbrelos a comer cada determinado tiempo (entre tres y cinco horas), cámbiele el pañal cada que sea necesario, póngalo a eructar durante y después de la comida, tenga siempre "Espavén pediátrico" a la mano para los cólicos, y quiéralo mucho. El bebé hará el resto. Hay puntos finos como cerrarle los ojos cada que haga bizcos, procurar baños en tina grande para que manifieste sus instintos nadadores, ponerle musiquita en los pocos ratos que está despierto, pero todos esos son omitibles si se cumplen los primeros.
Hoy no. Joaquín empezó a buscarme durante el último viaje a Colombia en las noches en el lado donde se supone que debo estar después de su comida nocturna y cuando estoy de viaje me extraña. Grita y hace todo tipo de sonidos guturales, más allá del "agú" y del "mama" (sin tilde), Jimena lo interpela imitándolo. Mira la televisión con atención y Doki, el perrito de Discovery Kids, es su favorito (y curiosamente, en uno de sus cortos canta una canción que dice "quimo quimo quimorita, queque-quequé" Quimo es el apodo de Joaquín). Su cabecera es un enorme sol amarillo con una carita feliz y él lo adora, siempre se despierta sonriéndole.
No soy capaz de articular ni siquiera un esbozo de lo que debería ser el mensaje de Felipe Calderón el primero de diciembre. Veo ese día tan lejano y veo tan cercano el 16 de septiembre (y el 31 de agosto) y además, soy escorpión y me he quedado sin planeta regente, soy bastardo astrológico (el mejor post de los muchísimos"Requiem por un planeta helado" que llenan la blogósfera aquí) y estoy emocionadísimo con mi familia y mi trabajo, que creo que especular con ello es equivalente a especular con el fin del sistema solar.