Odio quedar como el pendejo. Nunca he trabajado "cubriéndome mis pompitas" sino con buena voluntad y no tengo queja, nunca me ha pasado nada malo con esa política. Solo necesito apuntar, hoy, que una cosa es tener buena voluntad y otra ser pendejo. Si quedé como pendejo es porque así actué. No debo dejar que me vuelva a pasar.