jueves, junio 15, 2006

Comunicación Social

Lo que a mí me gustaría saber de Hildebrando es:

- Ventas totales de la empresa los últimos 8 años
- Porcentaje de ventas al Gobierno Federal, a Gobiernos Estatales y Municipales y a Organismos Públicos Descentralizados durante esos 8 años.
- Mezcla de ventas por tipo de producto: Software, Hardware, Servicios Profesionales, Servicios de Soporte y Mantenimiento y Servicios Administrados.
- Plantilla de personal.

Si México tuviera una economía de mercado verdaderamente liberal y bien regulada, Hildebrando hubiera salido a cotizar en Bolsa hace un buen rato y esa información, más mucha más y más detallada, sería pública. Dick Cheney no pudo esconder tratos con Halliburton por 30 millones de dólares y de todo eso se supo santo y seña. Aquí en México, nadie hace ningún esfuerzo por entender los mecanismos de riqueza, ventas y transacciones comerciales. Solo usan la palabra "millones" para apendejar a los apendejables (que son muchísimos, legión). Y los acusados, a cuál más pendejos, no saben defenderse.

Un comentarista en el post anterior menciona las fallas de Hildebrando (la mejor documentada y más difundida, ISOSA). Yo tabajo en una empresa que es parecida a Hildebrando pero unas 30 veces más chica. Yo en lo personal atiendo 12 clientes y con unos tengo historias de éxito notables y con otros no voy tan bien (no vendo a Gobierno, solamente "Corporativos"). La empresa donde trabajo tiene en total 35 clientes en cartera, de los cuales dos son historias de terror (proyectos mal terminados, mal ejecutados, etc.). Hildebrando debe tener, sin problemas, 30 veces ese número, mil clientes. De seguro ISOSA no es su único caso de terror, pero si con todo este escándalo mediático a más de una semana sólo han podido documentar tres o cuatro casos de esos en el Sector Público, la empresa esa no me parece buena sino muy buena, ya que el pareto de la industria es de aproximadamente 5% de casos no exitosos sobre el total de los proyectos.

La correcta campaña de comunicación del PAN debió incluir esta información, explicada no tanto con detalle como de forma eficiente. No hay que tenerle miedo a explicar la riqueza, RBD basó su éxito en vender aspiraciones millonarias. En lugar de eso, los estúpidos han gastado millones en spots que dicen que el PRD no enseñó ninguna prueba de su dicho: "ay, ay, mira cómo me difama". Los analistas se han cansado de decirle a Felipe y a Manuel Espino: "ustedes empezaron ese estilo de campaña".

Al final del día, las carencias de nuestra estructura social y política son las que nos hunden: Falta de información y falta de libertad. Y es posible que esas carencias se profundicen con la torpeza de los panistas al dejarse ganar la Presidencia por un tipo taimado, autoritario y poco transparente. Y ahí estamos.