Tengo la costumbre de, como abuelito, atesorar mis recuerdos en forma de objetos. Pero en realidad no poseo objetos, mis posesiones más preciadas son "propiedad intelectual": libros, discos, películas y un librero completo, retacado y atascado de revistas.
En el apogeo de la "Revolución Digital" me subí muy entusiasmado al tren. Monté mi primer red Windows NT en 1993 (ver. 3.1, la más inestable de la Historia) y por esa fecha compuse mi primer correo electrónico. Soy "novato" para los veteranos de la industria y veterano para los novatos. En 1994, la Biblia era la revista "Wired" que sacó a la luz del "mainstream media" la cultura hacker. Y en la última página de la revista estaba el Mahoma de la Revolución Digital: Nicholas Negroponte.
A lo largo de seis años, Negroponte se dedicó a predicar la buenaventura digital. En 1998, cuando la burbuja de Internet estaba en su apogeo, Negroponte dejó de escribir y predicar. Con todo el relajo que leo ahora (y que no creo una jota) sobre la Web 2.0 y ese "run-run" que lo acompaña traté de buscar qué diría mi viejo y caido profeta. Hace un mes apenas me enteré del proyecto Laptop de 100 dólares que ahora está siendo presentado en la cumbre de Naciones Unidas sobre Sociedad de la Información (site).
Lo que más me ha sorprendido es que tanto Negroponte, como el Media Lab del MIT, como la gente de Wired eran reconocidos por "thinkers" y no por "doers". Being digital es un monumento al snobismo, al egocentrismo y a la visión parcial de un mundo que costaría mucho trabajo hacer. Del "es posible" al "está hecho" hay una Historia completa de fallas e intentos.
Pero el proyecto de la laptop de 100 dólares es otro boleto. Es una posibilidad real de brindar acceso a bienes preciados (ideas, creaciones) a gente que no podría tenerlo de otra forma; es tender una gran red para rescatar talentos que de otra forma estarían condenados al abandono. Cuando yo tenía 20 años ya era fan de Star Wars pero comía con 5 pesos diarios y ni en sueños pensaba en poder tener el sound track. Un compañero de trabajo, compadecido de mí, me grabó un cassette con la famosa banda sonora, cassette que atesoré por varios años. Lo que a nosotros nos parece cosa de todos los días, sigue siendo excepcionalmente valioso y extraño para 5/6 de la población mundial.
Si el proyecto pasa a la fase de "realización" creo que, por primera vez, habrán valido la pena 20 años de "propaganda digitalista". 100 dólares por laptop para veinte millones de niños pobres en México son 2 mil millones de dólares. El doble lo que nos van a costar los subsidios a los partidos políticos y la organización de elecciones en el año 2006. Hay en México dinero para hacer esa inversión. Se lo debemos a nuestros chavos. Se lo debemos al futuro. Si ya nos está tocando partirnos la madre de forma tan agresiva (somos la generación que más tiene que trabajar para ganarse el bolillo diario en la Historia de "este país") que por lo menos valga la pena.