Acostumbro demasiado pensar en balances. Si no odiara la contabilidad, sería contador. Es una profesión normal, terrena, humana... TAN imperfecta. Y a pesar de eso, su vida es una eterna persecución de balance, de "sumas cero".
Me gusta pensar que lo que uno da lo recibe de cualquier otra forma. Veo la injusticia del mundo y me descubro idealista, pero escuchando mi conciencia contrasto mi visión. No he recibido sino bendiciones, lo mío excede con mucho la mera suerte. He tenido tantas oportunidades de vida que no me alcanzarían diez para utilizarlas a fondo. La mejor botella de vino es la que está a la mano.