Demasiada oficina estos últimos días. Ahora todo es tan diferente que tenía quince días sin escuchar mi buzón de voz de mi oficina... Ya ningún asunto, ningún pendiente, puede esperar más de 15 minutos y gracias a la Blackberry, solo cuando me baño (ni siquiera cuando cago) puedo escapar de la tiranía del trabajo "24x7".
Yo me dejé. Creo que puedo escapar en algún momento de esto. Quiero pensar si quiero hacerlo. Lo que sí es cierto es que cuesta mucho trabajo entrar, llegar. El mismo trabajo cuesta salirse. Sería demasiado desgaste intentar entrar y salir "a voluntad" (en los límites en los que funciona la voluntad). Nunca más cierto el cliché de "Ten cuidado con lo que deseas".
Tuve dos buenos golpes esta última semana. Es bueno que me baje la soberbia, siempre ha sido mi perdición.