miércoles, mayo 17, 2006

Prosperidad emocional

Por años he revisado los costados de mis familias tratando de entender dónde estoy y satisfaciendo mi ego al saber que, en igualdad de condiciones con sus hermanos, mis padres supieron llevarnos más lejos que a mis primos.

Decía mi padre que yo no le debería nada a él y que lo que llegase a deberle debía pagárselo a mis hijos. En ese tiempo no me parecía que mi padre me estuviera dando nada extraordinario sino apenas lo que nos merecíamos. Así de engreído y estúpido era yo. Por otro lado, mi padre sobrevaloraba un poco lo que nos daba (una vida de clase media normal, sin lujos pero sin sobresaltos) pero igual, no dejaba de ver a sus costados y hacia atrás para, con satisfacción y vanidad henchida, comprobar que los que empezaron la carrera de la vida con él ya no le veían ni el polvo.

Después, cuando llegó la desgracia económica a mi familia, me dí cuenta que las deudas que tenemos con los demás, con la sociedad en general y con la familia en particular, es de monto tan grande que no se puede pagar nunca y, en realidad, lo que uno no debería hacer es siquiera abrir el "estado de cuenta".

Lo he hablado muchísimas veces con Edith porque nuestros antecedentes son similares. Veo a mis primos hermanos y a sus primos hermanos y a nuestras respectivas descendencias y, sí con mucha vanidad, pero con más satisfacción y agradecimiento, me doy cuenta del camino que nos ha tocado recorrer. Y me frustraba un poco no poder hacer el reconocimiento debido a mis padres y suegros que sin duda han sido gente maravillosa y que nos ha dado dones y oportunidades mucho más allá de lo que "les tocaba".

Y ayer, en mi site de aforismos de confianza, me encontré esta frasesita: "May the quality with which we live our life honour the lives of our parents and mentors". Yo he tenido esa idea varias veces pero lo había interpretado mal, lo había interpretado como vanidad. Espero ahora poderles transmitir a mis padres y suegros (y diferentes mentores a lo largo de mi vida) que la calidad con la que vivimos mi esposa y yo (que es mucha) sea un modesto y sencillo homenaje y agradecimiento a su trabajo y esfuerzo.