Acostumbro demasiado pensar en balances. Si no odiara la contabilidad, sería contador. Es una profesión normal, terrena, humana... TAN imperfecta. Y a pesar de eso, su vida es una eterna persecución de balance, de "sumas cero".
Me gusta pensar que lo que uno da lo recibe de cualquier otra forma. Veo la injusticia del mundo y me descubro idealista, pero escuchando mi conciencia contrasto mi visión. No he recibido sino bendiciones, lo mío excede con mucho la mera suerte. He tenido tantas oportunidades de vida que no me alcanzarían diez para utilizarlas a fondo. La mejor botella de vino es la que está a la mano.
jueves, diciembre 28, 2006
viernes, diciembre 22, 2006
La naturaleza errabunda
Coincidimos en la inocencia de la gente. Por mi cabeza, de momento, solo transcurren números y responsabilidades. Estoy emocionado por lograr algo que no sabía yo que quería, o por lo menos no sabía yo que lo quisiera tanto: tener una propiedad, un inmueble, un bien raíz.
Siempre me he sentido orgulloso de mi naturaleza errabunda, vaga, con poco apego físico a casi nada. Ahora me descubro ansioso de tener la posibilidad de tener algo así, tan físico, y que para muchos es tan emblemático como “un lugar”.
Quería reanudar mi narración sobre mi hija. Jimena estudia ahora mismo oratoria, francés, violín y básquetbol además de la primaria bilingüe. En mathematics le están enseñando funciones y álgebra y en español la regañan por usar notaciones algebraicas en lugar de la rudimentaria “x” para indicar el producto: “no te adelantes Jimena” es la eterna instrucción…
Y sin embargo ya se está adelantando. Ya empezó a escribir y aunque es un bebé tropezón en términos de escritura, ya se adivinan toques de genialidad en la construcción de sus frases. Ya no me toca escribir sobre Jimena, el tema “Jimena” debe abandonar mis letras públicas (lo poco público, lo ya casi nada público que es este lugar) porque, de momento, le toca a ella contar esta parte de su historia.
No me gusta pensar o poner los eventos en términos de parteaguas, de hitos, porque sencillamente no creo en ellos.
Siempre me he sentido orgulloso de mi naturaleza errabunda, vaga, con poco apego físico a casi nada. Ahora me descubro ansioso de tener la posibilidad de tener algo así, tan físico, y que para muchos es tan emblemático como “un lugar”.
Quería reanudar mi narración sobre mi hija. Jimena estudia ahora mismo oratoria, francés, violín y básquetbol además de la primaria bilingüe. En mathematics le están enseñando funciones y álgebra y en español la regañan por usar notaciones algebraicas en lugar de la rudimentaria “x” para indicar el producto: “no te adelantes Jimena” es la eterna instrucción…
Y sin embargo ya se está adelantando. Ya empezó a escribir y aunque es un bebé tropezón en términos de escritura, ya se adivinan toques de genialidad en la construcción de sus frases. Ya no me toca escribir sobre Jimena, el tema “Jimena” debe abandonar mis letras públicas (lo poco público, lo ya casi nada público que es este lugar) porque, de momento, le toca a ella contar esta parte de su historia.
No me gusta pensar o poner los eventos en términos de parteaguas, de hitos, porque sencillamente no creo en ellos.
jueves, diciembre 21, 2006
Desperdicios
Comer (desayunar, ingerir) omelette de claras de huevo me resulta cada día (cada intento, cada desayuno) más atractivo (me antoja, me tienta) y me produce también más remordimiento. Pienso mucho en las yemas de huevo desperdiciadas, la proteína y el colesterol, el sobrante. Disfruto el placer descaradamente inconsciente de tirar algo útil a la basura. No tiene que ver con masoquismo tanto como con el lujo y el sentimiento que viene con el lujo: la no-miseria.
miércoles, diciembre 20, 2006
Flash
El tiempo, su discurrir, se apelmaza a fin de año. Es un aumento claro de harina o la sequedad del invierno chilango. Escribir largo es cansado, leer largo es prolongar el orgasmo. Escribir corto es orgásmico, leer corto es, si muy bueno, un interruptus.
martes, diciembre 19, 2006
Good ol' times
Demasiada oficina estos últimos días. Ahora todo es tan diferente que tenía quince días sin escuchar mi buzón de voz de mi oficina... Ya ningún asunto, ningún pendiente, puede esperar más de 15 minutos y gracias a la Blackberry, solo cuando me baño (ni siquiera cuando cago) puedo escapar de la tiranía del trabajo "24x7".
Yo me dejé. Creo que puedo escapar en algún momento de esto. Quiero pensar si quiero hacerlo. Lo que sí es cierto es que cuesta mucho trabajo entrar, llegar. El mismo trabajo cuesta salirse. Sería demasiado desgaste intentar entrar y salir "a voluntad" (en los límites en los que funciona la voluntad). Nunca más cierto el cliché de "Ten cuidado con lo que deseas".
Tuve dos buenos golpes esta última semana. Es bueno que me baje la soberbia, siempre ha sido mi perdición.
Yo me dejé. Creo que puedo escapar en algún momento de esto. Quiero pensar si quiero hacerlo. Lo que sí es cierto es que cuesta mucho trabajo entrar, llegar. El mismo trabajo cuesta salirse. Sería demasiado desgaste intentar entrar y salir "a voluntad" (en los límites en los que funciona la voluntad). Nunca más cierto el cliché de "Ten cuidado con lo que deseas".
Tuve dos buenos golpes esta última semana. Es bueno que me baje la soberbia, siempre ha sido mi perdición.
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lunes, diciembre 11, 2006
Medio ambiente
Las Chivas son campeonas. Once veces campeonas, como mi número mágico. Se murió Pinochet, una lacra menos en el mundo. El gobierno de Calderón va muy jodido en su relación con ciertos medios. Siento, diría Obi-wan, una perturbación en la fuerza. Y en el mar (en la casa) todo es felicidad.
Necesitaba dejar este post-it hoy aquí, en esta casa con tanta telaraña
Necesitaba dejar este post-it hoy aquí, en esta casa con tanta telaraña
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