Barcelona y Milán son de mis ciudades favoritas en todo el mundo. Ambas ciudades, a su manera cada una, me encantaron. Pero Milán en especial, por fea y desordenada y al mismo tiempo tan elegante, me recordó mucho mi DF. Me encanta encontrar lo bonito dentro de lo feo y quizá eso fue lo que me capturó de Milán. Si bien en tanto "ciudad" la prefiero sobre Barcelona (que es mucho más bonita), en futbol es otro cantar.
El FC Barcelona, a pesar de todo su pedigrí, ha ganado solamente una vez en su historia la Liga de Campeones. Milán con seis es, por su parte, el segundo club más ganador de dicho torneo, solo debajo del Realbañil. Milán ha llegado a semifinales de este torneo los últimos tres años, habiéndolo ganado uno de ellos. El Barça por su parte tiene tres años que no llega a las semifinales y en esa ocasión fue eliminado por su adversario de siempre, el equipo merengue.
Pero la historia cuenta sólo cuando los que la escribieron están en el campo y ese es el caso del Milán pero no del Barça. Maldini, Schevchenko, Cafú, Nesta, Seedorf, todos ellos han levantado ya la orejona y, casos como Maldini, la obscena cantidad de cinco veces. En Barcelona sólo Deco conoce ese placer y fue con su anterior equipo, el Oporto que hizo de Mourinho el entrenador mejor pagado del mundo. Es también un cambio generacional porque aunque el Real Madrid presume de haber tenido el mejor equipo del último lustro, los números le dan ese honor al Milán. Y el Barça quiere ya esa estafeta. Lo interesante es que podrá quitársela, si es que puede, al que actualmente la dententa aún con orgullo pero ya con muchos años encima.
Ciudades con paralelos interesantes (norteñas, adineradas, independentistas), Barcelona y Milán se guardan entre sí, diríase, cierta estimación. Son visitantes frecuentes entre sí y, en futbol, ambas han sido hogar de los mejores jugadores europeos de los últimos años (los holandeses). Aunque ya muchos dan como favorito completo a los culés, yo creo que todavía hay que jugar el partido y que con un equipo tan experimentado como el Milán nunca se puede cantar victoria.