Extrañaba esta interfaz de blogger. Gracias primero a los amigos que por varios conductos han preguntado qué pasa en mi vida personal y que han notado la ausencia de actualizaciones, es demasiado gratificante esa preocupación.
Bebé es niño, acaban de decirnos, nacerá aproximadamente el tres de mayo. Jimena no pudo esperar a que terminaran de tomar el ultrasonido y corrió afuera del consultorio para llamar a la familia y darle las buenas noticias. La emoción se nos desbordaba a los tres y la gente en el elevador reparó mucho en eso, haciéndonos muy amables comentarios.
La emoción lleva tiempo desbordada. Las nuevas posibilidades de planear la vida han caído pesadas en una familia que estaba más bien acostumbrada a no pensar en el futuro y tomar la vida como venía y que la vida siempre venía "a modo". Ahora, queriéndola acomodar, vemos que se puede pero que el esfuerzo es mucho. No sabemos ni queremos preguntarnos si el esfuerzo vale la pena. Siendo honestos, no hemos podido evitar preguntárnoslo. Y entre preguntas y malabares el tiempo se escurre de las manos. Recuerdo una película malísima, Krull, que lo retrata muy bien, poniendo la arena del tiempo en las manos enguantadas con cuero de un viejo sabio, de los que no existen.
Así va el tiempo ahora, mi tiempo. De esas veces que todo se acelera y en una hora ocurren las cosas que antes, que siempre, que normalmente, ocurrían en un día. Estoy cometiendo una cantidad desmesurada de errores (será por la aceleración de eventos o por el incremento de actividad) y no he querido reflejar eso en el blog, un lugar al que yo quiero mucho. Y al final del día es inevitable que aparezcan en esto que he defendido, según yo, como un blog personal y ninguna otra cosa.
Estoy contento por miles de cosas, desde bebé y nuestros planes familiares, por supuesto, hasta el panbol, mis Chivas ganándole a los pollos, el Barcelona "pisando fuerte" y la emoción del Mundial cercano. Estoy como siempre preocupado por el desmadre cada vez más cínico de nuestros políticos. De cómo AMLO desprecia los debates y el maldito "Gober precioso" es salvado de la guillotina por la muerte de los mineros de Pasta de Conchos, recordándome un episodio de "Corazón, Diario de un Niño" de las víctimas del trabajo. Y de ver cómo, de forma mucho más modesta pero igual de efectiva, mis colegas, clientes y proveedores, todos, dejan pedazos de sus vidas en el trabajo a horas inusitadas de la noche, escapando, refugiándose y pretextando el trabajo o pretextando la vida.
Puse Suedehead en el título porque el ánimo actual del alma está como que por ahí. También me siento con ánimo "Lucha de Gigantes" de Nacha Pop. Son temporadas, sólo eso.