Renacer en este blog se me ocurrió caminando de noche, solo, en la playa. Me detecté un patrón: Siempre miro más a la izquierda. Cuando caminaba hacia el norte, miraba el hotel. De regreso, hacia el sur, el mar me espantó: el cielo escupía estrellas. Para un chilango empedernido el cielo estrellado es una visión de película de Sci-Fi.
En un eclipse de luna que ocurrió hace poco más de un mes montamos el telescopio en la azotea del edificio donde vivimos para verlo mejor. Hacía frío, viento frío y Joaquín y yo pescamos una tuberculosis que por poco y se nos convierte en tos. Más de un mes tardó la tos en darnos algo de paz. Joaquín ni siquiera vio el eclipse.
Pagamos un precio por una sensación. Estoy desacostumbrado a ello, pero creo que es un signo de nuevos tiempos.