jueves, diciembre 31, 2009
martes, diciembre 08, 2009
www.macinasceberotanpapayos.com O todo está en Internet
Joaquín, mi hijo de 3 años y medio, está aprendiendo a leer y escribir. Usando el mismo método fonético que usó con Jimena, mi esposa y compañera Edith está logrando grandes avances las últimas semanas. Joaquín ya lleva casi un año que no sólo reconoce las letras por nombre y fonema sino que práctiamente puede recitar el alfabeto, pero no había visto la necesidad de usar ese conocimiento.
Ahora, en el mundo "on-demand", sabe que no tiene porqué esperar a que Discovery Kids o Nick Jr. pongan sus capítulos favoritos de Pequeño Bill o Pocoyo, para eso está YouTube. O las páginas de tudiscoverykids.com o nickjr.com. O varias otras. Pero Joaquín es independiente, no le gusta estar a expensas de nosotros cuando quiere algo. En casa muchas cosas están acomodadas de tal forma que cada quien toma lo que necesita con la única condición de volverlo a poner en su lugar cuando lo desocupe.
Y así, Joaquín ha visto que, salvo las horas de trabajo de su hermana, él puede disponer de la laptop gran parte del tiempo. Y disponer de la laptop es disponer de internet. La única protección que teníamos era que Joaquín no sabía escribir. Ya no más. Desde hace unas cinco semanas, escribe "fluidamente" términos de su interés: Pocoyo, Wall-e, Pequeño Bill, Pistas de Blue.
Y como ha podido encontrar, literalmente, cientos de horas de diversión con sus personajes favoritos, y se da cuenta que en casa, cuando no sabemos o queremos algo, solo "nos metemos a internet", pues su esquema mental se está formando justo en esa idea. Jimena tiene solo 8 años más, ya había internet en casa cuando ella tenía 3 años, pero no era banda ancha, no era "omnipresente", no había cinco o seis dispositivos en casa que compartieran la misma conexión. Solo era para páginas, páginas exasperantemente lentas.
Y ese pequeño lapso ha hecho una diferencia inmensa. El sábado pasado, jugando cosquillas con ellos, y viendo Joaquín que no podían ganarme ni siquiera los dos juntos, se le hizo fácil salir de mi cuarto y buscar la solución en la laptop. ¿Qué haces Quimo? le pregunté acercándome a él en el comedor. Aquí en internet Papá, mira, busqué: www.macinasceberotanpapayos.com (Máquinas que derrotan papayos. claro, con "www" y ".com").
Caí rendido, sigo rendido. Lo que Joaquín no sabe, y cuando en algunos años lea esta nota sabrá, es que su búsqueda me derrotó, esa fue la máquina para derrotar papayos: No puedo ser más feliz que atestiguando el poder de las conexiones neuronales-emocionales de mis hijos. Y doy siempre demasiadas gracias por tener ese privilegio. Gracias Quimo por derrotarme.
Ahora, en el mundo "on-demand", sabe que no tiene porqué esperar a que Discovery Kids o Nick Jr. pongan sus capítulos favoritos de Pequeño Bill o Pocoyo, para eso está YouTube. O las páginas de tudiscoverykids.com o nickjr.com. O varias otras. Pero Joaquín es independiente, no le gusta estar a expensas de nosotros cuando quiere algo. En casa muchas cosas están acomodadas de tal forma que cada quien toma lo que necesita con la única condición de volverlo a poner en su lugar cuando lo desocupe.
Y así, Joaquín ha visto que, salvo las horas de trabajo de su hermana, él puede disponer de la laptop gran parte del tiempo. Y disponer de la laptop es disponer de internet. La única protección que teníamos era que Joaquín no sabía escribir. Ya no más. Desde hace unas cinco semanas, escribe "fluidamente" términos de su interés: Pocoyo, Wall-e, Pequeño Bill, Pistas de Blue.
Y como ha podido encontrar, literalmente, cientos de horas de diversión con sus personajes favoritos, y se da cuenta que en casa, cuando no sabemos o queremos algo, solo "nos metemos a internet", pues su esquema mental se está formando justo en esa idea. Jimena tiene solo 8 años más, ya había internet en casa cuando ella tenía 3 años, pero no era banda ancha, no era "omnipresente", no había cinco o seis dispositivos en casa que compartieran la misma conexión. Solo era para páginas, páginas exasperantemente lentas.
Y ese pequeño lapso ha hecho una diferencia inmensa. El sábado pasado, jugando cosquillas con ellos, y viendo Joaquín que no podían ganarme ni siquiera los dos juntos, se le hizo fácil salir de mi cuarto y buscar la solución en la laptop. ¿Qué haces Quimo? le pregunté acercándome a él en el comedor. Aquí en internet Papá, mira, busqué: www.macinasceberotanpapayos.com (Máquinas que derrotan papayos. claro, con "www" y ".com").
Caí rendido, sigo rendido. Lo que Joaquín no sabe, y cuando en algunos años lea esta nota sabrá, es que su búsqueda me derrotó, esa fue la máquina para derrotar papayos: No puedo ser más feliz que atestiguando el poder de las conexiones neuronales-emocionales de mis hijos. Y doy siempre demasiadas gracias por tener ese privilegio. Gracias Quimo por derrotarme.
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